Canarismos

Estar en la edad de la bobería

Luis Rivero

Luis Rivero

La edad expresa una sucesión de etapas en el desarrollo físico e intelectual de las personas, en tal sentido se corresponde con una forma de evolución biológica y posee una significación social. La referencia a la edad permite situar al individuo en la travesía de su existencia vital y sirve de base para definir grupos humanos, de igual o distinto sexo [por ejemplo: con la expresión «es de mi quinta», el hablante se identifica con otro sujeto de su misma edad y, en su origen, hacía referencia a los mozos que cumplían el servicio militar obligatorio en el mismo año o eran conmilitones]. Asimismo, la edad sirve para establecer jerarquías entre estos grupos que a menudo, y desde tiempos remotos, han sido fuente de conflictos. De manera que la edad, al igual que el sexo, tiene una función de elemento de segregación, en lo que es determinante el lugar que ocupan los individuos en la sociedad (ya sean niños, adolescentes, jóvenes, adultos, personas maduras o ancianos). Este gregarismo generacional se refuerza al formular afirmaciones que ponen en valor los elementos identitarios del grupo que giran en torno a la edad. Pero los conflictos intergeneracionales parecen haberse repetido a lo largo de la historia, sin solución de continuidad, y siguen teniendo como protagonistas a las mismas generaciones que van creciendo con los años y mutando respecto a los grupos de edad de pertenencia. Es un hecho constatado que mientras el individuo avanza en su trayectoria cronológica particular, experimenta un cambio de mentalidad y llega a compartir opiniones o actitudes muchas veces contrarias a las sostenidas cuando era más joven y pertenecía a otro grupo de edad («y es que el gallo no se acuerda cuando fue pollo»). [Opiniones como: «tienes cosas de viejo», referidas a gustos, hábitos y aficiones, son compartidas por muchos jóvenes para reprochar o burlarse de ciertos comportamientos que imitan a sus mayores]. Sin embargo, a medida que se cumplen años cambia la perspectiva y el modo de ver las cosas conforme a la propia experiencia.

Las discriminaciones que se producen entre los distintos grupos de edad pueden ser tanto positivas como negativas, según quien las invoque. Visto así, el conflicto intergeneracional que siempre ha enfrentado a hijos con padres o a jóvenes con viejos ha quedado testimoniado en dichos y expresiones que hacen alusión a virtudes, privilegios, desaciertos o penurias relativos a los distintos grupos. A saber, cuando se escucha de un adulto la frase proverbial: «cuando seas padre, comerás huevos», va dirigida a un menor para dar a entender que determinados privilegios son propios o exclusivos de las personas en edad adulta frente a los niños, adolescentes y jóvenes. Mientras que la frase aforística que reza «a burro viejo todo son mataduras» expresa de manera irónica los muchos inconvenientes que suele presentar la vejez; o «moro viejo no aprende idioma» que alude a lo difícil que resulta afrontar cambios en hábitos y actitudes en la gente mayor.

La expresión «estar en la edad de la bobería» (o «en la edad del pavo») participa igualmente de estas características y se emplea para referirse a quien está experimentando el paso de la niñez a la pubertad o adolescencia y a las distintas transformaciones que se producen en el sujeto a estas edades.

«Bobería», en el español hablado en Canarias, hace referencia a un estado de pesadez, desgana, torpor o desmadejamiento que puede ser atribuido a diversos motivos. Alguna semejanza debe haber encontrado el vulgo como hacedor de expresiones proverbiales en el carácter y comportamiento de los muchachos, cuando llegan a la pubertad, con la «bobería». La pubertad es el primer estadio de la adolescencia en el que se producen las modificaciones propias de la infancia a la edad adulta. En ella se manifiestan notables cambios físicos desencadenados por una suerte de torbellino hormonal que da paso al despertar de la sexualidad en el púber y que afectan al comportamiento de los chiquillos y modifican el propio carácter. Esta edad es estigmatizada por otros grupos de edad superior y quizá por ello se escuchan, entre los adultos, expresiones como: «Déjalo estar, que está en la edad de la bobería».