Exposición

Los enigmas del juguete más vendido

La Biblioteca Insular acoge la exposición ‘INgenio3 de Rubik’ en la que se exhiben 170 modelos de este rompecabezas tridimensional que causa furor en todo el mundo

Exposición por los 50 años del cubo de Rubik en la Biblioteca Insular

E. S. G.

No es solo un rompecabezas que ha enganchado a millones de personas en todas partes del mundo. El cubo de Rubik también es un perfecto trabajo de ingeniería que suele triunfar entre personas del espectro autista y provoca efectos muy saludables en los usuarios. La exposición ‘INgenio3 de Rubik’ incluye 170 modelos de diferentes formas y texturas con paneles informativos en los que se abordan sus misterios.

El cubo de Rubik, también conocido como cubo mágico, es para la mayor parte de la gente el nombre de un rompecabezas tridimensional que contiene seis caras de distintos colores que hay que deshacer y rehacer continuamente en el menor tiempo posible. También quizás muchos sepan que se trata del juguete más vendido del mundo, que en los ochenta causó un auténtico furor internacional, y que cuenta desde 2003 con una verdadera Asociación Mundial. 

Lo que no es tan conocido, sin embargo, es lo que nos ofrece la exposición INgenio3 de Rubik, que se inauguró ayer en la Biblioteca Insular, y que surge de una colaboración con la Escuela de Ingenierías Industriales y Civiles y el Taller Las Cocinas. Una muestra que surge  con motivo de las cinco décadas que cumple el famoso cubo multicolor con el que pueden practicarse hasta 43 trillones de combinaciones, que se exhibirá hasta el 16 de febrero y que podrá visitarse de lunes a viernes, de 9.00 a 20.00 horas aunque aparezca detalladamente en la web biblioteca.ulpgc.es/exposicion-ingenio3-rubik. 

En la exposición se exhiben 170 modelos del profesor y secretario del Departamento de Ingeniería Mecánica de la ULPGC, Alberto Javier Cuadrado Hernández, que es también el comisario de la exposición, y que lleva coleccionando todo tipo de dispositivo y objetos de este tipo desde que era un niño. «Mi primer cubo Rubik lo compré siendo muy joven pero tuve que esperar a que fuese un adolescente para poder resolverlo gracias a recursos que encontré por internet», recuerda. 

Objetos

Solo la contemplación de las distintas formas que ofrece cada uno de los objetos ya merece por si solo la visita a la exposición que aparece distribuida en nueve vitrinas por áreas temáticas, tipologías o familias. Sin embargo, lo más fascinante de la muestra radica en que estos modelo de distintos tamaños y fisonomías, aparecen acompañados de paneles explicativos que indagan en todos los misterios que siempre ha rodeado a estos juguetes. Carteles que abordan cómo funciona por dentro, sus variaciones, los efectos para personas con trastornos del espectro autista «ya que todos los campeones de los últimos años de resolución han tenido este diagnóstico», señala el comisario, o el denominado speedcubing referido «a la resolución del cubo en el menor tiempo posible». 

El evento también contempla la celebración de varias actividades complementarias, como el taller de iniciación al cubo de Rubik y sus variantes que se desarrollará en horario de tarde los días 2 y 16 de febrero, orientado a niños a partir de los seis años. El comisario reconoce que el primer cubo de Rubik que adquirió fue el clásico de los seis colores siendo un niño hasta que empezaron a surgir modificaciones con otras dimensiones, fotografías, formas punteadas, con cruces, círculos, etc, incluso «con diferentes texturas para que los haga una personas invidente». En la exposición también hay cubos con imágenes de los museos del Vaticano, con forma de manzana, o cubos que pierden la forma original al desordenarlos. Hay cubos piramidales, curvos o incluso dodecaedros. «Se engloban dentro de la familia de puzzles originales y todo surge como variaciones añadiendo o quitando dimensiones a una de las escalas», asegura Cuadrado. 

Una exposición que completa a otras que se han ido celebrando en la Escuela de Arquitectura, la Escuela de Ingeniería Informática y el Edificio Central de la Biblioteca Universitaria, y dentro de una serie de iniciativas en las que se relacionan los estudios universitarios con otras disciplinas. «Los precedentes que han recaído sobre la relación del arte japonés origami con las ecuaciones o los mecanismos ingenieros que utilizan piezas de lego», asegura. 

Pero quizás el aspecto más destacado son los efectos que provoca en el usuario este rompecabezas mecánico que fue creado en 1974 por Ernö Rubik en la Escuela de Artes Aplicadas de Budapest para ayudar a sus alumnos a comprender representaciones espaciales complicadas. Y en eso se centra una parte muy importante de la exposición. En primer lugar, «pone a prueba la agilidad mental, mejorando las capacidades intelectuales y cognitivas, así como la concentración, la atención y la memoria», afirma el comisario de la exposición. Seguidamente, mejora además la inteligencia a nivel lógico matemático, así como la inteligencia espacial al tener que trabajar en tres dimensiones ya que «poco a poco se adquiere un mayor control de la agilidad y destreza en las manos, potenciando las habilidades motoras», añade.

También « produce una mejora de la inteligencia kinestésica al activar la conciencia del cuerpo al moverse», señala, y potencia también habilidades organizativas y de planteamiento ya que para armarlo es necesaria una estrategia previa, «siendo su fin el desarrollo de la creatividad para la resolución de problemas». Otros aspectos radica en cómo potencia la paciencia y ayuda a superar el estrés. 

Y, finalmente, un último aspecto está relacionado con el arte ya que aborda el fenómeno del rubikubismo desde que en 2004, el artista urbano francés, Invader, creó una serie de obras para exhibición en interiores utilizando exclusivamente estos cubos de Rubik.

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