'El Huevo': el espacio cultural del Cabildo que es arte en sí mismo

La construcción aparece imponente al traspasar una puerta que está casi escondida a la izquierda de la entrada del Cabildo Insular: entre la calle Bravo Murillo y la calle Buenos Aires, se alzan los nervios de un cerebro en construcción, el esqueleto de lo que el arquitecto Alejandro de la Sota denominó «El Huevo» en el proyecto que terminó en el año 1996.

Tras terminarse la obra en el año 2011, la estructura lleva años habitando en soledad la sala diáfana que colinda con el Cabildo, años a la espera de tener algún uso más allá del de ser contemplada. Ahora, con el exalcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, en el cargo de Consejero de Gobierno de Obras Públicas e Infraestructuras, se ha sacado un concurso público para elegir la mejor forma de aprovechar este espacio tal y como su creador lo concibió: como un punto de encuentro para la cultura en el centro de la ciudad.

La Casa Palacio original es del año 1941: Miguel Martín-Fernández de la Torre, arquitecto canario representante del racionalismo, lo empezó durante la Guerra Civil. «Ese edificio ha estado en uso durante todo este tiempo, pero era bastante vetusto. Entonces se plantea una rehabilitación del edificio y contratan a un Premio Nacional de Arquitectura como era De la Sota, que prepara un proyecto que plantea un escenario que iba más allá del edificio original», relata Hidalgo.

Con un suelo que se hunde levemente bajo los pies en una especie de curva, la sensación de estar dentro de un huevo se incrementa cuando se pisa el interior de esta construcción que da pie a imaginar múltiples usos posibles. «Es un salón multiusos, con dos plateas, con un aforo pensado para 250 personas. Veremos ahora cómo se habilita con el proyecto que estamos licitando», puntualiza el Consejero. Y añade: «La reforma tiene que regirse por lo que dijo La Sota en su momento, para convertir todo este edificio en un lugar multiusos, cultural, con salas expositivas».

En esta línea, también habla la arquitecta del Servicio de Arquitectura, Erika Cazorla Sánchez, indica que ahora mismo el foco está puesto en «acondicionar este espacio manteniendo las mismas líneas de proyecto que tenía Alejandro de la Sota». «Esa es la idea que se le ha dado a los licitadores. Estamos en el momento de estudiar esas propuestas. Seguramente muchos habrán respetado la línea, otros habrán propuesto algo más arriesgado... Eso ya lo veremos, cuando tengamos una respuesta», cuenta la arquitecta, respuesta que llegará y se compartirá dentro de pocos meses.

Por otro lado, Cazorla indica que la mayor dificultad que tendrán que enfrentar en la futura obra que se plantea es la de los materiales, que se tienen que actualizar con respecto a los que De la Sota propuso. El proyecto original sí planteaba que la estructura fuera realmente un huevo: «En el proyecto, todo esto sí era realmente un espacio cerrado, un huevo con una piel, todo formaba una piel conjunta interior. No hay suelo, pared ni techo. De la Sota planteaba una piel única blanca y un acabado metálico en el exterior», explica la arquitecta.

Sea como sea, para Cazorla este espacio va a cumplir una función que va más allá del uso cultural ya que, desde su punto de vista, es un lugar que va a «construir ciudad» porque va a poder llegar «al día a día de todo el mundo».

La estructura final es, por ahora, una «sorpresa», como indica la arquitecta. «Recuérdalo, porque dentro de tres o cuatro años, no tendrá nada que ver», advierte sonriente Hidalgo en relación al espacio.

¿Por qué ahora?

La razón de que esta construcción haya estado en desuso desde que se terminó la obra en 2011 no es otra que la de «las cuestiones presupuestarias», en palabras del consejero. Tras una inversión inicial de 400.000 euros para el proyecto, «la idea de que en 2026 podamos estar hablando detener el edificio culminado, en este mandato», indica Hidalgo.

A su vez, también hay un proyecto en marcha para construir una cafetería en la parte inferior de la sala que acoge El Huevo. Un proyecto paralelo que complementará este futuro espacio cultural que busca seguir la línea de grandes museos como el Guggenheim: que, tal y como indica Hidalgo, «el espacio expositivo también sea parte de lo que la gente viene a visitar».