Intuir en brochazos la inercia creativa de José Rosario Godoy

En un juego de sombras y figuras, el artista de Agaete, José Rosario Godoy, moldea su trazo a través de lo abstracto

Exposición 'Intuir el trazo' de José Rosario Godoy en la Galería Manuel Ojeda

Exposición 'Intuir el trazo' de José Rosario Godoy en la Galería Manuel Ojeda / José Pérez Curbelo

Advertir el arte. Intuir el camino de regreso a casa con los ojos cerrados. Soñar despierto a través de las formas. Confiarse a los sentidos con brochazos de acrílico. Simplemente dejarse llevar. La consecuencia de un lenguaje plástico pulido por el tiempo que hace ver de lo complejo lo sencillo, del sentimiento la materia, según lo propio del pintor José Rosario Godoy (Agaete, 1965).

Se hace difícil definir con palabras el arte de Rosario. Algo así supondría acotar su técnica pictórica, de naturaleza excéntrica, abstracta y con un carácter difícilmente emulable. Esa que exhibe en su exposición Intuir el trazo (2024), inaugurada con pompa y alarde el pasado 5 de abril en la Galería Manuel Ojeda. Tampoco hacen falta grandes barroquismos indescifrables para describir la exposición del agaetense. Simplemente, saber mirar una obra fruto de la espontaneidad e intuición del artista.

Apasionado de retratar la luz en un arte con juegos de luces que bailan en el borde de lo físico, su taller es el laboratorio de los trampantojos. Figuras que siguen los principios de la escuela psicológica de la Gestalt para introducirse en la mente del espectador y sugerirle imágenes. De esta técnica pictórica que parece lograda con precisión de cirujano, el artista compone abstracciones geométricas complejas.

Con gesto divertido, Rosario Godoy comenta acerca uno de los ejemplares expuestos en la entrada de la galería. Parece sugerir un rostro humano, o «una máscara tribal africana», como le comentó un invitado en la inauguración. La realidad de lo que representan los cuadros se la guarda para sí y prefiere someterla a la libre interpretación del espectador.

Sin dar más rodeos: esta exposición individual contiene 14 piezas en una serie de nueva creación, a las que se le añaden otras cuatro obras anteriores pertenecientes a la muestra En el borde de una isla (2022), presentada en el Centro de Arte La Regenta. De esta serie concebida recientemente sorprenden las sombras generadas por piezas de maderas sobresalientes. La silueta sombreada a partir de acrílicos continúa de forma natural en aquella que proyecta la madera. Conseguir aquello «es oficio», reconoce el pintor entre risas. 

José Rosario Godoy manipula la luz a su antojo como el Eisenheim de Edward Norton en El ilusionista (2006). De la luz -y la ausencia de ella-, domestica trampantojos de efectos ópticos. Sin embargo, como describe el profesor de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna, Ramiro Carrillo, «José Rosario Godoy no es un ilustrador de ilusiones visuales, ni siquiera tiene alma de dibujante», sino más bien un pintor clásico.

Lo más importante como espectador es mirar más allá de la obra. Intuir el trazo que Rosario Godoy planificó abierto al acontecer del proceso creativo. El punto de observación ideal suele situarse a tres metros de distancia de los cuadros. Allí es desde donde se aprecia con perspectiva el conjunto de líneas, colores, figuras y sombras. Precisamente, es necesario en esta exposición la luz cenital, para dibujar oscuridades. «En mi estudio no usé solo luz natural. También empleé la artificial pensando en la experiencia del espectador en la galería», cuenta el pintor.

Bajo una línea que trata de retratar y jugar con la luz, se cohesiona la amplia trayectoria de 40 años con la que carga el pintor. Pero, sobre todo, lo que le interesa de la pintura, de su pintura, es aquello que se le escapa, ese algo más allá del límite que aún no alcanza a comprender. Intuir el trazo (2024) es una extensión curada de En el borde de una isla (2022), Espejismo abstracto (2016) y La mirada azul (2017).

Aquí queda patente el tetris mental del pintor, con siluetas tan realistas en su estilo pictórico que parecen extraíbles del cuadro. En este sentido, Rosario Godoy experimenta lo plástico de la mano de la madera. En su espacio creativo, alberga todo un set de carpintería para producir cuadros que rozan la categoría de escultura. Los módulos creados en madera desbordan el marco y terminan lo que empezó en la pintura.

De alguna forma y por muy abstracto que estos sean, los cuadros hablan del pintor. Piezas creadas poco a poco, mediante un proceso sometido a la improvisación, en el cual José Rosario Godoy se encierra en su taller. Un proceso con bocetos ausentes, descrito con sencillez, pero en el que las piezas matizan lo complejo que es de lograr.

Ante el espectador está una de las siete exposiciones anuales con las que el galerista Manuel Ojeda programa el calendario de su sala expositiva, situada en la calle Buenos Aires. Es el montaje el encargado de integrarse en la Galería Manuel Ojeda, ordenándose por cronología. Desde la pintura más reciente expuesta cerca de la entrada, hasta las más antiguas que abarcan las salas interiores del edificio. Las obras son el vínculo de la escultura y la plasticidad, aunque Rosario defiende fielmente su arte en la disciplina de la pintura.

Sobre el origen de esta exposición, surgió como su proceso creativo, casi por inercia. «Manuel Ojeda se pasó un día por el estudio, vio los cuadros e insistió en exponerlos lo más rápido posible», relata. Gracias al artista, también medio carpintero, que continúa engrosando su caudal artístico y lo desperdiga entre lo público y lo privado de la isla. Cuenta con cuadros adquiridos por el Centro Artístico de Arte Moderno (CAAM) dentro de la inmensa muestra de la exposición Memoria reciente, prorrogada hasta el 2 de junio

En las profundidades del inmueble de Manuel Ojeda aguardan reliquias, compartimentos que salvaguardan arte en todas sus formas. Salas interiores que son espacio de cursos de escritura creativa, repositorios documentales, y entre los que ahora florece el arte de José Rosario Godoy. «Otros artistas han intentado imitarle, sin éxito», concluye Ojeda.