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Ramón Medina, en una exposición durante sus funciones dentro de la Escuela Canaria de Entrenadores. | FIFILP

Ramón Medina: «Intenté mediar con las partes y fracasé, por eso dimití»

Su nombre tiene el reconocimiento del mundo del fútbol en Canarias. Ramón Medina (Firgas, 1955), ligado a la FIFLP, desde hace más de 30 años, dejó sus funciones en la Escuela de Entrenadores el pasado lunes. Fue el primero antes de la oleada de dimisiones que ha puesto en jaque la autoriodad de Antonio Suárez en el organismo.

¿Cómo está después de su dimisión como director de la Escuela de Entrenadores de la Federación Interinsular de Fútbol de Las Palmas?

Muy tranquilo. El comunicado que sacó la FIFLP me molestó bastante, la verdad. Mi dimisión la presenté el 21 de diciembre. El presiente me pide un tiempo para arreglar las cosas y se lo concedo. ¿Qué es lo que pasa? Pues que existe una división entre dos grupos de directivos y yo ejerzo un papel, aceptado por las dos partes, de mediador. Intenté con todas mis fuerzas arreglar los problemas porque entre el negro y el blanco hay grises. A través del diálogo se puede solucionar los problemas y reconozco que fracasé en esa mediación. Fracasé.

¿Cómo le sentó el comunicado de la Federación donde se hace alusión a «presiones sexistas» y de «acoso de género» hacia el grupo saliente?

El comunicado de la Federación es un despropósito. Hay palabras muy fuertes. Por un lado está la acusación de actitudes sexistas. Creo firmemente en el trabajo por la igualdad entre hombres y mujeres. No tengo que justificarlo, pero por ejemplo, en mi época como coordinador en la UD Gáldar creamos un equipo femenino. Soy defensor de la mujer en el deporte y tolerancia cero con esas actitudes. No entiendo por qué sale esto ahora. Si ha ocurrido, ¿por qué no lo denunciaron antes? Quien tiene que dar explicaciones sobre esto es el presidente Antonio Suárez.

A usted no querían cesarle, le halagan en el comunicado pero a su vez dicen que «ha sido arrastrado dentro de una dudosa maniobra con fines espurios»...

Soy una persona recta. Quien me conoce sabe que soy inquebrantable en cuanto a mis ideas. No me dejo llevar por nadie y defiendo mis ideas. Los intereses espurios que dicen la nota, pues que se demuestren... Mi dimisión la presenté solo. Las razón es que no quiero trabajar en un grupo separado, que no es homogéneo. Ahí no se puede trabajar bien. Después de 36 años decidí dimitir de manera irrevocable haciéndole un favor a la institución, que está por encima de las personas. Y dejé dos nombres de Juan Jesús Robaina y Juan Germán Jiménez para que a los alumnos no paguen las consecuencias de divisiones internas. Ahora es el presidente a quien le corresponde ratificar esos nombres. Creo en ellos y sé que la gran labor que hemos hecho en estos años, donde se ha puesto Escuela y Comité a la vanguardia nacional, no nos lo va a quitar nadie. Porque no he sido yo, ha sido el grupo.

¿Ha contacto con usted Antonio Suárez después de ese comunicado de la FIFLP?

No he vuelto a hablar con él después de mi dimisión, nada. Quien contactó conmigo fue Luis Rubiales [presidente de la Real Federación Española de Fútbol], que me llamó para reflexionara sobre mi dimisión y mis causas, pero mi decisión estaba tomada. Y después de este comunicado, pues menos me arrepiento. Dimití yo. Creo que en su momento se darán las explicaciones del resto de los compañeros y estoy seguro que así será porque es bueno para el fútbol. No tengo nada que ocultar. He ido hasta el final.

¿Cómo le deja el sentir que ha obtenido de otras personas que le han acompañado estos años?

Satisfecho porque he recibido cientos de mensajes en mi teléfono móvil de alumnos, de entrenadores, de clubes, de personas de fútbol y ajenas a él. Y no solo en Canarias, también desde fuera. Gente que te ha dado fuerzas para trabajar por el fútbol canario y dignificar el papel del entrenador canario.

¿Por qué dimite en este momento tras tantos años ahí?

Una razón ya la he explicado: fracasé en esa mediación. Traté arreglarlo y fracasé. Ni siquiera logré sentar en la mesa a ambas partes. La segunda razón es que hablé con el presidente directamente, le manifesté una serie de cosas que creo que nunca voy a desvelar, y el presidente no cumplió conmigo en su palabra. Entonces, ante eso, no podía. Y lo que llena el vaso es el comunicado, lleno de contradicciones. Me dicen que soy un excelente profesional y que he sido arrastrado por intereses espurios. Eso no lo puedo perdonar. Perdono a todo el mundo y me olvidaré con el tiempo, pero a partir de ese comunicado no puedo estar ni un momento más ahí.

¿Ha visto usted discriminación o presiones sexistas hacia Antonio Suárez o la vicepresidente Sonja Arup?

Nunca. Jamás lo he visto. Y si lo hubiera visto lo hubiera denunciado. ¿Por qué sale esto ahora? Si existió, tenía que haberse denunciado ante los órganos competentes porque hay tolerancia cero con los actos sexistas. No entiendo por qué salen por ahí. Si hay alguien que lo ha sufrido o lo ha visto, no sé por qué no lo denunció.

¿Generó algún tipo de conflicto la entrada de Sonja Arup en la FIFLP?

Esto a favor de cualquier programa o acto en favor de la igualdad y de erradicar actitudes discriminatorias en nuestro deporte y en la sociedad. Cuando ella me pidió ayuda, y nadie puede desmentirlo, para el proyecto Fútbol + Vida, colaboré aportando entrenadores, personas que pudieran ayudar. En el Observatorio de la Igualdad le presté mi ayuda para ofrecerle entrenadoras, un profesional que también tenía experiencias en esos temas. E igual lo hice con cualquier otro directivo que me pidiera ayuda. No he tenido ningún problema con nadie. Y si alguien lo ha tenido conmigo, que me lo diga a la cara.

Su nombre y el de José Vega, que también llevaba una vida ahí dentro, tienen un especial significado. ¿Cree que tiene futuro la FIFLP con las personas que han seguido?

Cada persona es responsable de los actos que hace. La FIFLP, el ente, por el bien del fútbol debe estar por encima de las personas. Aquí lo importante son los agentes que intervienen en el fútbol: desde los jugadores a los árbitros; de los directivos de los clubes a los entrenadores. Quien pone y quita federativos van a ser los votos cuando se convoquen las elecciones. Esos son los que tienen la voz. El ente tiene que seguir por encima de cualquier cosa. Canarias es la sexta federación con más licencias y seguirá adelante. Lo que si pido es que piensen antes de votar y que elijan en conciencia a las personas que vean más capaces para gestionar, dialogar y afrontar los problemas que tiene el fútbol.

Hay quien puede ver en estas salidas una maniobra electoral.

Nadie podrá decir eso en mi caso. Solo he expuesto por qué dimito. No se me pasa ni por la cabeza presentarme como candidato. Las puertas nunca están cerradas porque nunca se puede decir que de este agua no beberé, pero lo único que me ocupa y preocupa ahora es que, hasta que sean las elecciones, la FIFLP siga funcionando. Será la Federación Canaria quien decida la fecha y los votos mandarán. A mí no me importa nada más. Eso y que todo se aclare, que todo sea transparente y que las ventanas se abran y se diga toda la verdad. Es lo único que pido y espero. Lo digo con sinceridad.

¿Qué balance hace de sus años al frente de la Escuela de Entrenadores y de tantos años metido en la FIFLP?

Me llevo que cada día se forman mejores entrenadores, que he tenido profesores extraordinarios, de una valía reconocida, gente de fútbol que han puesto el empeño habido y por haber para que el entrenador canario esté al máximo. Y el entrenador canario está a la altura de cualquier entrenador del mundo. En el Comité hicimos una catarsis completa, con un reglamente avanzado y, hasta con la pandemia, hemos llegado al entrenador canario, al que le hemos puesto voz. Pero me voy con pena porque nos quedaba mucho por hacer.

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