El Econy volvió a disfrutar de un triunfo en Europa, 15 años después de que conquistara en 2007 la Willi Brinkmann Cup, imponiéndose en la gran final al conjunto turco del Istanbul Engelli Yildizlar. En 2018, repitieron final en la misma competición, pero en aquella ocasión el ganador fue el potente Sheffield Steelers inglés. En Hannover conquistaron su primera Eurocup 1, su segundo triunfo continental en 34 años.
David Hernández y Raúl Vega podrían ser perfectamente padre e hijo –24 años separan a los dos jugadores– pero son compañeros en un equipo que ha sido capaz de aunar en un mismo grupo a generaciones diferentes de jugadores y de distintas nacionalidades, en un equipo canario que se ha erigido en campeón de la Eurocup 1, llevando el nombre de Gran Canaria a lo más alto.
Ambos representan los valores de un club con 34 años de trayectoria inmaculada a sus espaldas, que no se conforma con su reciente éxito en Europa y que ya fija su punto de mira en su próximo objetivo, la Copa del Rey.
El objetivo del Torneo del KO
El reciente triunfo del Econy en la Eurocup 1 no ha saciado en absoluto el hambre de títulos del máximo representativo canario del baloncesto en silla de ruedas en la Liga más fuerte del mundo. David Hernández –el gran capitán– y Raúl Vega –referente de la selección española sub-22– tienen claro que ante las dificultades de poder ganar este curso la Liga –son terceros a una victoria del Albacete y del Extremadura– a dos partidos para el final, su objetivo debe de ser el de ganar la Copa del Rey de Málaga (20-22 de mayo).
El capitán considera que la consecución del segundo título europeo en la historia de la entidad debe de servir de estímulo y «aprovechar esta dinámica positiva» para cumplir con el nuevo objetivo del equipo, que no es otro que el de «ganar la Copa del Rey».
Por su parte, el internacional español recoge el guante de su compañero, resaltando que en su opinión “para tener opciones de ganar la Copa del Rey tenemos que ir paso a paso, planteando cada partido, sabiendo que la defensa siempre es clave y dar nuestro máximo en la cancha», considerando que el reciente título europeo puede otorgarles la confianza extra para guiarles hasta la victoria.
David Hernández es el primero que no renuncia a soñar en grande, situando entre sus objetivos personales de cara al próximo curso, el poder pelear el año que viene nuevamente por ganar el que sería el tercer título europeo en la historia de la entidad grancanaria.
Tras 14 años en el club, David es todo un referente y un «ídolo» para Raúl Vega, quien desde que comenzó a los ocho años su formación en la escuela del Econy, le ha tenido como su «modelo a seguir». Para el capitán, su jovencísimo compañero es a sus 22 años, «el principal representante del relevo generacional del equipo y un jugador importante tanto en el Econy, como en la selección».
Un sueño cumplido
El pasado domingo en Hannover, el veterano jugador grancanario cumplía un viejo anhelo, tras llegar al equipo un año después de la conquista de la Willi Brinkmann Cup –poder levantar un título del Econy como capitán–, un sueño cumplido y compartido por Raúl, que a pesar de su juventud, ya puede decir que ha sido campeón de Europa representando al equipo de su tierra, un éxito que le ha producido «una emoción muy grande y profunda, que ha sido posible sentirla gracias al trabajo de todos estos años que se ha visto reflejada en este título».
El joven jugador está llamado a liderar a la selección absoluta en el futuro; próximo reto, la Copa del Rey en mayo
Ambos protagonistas tienen claras las claves que les han llevado a conquistar Europa, comenzando por la figura de su entrenador, Jonay Caraballo, que ha sido capaz de hacer de su plantilla un grupo compacto, unido y en el que el trabajo no se negocia, además de poner a disposición de su equipo su pasión por el baloncesto, que le lleva a examinar de tal forma a cada rival al que se van a enfrentar, que no deja ningún factor al azar, lo que ayuda enormemente a su equipo a la hora de afrontar cada partido.
Crecer desde la defensa
La defensa ha sido el factor diferenciador para lograr reconquistar Europa, doblegando al anfitrión, el Hannover, en la que para David Hernández era la «final anticipada» del torneo, siendo capaces de remontar en territorio hostil y con un arbitraje netamente favorable a los alemanes. Raúl señala que en la final con el Ilán Ramat Gan israelí, «teníamos claro que era clave la defensa», recordando que los israelitas «venían en los partidos anteriores ejerciendo una gran presión en defensa, pero Jonay preparó el partido para que pudiéramos anticiparnos a su táctica y contrarrestar esa presión».
