Adiós al genio de oro

Luis Suárez, en la retina de dos canarios contra los que jugó

Felo y Trona, dos históricos del fútbol isleño, compartieron césped con el único Balón de Oro español, recientemente fallecido, durante su trayectoria en los terrenos de juego

Año 1959. Luis Suárez celebra uno de sus dos goles a la UD Las Palmas en el recién inaugurado Nou Camp.

Año 1959. Luis Suárez celebra uno de sus dos goles a la UD Las Palmas en el recién inaugurado Nou Camp. / Mundo Deportivo

Amado Moreno

Amado Moreno

Hoy se cumple una semana del fallecimiento de Luis Suárez (La Coruña, 1935), primer Balón de Oro del fútbol español en 1960, cuando aún era jugador del FC Barcelona. El pasado martes se ofició su funeral en la iglesia de San José de Calasanz del barrio milanés de San Siro, donde residía. Entre los asistentes a su sepelio, el expresidente del Inter, Massimo Moratti, y el director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, Emilio Butragueño, cuyo club envió una corona de flores, al igual que el Deportivo de La Coruña, con el que había debutado en 1953, tras sus estudios y primeros contactos con el balón en los Salesianos.

Dos exfutbolistas canarios, Felo (Rafael Batista Hernández, Las Palmas, 1936) y Trona (Felipe A. Ojeda del Rosario, Las Palmas, 1949) coincidieron con Luis Suárez en el terreno de juego en circunstancias deportivas y fechas distintas. El primero se midió en confrontaciones ligueras de la UD Las Palmas con el Barça de Kubala y Suárez en los años 50 del pasado siglo, y más tarde en partidos de la Copa de Europa cuando, perteneciendo ya al Real Madrid desde abril de 1960, se enfrentó a un Inter de Milán lanzado en 1963-1964 a la conquista de su primer título continental de la mano de Helenio Herra en el banquillo y un conjunto de leyenda liderado por el futbolista español de origen gallego.

Cercano a cumplir los 87 años de edad dentro de tres meses, y después de superar serios achaques de salud, Felo desgrana todavía con lucidez detalles de sus vivencias futbolísticas como jugador de la UD Las Palmas y del Real Madrid, algunas de ellas en el rectángulo de juego concretamente con Luis Suárez como adversario en el Barcelona, y años siguientes en el Inter.

«No voy a descubrir ahora su talla de jugador portentoso desde que salió del Depor», advierte Felo en su residencia del barrio de Las Alcaravaneras, del que nunca se desligó, ni cuando fue traspasado al Real Madrid y prosiguió después al Sevilla, donde colgaría las botas en 1967. Sumó un total de 126 partidos y 13 goles (cuatro en el torneo de la antigua Copa de Europa), tras su debut en la UD Las Palmas en 1956 en la que permaneció cuatro temporadas.

Felo anotó el único gol del Real Madrid en la final de la Copa de Europa de 1964 ante el Inter en Viena

«Entre las principales virtudes del Suárez centrocampista yo destacaría su velocidad en los metros finales e inmediaciones del área, su dominio del balón, visión del juego para practicar el cambio necesario en el instante oportuno y para lanzar el balón a distancia al compañero mejor situado, desconcertando a la defensa adversaria», añadió.

Avala sus observaciones con los recuerdos que conserva de los duelos que libraron ambos en España y en Italia. «Cuando yo jugaba en la UD Las Palmas y nos medíamos al Barcelona con Suárez sufrimos más de una goleada, y luego, yo en el Real Madrid y él ya en el Inter, luchamos por la Copa de Europa», precisa.

Luis Suárez, en la retina de dos canarios contra los que jugó

Felo, exjugador de la UD Las Palmas y el Real Madrid / Amado Moreno

Pese a la derrota madridista, Felo evoca con sabor agridulce su papel en la final europea ante el Inter en mayo de 1964, en la que el equipo italiano comandado por Luis Suárez se alzó con su primer título continental, imponiéndose por 3-1.

«Fue una pena. Ellos se habían adelantado en el marcador con dos tantos de Mazzola y Milani. Nosotros acortamos distancia en el minuto 70 con un gol mío de tijereta aprovechando un córner botado por Puskas, que Suárez cerca de mí no pudo interceptar. Di Stéfano estuvo a punto de lograr el empate después con un remate de cabeza, pero el balón se encontró con la madera de la portería. El partido quedó sentenciado con otro gol de Mazzola en el minuto 76. Es justo reconocer hoy, como lo hicimos entonces, que aquel Inter era un equipo extraordinario en el que concurrían grandes figuras como Giacinto Facchetti, Jair y Corso, además del propio Luis Suárez, Mazzola y el resto. De hecho revalidó el título en la temporada siguiente», relata.

En este duelo, el equipo italiano que lideraba el español alzó su primer título continental (3-1)

El Real Madrid alineó en aquella final a Vicente como portero; Isidro, Santamaría, Pachín, en la defensa; Zoco y Muller, como línea media; y Amancio Amaro, Felo, Di Stéfano, Puskas y Paco Gento, en la delantera.

El halago de Helenio Herrera

Felo no olvida que en la retirada al vestuario le saludó Helenio Herrera para espetarle: «Tienes que venir con nosotros al Inter. Hablaremos». No parecía ser una ligereza más del técnico hispano-argentino. El jugador canario había impresionado con su espectacular gol en el Prater vienés. También en cuartos de final de Copa de Europa había dejado antes el sello de su calidad abriendo el marcador para el Real Madrid a los 35 segundos en el partido de desempate contra el Juventus de Turín. Ocurrió en el Parque de los Príncipes (Paris) en febrero de 1962, con victoria madrileña por 3-1. Los blancos formaron con Araquistain; Casado, Miera, Pachín; Santamaría, Felo; Del Sol, Di Stéfano, Gento, Puskas y Tejada. «Fue un gol relámpago el mío, tras sacar nosotros de centro en el inicio. Puskas obtuvo el balón y me lo tiró en profundidad para yo ganar por velocidad a un defensor italiano y disparar fuerte y raso desde fuera del área para batir a Anzolín, portero rival», describe el autor del tanto.

Luis Suárez, en la retina de dos canarios contra los que jugó

Trona, exjugador de la UD Las Palmas / Amado Moreno

«Yo atravesaba en esa etapa por un buen momento deportivo, por lo que no era extraño que el Inter, a través de Angelo Moratti, o la Juve se fijaran en mi, teniendo en cuenta también que aparecía como titular en el Real Madrid. De hecho –agrega el exfutbolista canario–, y con el permiso de don Santiago Bernabéu, acudí acompañado de Pancho Puskas a una cita para tomar un café con Agnelli, cuya familia era la dueña del Juventus. Me confirmó su interés por contar con mi incorporación al equipo turinés. Pero su deseo no prosperó debido a que el presidente madridista elevó la exigencia económica para la posible transferencia».

El fracaso en la final con el Inter derivó en mayores repercusiones. Precipitó la salida de Di Stéfano del Real Madrid para desembarcar en el Español. «Las diferencias de Alfredo con Muñoz eran muy fuertes y empezaban a trascender insistentemente a los oídos de don Santiago –reconoce Felo-. La derrota en el Prater provocó luego en el vestuario una nueva bronca de Alfredo con Muñoz. Le afeó su planteamiento conservador del partido. Fue una discusión subida de tono entre ambos, de modo que resultaría la gota que colmó el vaso y la paciencia del presidente para resolver con el despido del compañero argentino».

Trona, cedido al Dépor por la UD, coincidió con Suárez en La Coruña en unos entrenamientos

Tal versión es coherente con la desvelada estos días en otros medios que atribuyen a Miguel Muñoz haber avisado sin rodeos a Bernabéu sobre la probable derrota, pronóstico avanzado la víspera del encuentro: «Don Santiago, vamos a perder con el Inter de Luis Suárez y Helenio Herrera. Ellos son muy buenos físicamente y muy rápidos. Nosotros aún vamos al ritmo de Alfredo, así que los más seguro es que nos pasen por encima». Felo confiesa que no le sorprendería la certeza de esa confidencia del técnico madridista al mandatario del club merengue, pero elude valorarla.

Formando parte del Real Madrid el futbolista grancanario ganó entre los años 1960 y 1965 cinco títulos de Liga, una Copa denominada entonces del Generalísimo y otra Intercontinental.

Impactado por su nivel

Por su parte, Trona había recalado en la temporada 1977-1978 en el Deportivo de La Coruña, tras otro periodo anterior en el Alavés, cedido en ambas ocasiones por la UD Las Palmas al no entrar en los planes de Miguel Muñoz, técnico entonces de los amarillos. La situación brindó un privilegio inesperado al jugador canario: compartir el balón con la figura a la que Di Stéfano otorgó el título de Arquitecto por su tecnicismo. Luis Suárez, ya de retirada del fútbol, volvió de vacaciones a su ciudad natal, La Coruña, y durante dos semanas compareció regularmente en Riazor para entrenar a la misma hora que el Depor.

«Puedo asegurar que jamás había visto un futbolista de su nivel con la pelota, dominándola con ambos pies. Rápido y cerebral en la gestión y previsión de sus pases. En los entrenamientos del Depor durante las dos semanas que coincidimos era una delicia verle en acción, ofrecía auténtica exhibición de sabiduría futbolística que nos dejaba maravillados a todos», relata Trona entre entusiasmado con la nostalgia de ese pasado y apesadumbrado con la pérdida que enlutó días atrás el mundo del fútbol.

El amarillo quedó deslumbrado por las habilidades que exhibía la figura interista

«Pese a que ya estaba de vuelta de su trayectoria profesional como jugador en Italia, aprovechaba sus vacaciones en Galicia para seguir entrenando y no perder la forma. Habitualmente hacía ejercicios en solitario por el exterior del terreno de juego, pero a continuación terminaba sumándose a nosotros en los partidillos, compartiendo finalmente vestuario y ducha antes de abandonar las instalaciones. Como persona se mostraba muy cercano, nada vanidosos o soberbio», declara el exfutbolista isleño a modo de resumen.

Como otros jugadores canarios que le precedieron en el Depor, Hilario Marrero en 1928 y 1941, y Antonio Betancort en 1962, Trona aprovechaba la oportunidad para madurar futbolísticamente. Luego seguiría al Córdoba. Su paso por el club gallego mereció el reconocimiento público de su compañero Alfonso Castro, Pichichi de Segunda con 24 goles. «Trona es un centrocampista muy fino, con mucha técnica y muy buen toque de balón. Conseguí materializar muchos de mis goles gracias a él», dijo.

A la entidad deportiva coruñesa, cuna del gran Luis Suárez fallecido el pasado domingo, arribarían en décadas posteriores otros canteranos canarios como Manuel Pablo y Valerón para catapultar internacionalmente al Depor. Rubén, Momo y Aythami se añadieron poco tiempo después a la misma lista.

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