Héctor Marrero, en el 88’, sentencia al Tamaraceite

El Villa Santa Brígida logró su segunda victoria consecutiva a domicilio en el nuevo año al asaltar el Juan Guedes (1-2). El Tamaraceite, que sufre su tercera derrota seguida, se marchaba al descanso mandando en el encuentro con el tanto inicial de Abraham. Tras la reanudación, los de Ángel López obraron la remontada con los goles de Héctor Figueroa y de Héctor Marrero, quien decantó los tres puntos a favor de los visitantes. Con este resultado, los satauteños finalizan la primera vuelta invictos a domicilio.

En un inicio de encuentro movido, el Villa dispuso de su primer acercamiento claro en una jugada en la que Jorge Pérez penetró hasta el área pequeña para asistir sobre su compañero Dani, quien conectó un remate que no encontró la portería del local Carlos Daniel. A renglón seguido, el Támara replicó con una jugada en la que Braulio ganó la espalda a la zaga satauteña para plantarse ante Jonay, pero su tiro lo desbarató el meta visitante con una salvadora parada con la punta de los dedos.

Superado el cuarto de hora, el conjunto de Iván Martín tomó el mando del marcador, tras una jugada de Jerobe por la derecha, quien se fue solo hacia puerta y sirvió atrás para que Abraham fusilara a Jonay. El gol fue muy protestado por los satauteños al considerar que en el inicio de la jugada hubo una falta.

Con el marcador en contra, el Villa no bajó los brazos y dispuso de varias ocasiones para la igualada, pero sin acierto.

Tras la reanudación, el Santa Brígida salió dispuesto a empatar. Y lo obtuvo en el minuto 63; Héctor Figueroa coló de cabeza, por la escuadra una falta lateral lanzada por Vitolo.

El Villa, tras el 1-1, seguía insistiendo ante un Tamaraceite al que le costaba superar el buen engranaje defensivo rival. En el minuto 87, Héctor Marrero se anticipó en un córner ejecutado por Gabri para decantar los tres puntos a favor del conjunto satauteño frente a su exequipo.

Ya en las postrimerías, Álvaro pudo incluso sentenciar la contienda para los visitantes. El atacante se entretuvo en exceso en un mano a mano con el guardameta Carlos Daniel y la zaga blanquiazul llegó a tiempo para abortar el peligro.