La plantilla de la UD Fuerteventura se encuentra en una situación límite y ayer acordó no entrenar hasta que al menos reciban un mes de los salarios que se les adeuda desde que empezó la presente temporada.

Ni por la mañana hubo entrenamiento ni por la tarde, pese a que los técnicos esperaban poder reanudar el trabajo tras el parón de una semana. En el vestuario los futbolistas decidieron que tenían que volver a tomar una medida de presión para buscar un arreglo a una cuestión vital que cada vez se vuelve más turbia y sin visos de arreglo.

Esa es la drástica medida que toman los jugadores, que si no llega ese dinero para paliar de momento la precariedad con la que viven, se presentarán el domingo en el partido contra el Navalcarnero sin haber efectuado una sola sesión preparatoria, lo que sin duda repercutirá en el rendimiento.

Por otro lado, la plantilla también quiere exigir de la directiva que preside Pedro de la Fuente, que sigue ausente de la Isla, unos avales que garanticen el pago de lo convenido con los jugadores para poder tener tranquilidad hasta final de la presente temporada.

Pero todo es muy complicado porque la deuda que tiene el club con la Seguridad Social impide que las subvenciones puedan llegar a manos de los jugadores. Están bloqueadas y además hay que tener en cuenta que se debe dinero a muchos jugadores de la pasada temporada.

Futre ya no está en el Fuerteventura, Memo trata de desligarse y lo mismo sucede con Moisés y Novoa, jugadores que no se incorporaron al equipo tras este descanso. Si las soluciones no llegan de forma inminente, la UD Fuerteventura se encuentra en vías de desaparición.