El doble cero que Marquez Haynes luce en su elástica amarilla le distingue del resto. Dos ceros de leyenda sobre su espalda que revisten de estilo NBA todos sus movimientos sobre el parqué. Sin embargo, esta cifra traicionó ayer al escolta tejano del Gran Canaria 2014. El cero absoluto destacó entre sus estadísticas en un escenario de prestigio que exige talento y valentía. Pero la brújula ofensiva del Gran Canaria 2014 perdió el rumbo y desapareció de la lista de anotadores. Haynes solo tiró al aro blaugrana en cuatro ocasiones y ninguna de ellas entró. Por primera vez en su incipiente trayectoria amarilla, el líder ofensivo del conjunto que dirige Pedro Martínez se quedó con su cuenta de puntos a cero. Marquez Haynes, fichaje estrella tras la espantada de Rasual Butler en el reformulado proyecto amarillo, personaliza el drama que arrastra el representativo canario en la élite ACB en la presente temporada, en la que en la décima jornada se convierte, con un acumulado de 645 puntos, en el plantel que menos anota de los 18 equipos que conforman la Liga Endesa.

El jugador formado a caballo entre Boston College y la Universidad de Texas Arlington e internacional con Georgia es hasta el momento el máximo artillero de la plantilla grancanaria con una media de diez puntos por partido y un registro máximo de 18, firmados en la segunda jornada frente al Cajalaboral. Su aportación con la elástica amarilla ha dibujado una curva errática y ha ido en declive en los últimos encuentros de la Liga Endesa. Ante el Fuenlabrada anotó nueve puntos y en la victoria ante el Joventut, Marquez se quedó en tres puntos cuando, eclipsado por la actuación estelar de Mike Bramos (23 puntos), su compañero de puesto, sumó 14 minutos en pista, casi diez menos de su media de 22 minutos por encuentro.

Un ataque previsible

Pero el artillero tejano no es, ni mucho menos, el único responsable de su desacierto. Haynes es víctima de las carencias ofensivas del equipo de Pedro Martínez, a las que ayer se sumó también Mike Bramos para completar la cuadratura del círculo o del rosco. Ninguno de los dos escoltas del Granca sumó punto alguno, ni sus compañeros llegaron al doble dígito. Las defensas rivales saben que buena parte de sus opciones de triunfo pasan por secar a Marquez Haynes y, ante las limitaciones del ataque claretiano, el rival centra sus esfuerzos defensivos en cercenar los méritos de Haynes o Bramos. A partir de este punto todo se entorpece, el juego se ralentiza y el ataque pierde su efervescencia.

En este aspecto es donde, a partir del próximo partido liguero, tendrá que sumar la figura del último refuerzo, el alero Alando Tucker. Su trabajo en los puntos permitiría liberar espacios y consecuentemente de defensas en el camino de Haynes hacia el aro rival. La fórmula del éxito del año pasado no solo dependía de los puntos de Carroll. También lo hacían los espacios que dejaban las defensas combinadas que le hacían. Bajo esta premisa fundamental nació el proyecto actual, cuando la esperanza Butler aún no se había esfumado. El Granca necesita puntos y a sus estrellas.