El expresidente de la Unión Deportiva Las Palmas Manuel García Navarro, sostiene que nunca ha acordado ni aceptado condonar la deuda por valor de casi cuatro millones de euros que desde 2004 mantiene el club amarillo y que le ha llevado a solicitar el embargo de la entidad que presidió. Mientras, desde el consejo de administración que preside Miguel Ángel Ramírez, se asegura todo lo contrario. Lo cierto es que no existe ninguna declaración pública. El expresidente y empresario nunca ha admitido una supuesta condonación verbal que sí le reconocen varios testigos.

Desde el entorno de la Unión Deportiva Las Palmas, a través de su directiva así como por algunos de los presentes en las múltiples reuniones celebradas desde que en noviembre de 2004 la entidad grancanaria entrara en concurso, aseguran que Manuel García Navarro ha estado cerca de condonar la deuda en varias ocasiones. La más clara se produjo el 28 de junio de 2005 durante la presentación de Visnjic como entrenador amarillo. "En la mañana de hoy ya hemos resuelto el problema con Manuel García Navarro", señaló Miguel Ángel Ramírez, presidente de facto en ese momento. "Su condonación es del 90% de la deuda, unos 900 millones de pesetas. El esfuerzo que él ha hecho es muy satisfactorio para el club", añadió éste en la exposición de un acuerdo que, junto a la condonación de Germán Suárez, significaba liberar a la Unión Deportiva del 70 por ciento de su deuda ante los acreedores.

Posteriormente, el 19 de febrero del año 2008, se produjo la segunda intervención pública por parte de la UD en la que se aludía a un supuesto acuerdo cerrado. Ese día, el club publicó un comunicado en el que agradecía el apoyo de ocho empresarios por el hecho de no haber accedido al dinero del crédito de salvación de julio de 2002, de 9,6 millones de euros, firmado con La Caja de Canarias. "La UD Las Palmas SAD agradece a los empresarios Félix Santiago, Matías Marrero, Manuel García Navarro, Germán Suárez y Alfredo Morales su apoyo en esta operación y posterior condonación", rezaba a continuación este escrito. Sin embargo, el mismo incluía una mención específica respecto al ahora demandante. "Confiamos en llegar a un acuerdo con Manuel García Navarro en los próximos días, para limar las diferencias de índole económica que sostiene con este consejo. No por ello dejamos de reconocer públicamente su más que valiosa y decidida aportación en las últimas temporadas. Este consejo lamenta no poder manifestarse con más detalle para ofrecer todo tipo de explicaciones a los aficionados, dado que debilitaría la estrategia judicial de la entidad en este proceso", se aseguraba en el escrito redactado en Pío XII. Tras esto, García Navarro optó por el silencio. "De momento, hasta después de próximas reuniones y de que se defina cuál es la situación con respecto a mis derechos. Entonces diré algo", aseguró éste en los días siguientes. Meses después, seguía sin llegar el entendimiento para la renuncia a una reclamación de 900.000 euros que García Navarro considera un crédito privilegiado y que, al ser anterior, no está afectado por el convenio de acreedores aprobado por el Juzgado de lo Mercantil mediante sentencia en marzo de 2006.

Un año después, el 17 de septiembre de 2009, García Navarro retiraba una demanda de 1,2 millones de euros contra la UD y aceptaba saldar esa misma deuda de 2002 por medio de asientos vip y butacas libres de publicidad según el relato de Nicolás Ortega, vicepresidente de la entidad amarilla. Según el mismo, el acuerdo se alcanzó en una reunión en la que estuvieron presentes ocho avalistas. "Felicito a la UD Las Palmas por haber tomado una decisión sensata y justa", señalaba García Navarro después. Sin embargo, este acuerdo no llegó a buen puerto. Este crédito es anterior al que posteriormente se solicitó a la Caja de Ahorros del Mediterráneo.

Actualmente, García Navarro expone que de los seis millones que la UD le adeudaba en 2004, tras las quitas del concurso estas quedaron en 2.284.855,94 euros de un crédito ordinario y una segunda de 1.202.024,21 y que no se encuentra afectado por el convenio. El expresidente afirma que para poder afrontar estos créditos del concurso, se solicitó el préstamo de 21 millones a la Caja de Ahorros del Mediterráneo y que él avala con 6,3 millones de euros. Además, éste señala que en 2004 realizó otro préstamo por valor de 930.000 euros y que se debe devolver una vez cerrada la situación concursal.