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Rodri quiere ser don Rodrigo

El novel medio del Atlético, magistral desde la posición de pivote

Rodri quiere ser don Rodrigo

Hace ya bastante tiempo que en su camiseta no pone su apodo, un alias que evoca a una etapa más infantil. Cuesta dejar atrás esos sobrenombres tan marcados, que aportan cierta ternura al personaje en cuestión. En ellos están intrínsecos los resultados de una vida, de etapas, de momentos que han forjado al personaje. Leerlos y mirarlos recuerdan lo que se fue. Sirven incluso para marcar un antes y un después. Y Rodri, con sus 22 años, esa cara jovial y un capote por bandera, quiere ser don Rodrigo.

Este pasado verano, el centrocampista madrileño dio un paso más para ello. Dejó atrás Villarreal, el sitio donde se convirtió en hombre para volver a sus orígenes: el Atlético de Madrid. Ayer, en su cuarto partido como internacional demostró que la selección puede depositar parte de su reesctructuración en los pies del medio atlético. El proceso de maduración del producto está por ver, pero la materia que hay apunta.

En un partido donde España no tenía consuelo, fuera de la fase final de la Liga de las Naciones, el nuevo y último experimento de la UEFA, la selección encontró algunos motivos para recuperar poco a poco la fe. Ahí, en esa argumentación para volver a creer, definir su fútbol y construir el estatus perdido, Rodri pide paso. Pivotó el juego de España -parsimonioso por momentos en la zona de tres cuartos- sobre el metrónomo del futbolista del Atlético de Madrid.

Se encargó Rodri de mover el balón con criterio, otorgarle el primer sentido al ataque español, pero también de asignar rigor táctico y disciplina al esquema de España. Algo que siempre tuvo en sus momentos de gloria de la última era, ya fuera con Marcos Senna, Xabi Alonso o Sergio Busquets -incluso con estos dos últimos a la vez, como en Sudáfrica 2010 y Ucrania 2014-.

La irrupción de Rodri en la selección llega justo en un momento donde Busquets, que entró este año en la treintena, da síntomas de agotamiento. Le queda fútbol por delante de sobre, pero las temporadas cada vez son más largas para el jugador del FC Barcelona. En el cambio de cromos que vive la selección desde la llegada de Luis Enrique, Rodri oposita con firmeza para alcanzar ese lugar por delante de los centrales que organice el juego de España en un futuro no tan lejano. Quizá no sea ni la posición ni la referencia de futbolista que más le urge al equipo nacional, pero que su entrada sea tan reveladora de inicio es una gran señal.

La planta del pivote, que supera los 190 centímetros, intuye un futbolista más brusco. Nada de eso. Impecable con el balón, también resultó capaz de devolver a la posesión de España muchos balones sueltos, recuperar otros e impactar con su presencia.

Ahora a Rodri, que quiere ser don Rodrigo, necesita demostrar esa solvencia con la selección en otros ambientes, frente a otros rivales con más caché que el de Bosnia. Esa será su testeo definitivo antes de que vuele solo. De momento, en el Atlético va en camino y en Gran Canaria dejó su huella.

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