El inicio de cualquier aventura suele llevar su tiempo. Un motor recién montado rara vez arranca al primer intento. Hasta que no le llega la gasolina a los inyectores y los pistones no succionan esa mezcla de aire y queroseno para que la bujía de la chispa, el mecánico suele dar unas veces al acelerador antes de darle al arranque. El Bugedo Fútbol Sala ha conseguido arrancar su motor a la primera y suena de maravilla.
Ñito García, director técnico, entrenador y jugador del Bugedo, confeccionó una plantilla y encajó sus engranajes a la perfección. En su primera temporada en la nueva Tercera División de Fútbol Sala Nacional no ha perdido ni un encuentro. "Habíamos hecho un equipo con mucha ilusión, pero nunca pensé que nuestros inicios serían tan buenos", añade García.
El Bugedo lidera la clasificación del grupo 11 con un punto de ventaja sobre el Polinaga Futsal, que es su único perseguidor a falta de cinco jornadas para el final. El campeón ascendería a la nueva Segunda División B y jugaría partidos a nivel autonómico.
"El equipo hace un esfuerzo para compaginar su vida personal con el fútbol sala, pero todos desean llegar a los entrenamientos", explica García, que se hace cargo de la parte más ligada a la táctica. "Hacemos físico también, y por suerte tenemos una plantilla de chicos sanos, que cuidan su alimentación y el descanso y eso es muy importante para rendir luego en cada partido", afirma.
La semana pasada el Bugedo empató en casa del Polinaga (3-3). "Tenemos el gol average a favor con ellos después de ganarles la ida 5-3, pero no nos podemos relajar", añade García.
Una de las claves del éxito del Bugedo es la solidez defensiva. Una muralla. Ha sido el equipo menos goleado del grupo con 41 goles en contra y 113 a favor. "Somos un equipo sólido, creo que planteamos los partidos de la forma correcta y no se lo ponemos fácil sea cual sea el contrincante", resalta García, que admite su nuevo rol. "Me centro más en gestionar el grupo que pensar en jugar".
El Bugedo compitió la pasada temporada en la liga de aficionados. "La Federación creó esta Tercera División, la cual hacía mucha falta, y muchos de los equipos de la liga amateur se apuntaron", revela Fran Sabina, presidente del Bugedo. El mandatario reconoce sin miramientos que confiaba en la buena campaña de su club. Es el fruto del trabajo silencioso. "Con Ñito al frente, que es un especialista en esto, sabía que nos iba a ir bien", confirma.
Sabina desvela que el 80% de la plantilla es la que participó el año pasado en la competición de aficionados. "Ñito se encargó de fichar a unos pocos jugadores pero la base es la misma", explica. García, por su parte, detalla que la plantilla es un grupo.
"Somos como una familia, no hay ningún jugador que destaque por encima de otro". Aún así, resalta la efectividad de Toni Coll, pichichi del Bugedo con 19 tantos.
El valor de la solidaridad
Juani Rosales, capitán del equipo, también sabía de las posibilidades de una caseta sin límites. "Somos un equipo fuerte, solidario con el compañero y que viene de cuajar una buena temporada en la liga de aficionados, pero si bien es cierto que esta racha no lo esperaba ni el más optimista".
El sueño de todos es jugar la próxima temporada en Segunda B. "La Federación ha querido que ascienda uno directamente, lo cual creo que sea un error, porque la esencia de los deportes de polideportivo son los playoffs", explica Sabina, quien revela que los cuatro primeros clasificados en Tercera son equipos integrantes de la liga amateur insular de 2018.
El Bugedo Fútbol Sala juega el próximo viernes 12 de abril ante el Valsequillo, cuarto en la tabla, en el pabellón Juan Beltrán. Una nueva oportunidad para ver en acción a un equipo que ilustra la perfección. Un motor fiable.
