La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista a Fernando Alejandre Martínez

"Debemos estar preparados para que el Daesh resurja en el Sahel o Afganistán"

"En situaciones complejas la ciudadanía aprecia el trabajo de quienes proporcionan seguridad, como la Policía Nacional y Guardia Civil en Cataluña", asegura el jefe de Estado Mayor de la Defensa

Acercar la labor de las Fuerzas Armadas a la sociedad o mejorar el gasto en Defensa son algunos de los objetivos que el general del Ejército Fernando Alejandre Martínez, Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad) tiene en mente de cara al cargo que ostenta desde marzo. La responsabilidad que se le atribuye con este cargo no es una pesada losa para este madrileño, curtido en numerosas operaciones internacionales. Su experiencia anterior en responsabilidades tan importantes como jefe de mando de la Fuerza Conjunta de la OTAN hacen no solo envidiar su currículo militar, sino que le da una visión muy amplia de lo que deben ser las Fuerzas Armadas del futuro en España.

Entró en el cargo el pasado 24 de marzo, ¿cómo es el balance de estos primeros meses de toma de contacto?

Desde el primer momento ha sido, y es, un verdadero reto en todos los aspectos. Mi objetivo es tan simple, y tan complejo a la vez, como ser eficaz y conseguir que las Fuerzas Armadas que deje cuando me vaya sean todavía mejores que las que me encontré cuando asumí la responsabilidad como Jefe de Estado Mayor de la Defensa.

¿Es la máxima responsabilidad que ha asumido en su carrera?

Sin duda. Todos los destinos por los que he pasado han sido importantes para mi preparación y mi formación, tanto personal como profesional, y todos han conllevado ciertos niveles de responsabilidad. Pero puedo decir que este cargo es el de mayor responsabilidad, porque mi deber es velar por mantener unas Fuerzas Armadas eficaces, capaces de contribuir a la seguridad nacional y a la defensa de los intereses de España allá donde se les demande.

¿Cuáles son los retos que se ha marcado durante su tiempo en el puesto?

Mi objetivo primordial es diseñar la fuerza conjunta que debe estar en disposición de ser empleada en cualquier momento y lugar, de acuerdo a los intereses nacionales. Para ello debe contar con las capacidades necesarias que aseguren el cumplimiento de su misión. El puesto de Jemad no tiene una duración limitada. Es un puesto de confianza del ministro, por lo que es habitual que esté relacionado con la duración de la legislatura.

¿Qué aspectos son los más importantes que cree que se deben tratar desde su cargo? ¿En cuáles se está trabajando ya?

Un aspecto fundamental son las capacidades. En este ámbito, mi objetivo es consolidar capacidades ya adquiridas, su sostenimiento y buscar soluciones innovadoras al definir y desarrollar capacidades futuras, que deben estar alineadas con lo que las Fuerzas Armadas necesitan. Otro punto importante es la presencia activa de España en las organizaciones internacionales de seguridad y defensa, tanto en personal dentro de las diferentes estructuras de mando como en gasto de defensa, aportación de capacidades y compromisos. Y, por supuesto, cuidaré especialmente al militar con mayúsculas, es decir, a la persona. Creo firmemente que son los valores individuales los que hacen equipo y marcan la diferencia. Si tenemos grandes profesionales con unos mismos valores, con una misma voluntad, tendremos un gran equipo y, por tanto, unas grandes Fuerzas Armadas.

¿Le ha servido para tomar las riendas del puesto su experiencia previa en la OTAN y en sus diferentes misiones en el extranjero?

Sí, por supuesto. Pero en todos los destinos por los que he pasado he adquirido unos conocimientos y una experiencia que, sin duda, han sido y serán útiles para desempeñar mis cometidos como Jemad.

¿Qué misiones tienen los militares españoles en la actualidad fuera de nuestras fronteras?

A día de hoy hay cerca de 2.700 militares participando en 19 operaciones en el exterior. Hombres y mujeres de los ejércitos de tierra y del aire y de la armada, así como de los cuerpos comunes, desde sanidad hasta jurídicos. Todos ellos trabajan por la seguridad de España y la seguridad global en Europa, África, Asia y América, así como en el mar Mediterráneo y el océano Índico, en misiones de diferente índole, que van desde la lucha contra la piratería y el tráfico de seres humanos, hasta el adiestramiento de Fuerzas Armadas de terceros países, pasando por la monitorización de acuerdos de paz.

¿El Estado Islámico o Daesh sigue siendo la mayor preocupación a nivel internacional?

El Daesh es, sin duda, una de las amenazas más importantes a las que España, junto al resto de nuestros aliados de la OTAN y la Unión Europea, nos enfrentamos. Esta organización terrorista está a punto de perder sus últimos dominios en Siria e Irak. Pero coincido con la mayor parte de los analistas que señalan que ello no supondrá su fin. Debemos estar preparados a que el Daesh resurja en otros espacios como el Sahel o incluso Afganistán. Sin embargo, en un mundo tan complejo como el actual existen otros riesgos y amenazas a la seguridad a los que debemos prestar atención. A través de un continuo proceso de ajuste a las nuevas realidades, las Fuerzas Armadas están en condiciones de afrontar otras preocupaciones, como puede ser la situación de alarma que viven los países del este de Europa y a la que la OTAN ha dado respuesta desplegando una fuerza de presencia avanzada a la que España contribuye.

Respecto a otros peligros, como los ciberataques, ¿en qué medida redundan en la misión de los militares?

Evidentemente, pueden tener un gran impacto, pero concretamente los ciberataques son una amenaza de la que estamos bien protegidos gracias al Mando Conjunto de Ciberdefensa, que vigila y protege 24 horas al día, 7 días a la semana y 365 días al año las redes militares y los sistemas de información y telecomunicaciones del Ministerio de Defensa.

Todos estos nuevos peligros, ¿obligan a una formación más especializada de los militares?

Indudablemente. La enseñanza militar se debe adaptar al exigente entorno operativo actual y futuro, para lo que hay que primar unos aspectos sobre otros, reforzar los criterios de selección del personal de nuevo acceso y buscar la excelencia de nuestros centros de enseñanza militar y su adaptación a los nuevos requerimientos de formación. Asimismo, tenemos interés en que cierto personal civil que cuente con el perfil que ahora requerimos complete nuestras capacidades humanas.

¿El papel de las Fuerzas Armadas ha cambiado en las últimas décadas? ¿Está quizá más centrado en una labor humanitaria?

El papel de las Fuerzas Armadas es el mismo, puesto que el ordenamiento constitucional no ha cambiado. Eso sí, la forma de desempeñarlo se va adaptando a las necesidades y prioridades que el Gobierno determina, teniendo en cuenta además la evolución de los diferentes escenarios geoestratégicos, que en definitiva son los que marcan la defensa nacional. No creo que hoy exista una dicotomía entre operaciones bélicas y humanitarias. En todos los conflictos en los que participamos hay cometidos de apoyo a la población y de seguridad. Para que una sociedad se desarrolle, debe contar con unas condiciones mínimas de seguridad. Muchas de las misiones en las que participamos tiene ese objetivo y en ese sentido podrían calificarse de "humanitarias", pero los cometidos que desarrollamos son muy diversos. Recientemente, he tenido la oportunidad de revisar los expedientes para la concesión de condecoraciones de la última década y puedo asegurar que nuestros soldados han realizado y realizan acciones que demuestran un valor fuera de lo común.

¿Cree que este aspecto se conoce lo suficiente en la sociedad?

Creo que tenemos mucho margen de mejora a la hora de darnos a conocer a nuestra sociedad. De hecho, una de mis metas es que los ciudadanos nos conozcan mejor, que sepan qué es lo que sus Fuerzas Armadas hacen, y sobre todo, para qué.

¿Ayudaría a que la sociedad tuviera una visión diferente de las Fuerzas Armadas?

Aspiro a que la sociedad nos vea en conjunto, con objetividad. Y como he señalado, me propongo impulsar un mejor conocimiento entre los españoles de las actividades y operaciones que llevan a cabo sus Fuerzas Armadas como institución al servicio del Estado.

¿Sienten su labor respaldada por la sociedad?

Los militares servimos a España y a los españoles y nos esforzamos para que nuestra labor sea conocida mejor y con ello consigamos un mayor apoyo. El hecho de que las Fuerzas Armadas se encuentren siempre entre las instituciones más valoradas y reconocidas por nuestra sociedad, es una gran satisfacción.

¿Cómo valora la reacción de gran parte de la población tras el referéndum de Cataluña respecto a la labor que llevó a cabo la Policía Nacional y la Guardia Civil durante esa jornada?

Como decía antes, la aspiración principal de cualquier sociedad es su seguridad, de la que se desprende su libertad y bienestar. Es lógico que, en situaciones tan complejas como la que hemos vivido, la ciudadanía aprecie el trabajo de los que se esfuerzan cada día a proporcionar esa seguridad. Por consiguiente, no es de extrañar que la inmensa mayoría de los españoles agradezcamos el formidable trabajo realizado en Cataluña por nuestras Policía Nacional y Guardia Civil.

¿Se ha notado que con la crisis ha aumentado la solicitud de entrada en las Fuerzas Armadas?

Como en cualquier empresa que ofrece puestos de trabajo regularmente, estamos sujetos a las vicisitudes del mercado laboral. Resulta muy difícil establecer una relación causa efecto en los términos que plantea. Hay que tener en cuenta que en los años de crisis la oferta se redujo de forma importante, por lo que el número de aspirantes por plaza aumentó. Lo que sí le puedo asegurar es que el importante número de solicitudes demuestra que las Fuerzas Armadas son una opción muy atractiva para muchos jóvenes.

¿La crisis económica también ha afectado a Defensa? ¿En qué sentido?

Por supuesto, la crisis nos ha afectado como al resto de la sociedad española. En nuestro caso, la descapitalización que hemos sufrido en los últimos años nos ha obligado a priorizar y hemos tenido que parar la actividad operativa de algunas unidades provocando que, en la actualidad, nos encontremos en una situación límite. No obstante, todo apunta a que podemos ser moderadamente optimistas de cara al futuro.

¿El gasto en las Fuerzas Armadas por parte del Estado debería ser mayor? ¿En qué cree usted que beneficiaría ese posible aumento?

Creo que hay un consenso generalizado que la inversión en Defensa -yo prefiero llamarlo así- debería ser mayor que la actual. La ministra de Defensa y el Gobierno en su conjunto trabajan en esa dirección. En mi opinión, debería ser mayor que el que tenemos en la actualidad si queremos unas Fuerzas Armadas adecuadas a la seguridad que los españoles y España necesitan y que, además, se ajusten a los compromisos contraídos por la nación con nuestros aliados. No solo estamos hablando de los grandes programas de armamento, sistemas de mando y control o sistemas de inteligencia. Me refiero también a satélites de comunicaciones y observación, y a programas ya conocidos, como el vehículo 8x8, las nuevas fragatas o el futuro avión de combate que reemplazan a unas capacidades que tenemos y se van quedando obsoletas.

Como jefe del Estado Mayor de la Defensa, ¿qué huella quiere dejar?

Como he mencionado al principio, me gustaría ser eficaz y conseguir que las Fuerzas Armadas que deje cuando me vaya sean todavía mejores que las que me encontré cuando juré mi cargo como Jefe de Estado Mayor de la Defensa.

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