Uno de los elementos que caracterizó la actividad pública de Adán Martín fue el énfasis que siempre puso en la ejecución, en la implementación. No se limitó a generar ideas innovadoras, que las tuvo y muchas, sino a implicarse en su ejecución, en llevarlas a la práctica, en convertirlas en realidad. Siempre tuvo claro que había que arremangarse, descender y definir todos los detalles. Y, para ello, dedicó muchas horas a escuchar, a dialogar de verdad con multitud de personas, con una infinita paciencia y generosidad.
Para Adán Martín, una idea innovadora, un buen plan o proyecto no era tal si no llevaba definido en detalle su puesta en práctica, su implementación. Era justo ahí donde había que concentrar los esfuerzos y, para ello, tenía que adentrarse y profundizar en los detalles. Una cualidad, por cierto, que ahora se considera clave y que augura el éxito de las grandes tecnológicas chinas, incluso, sobre las americanas.
Adán accedió a la esfera pública desde el ámbito de la empresa industrial, en una época donde los ingenieros, responsables de producción, eran los protagonistas en las empresas. Hasta que, poco a poco, fueron relegados por los financieros hasta llegar a nuestros días, donde son los responsables del marketing y la comunicación los que han tomado las riendas, y no solo del mundo empresarial. Quizás, sea por eso por lo que la relevancia y la eficacia en la ejecución han pasado a un segundo plano.
La prioridad que Adán daba a la implementación hacía que el consenso fuera una condición necesaria, pero no suficiente, para la acción pública. Siempre se negó tanto a soluciones pactadas pero inviables o ineficaces como a la imposición de aquellas presuntamente eficaces, pero que no contaran con un acuerdo entre las partes.
Diseccionaba los problemas, preguntaba y escuchaba a especialistas y a no especialistas, entraba en los detalles, hacía que las reuniones de trabajo fueran verdaderas reuniones de trabajo, lo que provocaba que se alargasen para disgusto de sus responsables de agenda y hasta de sus propios colegas de equipo de gobierno, que no entendían por qué un presidente o vicepresidente se interesaba tanto en tantos detalles. Por contra, esa misma curiosidad, sus preguntas constantes y el interés que mostraba por los detalles fascinaba a los técnicos y especialistas.
Así, la mayoría de las reuniones se saldaban con peticiones de más documentación y más opiniones de quienes pudieran aportar mayor conocimiento sobre un tema concreto. Porque Adán quería saber todos los perfiles de cualquier materia, fuera la que fuese, estuviera donde estuviese y de cualquier persona que pudiera enseñarle algo, independientemente de cuál fuera su rango o posición; para él no existían pirámides de clases, sino gente y temas de los que aprender. Adán siempre tuvo un gran respeto por la opinión de los profesionales y especialistas, jamás reparó en su color político o ideología, nunca en si tenían título universitario o la sabiduría de la experiencia. Esto le granjeó un gran respeto, cariño y admiración entre técnicos y políticos de todos los colores, entre empleados o ciudadanos con los que se paraba a hablar, sin rehuir el debate de ideas cuando ello fuera necesario, pero evitando toda discusión estéril.
Adán ejerció, de una manera innata, un estilo propio de trabajo en red, con equipos amplios y abiertos, y los lideraba de forma natural y participativa. Y conseguía, sin proponérselo, contagiar esa misma forma de trabajar a sus colaboradores.
Son innumerables los resultados de su actitud ante el trabajo que aún hoy disfrutamos todos los canarios, y muchos también los conflictos que fueron definitivamente enterrados. Igual que son muchos y ambiciosos los proyectos que, desgraciadamente, no han tenido continuidad tras él.
Siempre consideró más importante la ejecución que la publicidad; tal vez por eso todavía hoy muchos canarios desconocen su labor
Por señalar algunos: los planes de barrios en Santa Cruz; el plan especial de protección del casco histórico de Santa Cruz; la ordenación de Cabo Llanos y entrada Sur de la capital con la recuperación del Lazareto. El actual modelo institucional singular (competencial y financiero) de Canarias entre la Comunidad Autónoma y los cabildos (auténticos gobiernos insulares). La coordinación y cooperación inversora y financiera entre los ayuntamientos y el Cabildo a través de los planes sectoriales; la dotación de elementos arquitectónicos emblemáticos, como el recinto Ferial, el Parque Marítimo, el Palmétum, el Auditorio, el TEA, etcétera.
Fue obra suya la definición de un modelo de financiación estable y pacífico entre el Gobierno autonómico, los cabildos y los ayuntamientos. Primero, garantizando la participación íntegra de cabildos y ayuntamientos en los tributos estatales y, después, fijando unos criterios estables en el reparto de los recursos del REF entre los tres niveles de administraciones canarias.
La definición y ordenación de un modelo comercial que acabó con las guerras entre las grandes superficies, supermercados y pequeño comercio, con la potenciación de las zonas comerciales abiertas.
El acuerdo político e institucional de reforma del Estatuto de Autonomía, con un texto que fue la base y la esencia de la reforma aprobada en noviembre de 2018.
Adán Martín impulsó y alentó, primero desde el Cabildo de Tenerife, un desarrollo turístico basado en una planta alojativa hotelera de 4 y 5 estrellas y que, con el tiempo, sería replicada en otras islas. Un desarrollo turístico del que, a pesar de los errores como en todo, debemos sentirnos orgullosos todos los canarios: porque, gracias a él, vivimos dos millones de personas en estas islas y atendemos todos los años a 15 millones de clientes en un mercado sin subvenciones y totalmente globalizado a nivel mundial. Esperemos que la situación actual finalice lo antes posible, no deje graves secuelas y podamos recuperar la etapa precovid.
Un desarrollo turístico al que introdujo el concepto de sostenibilidad, exigiendo atemperar su crecimiento para preservar los valores naturales singulares de cada isla como principal elemento de reclamo, así como la potenciación de todas las actividades complementarias como mecanismo de generar más valor por visitante.
Hay que recordar que uno de los documentos pioneros que hablan de desarrollo sostenible en las islas desde las instituciones públicas fue el Documento verde publicado en 1999 y que, años después, derivaría, con sus luces y sus sombras, en la contención a la construcción de nuevas plazas turísticas a través de la primera moratoria turística.
Ahora que tanto se habla de modelo económico, fue Adán Martín quien puso las bases y empezó la ejecución de una estrategia clara para el futuro económico de Canarias basado en una mayor integración económica y social de las islas.
Un Plan de Infraestructuras Regional que diera mayor continuidad a las islas, conectando a éstas por los puntos más cercanos, dotándolos de puertos y carreteras que permitieran que las piñas del Hierro pudieran llegar en el mismo día a Lanzarote. El famoso Eje Transinsular que favoreciera que las empresas industriales, agrícolas y de servicios se dimensionaran para un mercado interior regional de dos millones de habitantes. Un trabajo que se inició en Madrid en su época de diputado al Congreso en los planes nacionales de infraestructuras, y que consiguió convencer a AENA de cómo debían ser los aeropuertos de tráfico regional, en concreto Los Rodeos o las innovaciones en el transporte marítimo —los fast ferry—.
Este trabajo por la cohesión económica y social de las ocho islas contó con una fase de trabajo conjunto con cada uno de los siete cabildos para que, como gobiernos insulares, estudiaran su mejor encaje y definieran una estrategia económica singular dentro del proceso de integración regional.
Los que lo conocieron y trabajaron con él constatan que nunca trató de descalificar o desacreditar a un adversario político
La otra pata de este modelo era la potenciación de Canarias como plataforma logística en el Atlántico medio, y para ello planteó acciones y medidas en todos los ámbitos. Desde infraestructuras portuarias y aeroportuarias, hasta la lucha permanente con el Gobierno central para garantizar una mayor presencia en la gobernanza de éstas y un marco regulatorio favorable a través del REF que facilitara la captación de inversiones externas.
Junto a todo ello, fue muy importante una labor institucional con los países vecinos del África Occidental y hermanos de América, una labor nunca hecha antes y que jamás se ha vuelto a conseguir con ese despliegue. Obviamente, los resultados en este campo siempre son a largo plazo pero requieren de una labor de ejecución de acciones concretas, continua y persistente.
Precisamente, un capítulo aparte merece, y sobre él se debería escribir específicamente, la labor que Adán Martín desarrolló de acercamiento con los países vecinos.
Fueron hitos muy importantes los contactos al máximo nivel que se alcanzaron con Marruecos, Mauritania, Senegal y Cabo Verde, así como con los países iberoamericanos con los que estas islas tienen unos especiales lazos culturales e históricos como Venezuela, Cuba, Uruguay, Argentina, Texas, etc. La creación de la Casa de África, el contacto permanente con las embajadas españolas en esos países, las oficinas de apoyo para la internacionalización de las empresas canarias en esos países.
De igual manera, merece un capítulo aparte la gran labor que Adán desplegó en la Unión Europea. Una intensa agenda previa a cualquier hito negociador (agrícola, comercial, fiscal, de fondos, de iniciativas, comité de regiones, etc.), con reuniones físicas semanales con comisarios, directores generales y funcionarios. Adán Martín fue siempre una persona conocida y apreciada por todo el personal de la DG Regio, desde el comisario hasta los funcionarios. De especial recuerdo fue su comparecencia ante el Parlamento Europeo para hablar de la crisis de los cayucos y recabar el apoyo de las instituciones europeas.
Todas estas tareas fueron ejecutadas por muchas personas, muchos y muy diversos equipos que a lo largo de casi 30 años de dedicación pública, acompañaron a Adán Martín y a los que lideró y guió, pero, sobre todo, contagió un entusiasmo y amor por la ejecución del trabajo público, las cosas bien hechas hasta el final, por la ejecución, los detalles.
Y ésta es solo una breve muestra que pone de manifiesto la contribución de Adán Martín, como teniente de alcalde de Santa Cruz, presidente del Cabildo de Tenerife y vicepresidente, primero, y presidente después del Gobierno de Canarias al desarrollo de estas Islas.
Una forma de trabajar donde siempre se dio más importancia a la ejecución y a la implementación que a la comunicación y a la publicidad; tal vez por eso todavía hoy muchos canarios desconocen su labor.
Por último, hay un aspecto muy importante de la acción pública de Adán Martín, especialmente en estos tiempos, que fue una constante en su carrera pública. Un rasgo personal del que todos los que tuvimos la enorme suerte de conocerle y trabajar con él podemos dar fe: nunca trató de descalificar o desacreditar a un adversario político. Al contrario, recuerdo perfectamente como en muchas ocasiones corregía a sus colaboradores cuando pretendían incluir en sus intervenciones o declaraciones comentarios duros respecto a sus oponentes y preguntaba ¿es necesario, qué conseguimos con esto?.
Se fue un hombre que hoy sería todavía más imprescindible.
MIGUEL BECERRA DOMÍNGUEZ FUE PORTAVOZ DEL GOBIERNO DE CANARIAS CON ADÁN MARTÍN
