700 años de la muerte de Marco Polo

La crónica del famoso viajero tras su vuelta a Venecia, después de una veintena de años en China, provocó la admiración de muchos y la incredulidad de algunos

Su libro abrió la mente a los europeos para explorar más allá de su continente, impulsando el desarrollo con descubrimientos geográficos en los siglos XIV y XV

700 años de la muerte de Marco Polo

700 años de la muerte de Marco Polo / LP/DLP

«Cuando el Gran Khan está sentado en su gran sala para comer o cenar, ante su mesa, situada a distancia de los restantes y a más de ocho codos de altura sobre todos los demás, a punto de iniciar su comida —estando las copas de oro dispuestas sobre otra mesa, en mitad del enlosado, al otro lado de la sala y a más de diez pasos de donde come el Señor, llenas de vino, leche y otras excelentes bebidas, tanto poder muestran entonces aquellos sabios hechiceros y encantadores con sus ciencias y conjuros, que las copas, llenas como están, se alzan por sí solas y avanzan por el aire hasta colocarse frente al Gran Khan, siempre que quiere beber; hacen esto sin que nadie las toque, volviendo las copas por sí mismas al lugar de donde vinieron, una vez que el Gran Señor las ha apurado». (Del Libro de las maravillas, de Marco Polo).

El veneciano Marco Polo (1254-1324) murió un 9 de enero de hace setecientos años. Sabemos de él que fue un mercader que se atrevió a llegar a China y que dictó un libro (La descripción del mundo, El libro de las maravillas, Los viajes de Marco Polo o Il Millione, que con todos esos títulos se ha editado), a Rustichello de Pisa cuando ambos eran prisioneros como consecuencia de la guerra entre Venecia y Génova. Ese libro ha tenido desde que se difundió, primero como manuscrito después editado, un gran impacto en Europa, siendo considerado por unos como el mejor exponente de un libro de viajes, que consiguió abrir las mentes de sus lectores a un mundo más grande, por otros como una ficción fruto de la mente calenturienta de un mentiroso.

El relato cuenta cómo Marco Polo, con solo diecisiete años, acompaña a su padre y a su tío en un viaje de regreso de éstos a la capital de China, ciudad que hoy llamamos Pekín y entonces Cambalud. Allí Marco consigue el favor del soberano, Kublai Khan, quien le encomienda distintas misiones, entre ellas la de ser gobernador de la ciudad de Yangzhou. En total, entre viajes y estancias transcurrieron veinte años antes del regreso de Marco Polo a Venecia. El libro narra la vida en la corte, la organización civil y militar de los mogoles, costumbres y sucesos curiosos y mil cosas más.

Pero, ¿realizó Marco Polo el viaje que nos cuenta o lo compuso con relatos de terceros y algo de imaginación?

El manuscrito de Rusticello se ha perdido aunque quedan algunas copias anteriores a la primera edición en imprenta (en España la primera edición es de 1503), que permiten aproximarse a esa versión original. La copia de un manuscrito siempre ha dado lugar a añadidos, omisiones y cambios en los textos, lo que es una fuente de problemas para los estudiosos preocupados por la integridad de lo transmitido. Con los libros editados la situación es algo mejor para el análisis textual, aunque complicado a su vez por las distintas traducciones que se hicieron desde la primera época al francés, inglés, alemán y español, como mínimo. En todo caso, y aún admitiendo que haya sufrido alteraciones importantes lo que cuenta Marco Polo suscita, como dije, la admiración de muchos y la incredulidad de algunos.

Veamos que alegan dos de estos últimos. Por un lado, Frances Wood, directora del Departamento de Estudios Orientales de la Biblioteca Británica, en un libro que se titula Did Marco Polo really go to China? (¿En verdad fue Marco Polo a China?). Para la autora inglesa el lenguaje del relato de Marco Polo delata su impostura: para designar las cosas que describe utiliza términos europeos o persas, nunca el chino. Y añade: ¿por qué no dijo nada sobre aspectos muy notorios, como la costumbre de deformar los pies a las mujeres o el hábito de tomar té? Peor aún es que no mencione la Gran Muralla. Marco nos cuenta que gobernó la ciudad de Yangzhou, en la confluencia de Gran Canal y el Yangtze, durante tres años. Si fuese cierto, Marco tendría que haber sido una persona realmente importante porque, tal y como él nos dice, esta ciudad contaba con veintisiete ricas y poderosas ciudades bajo su férula y era administrada por uno de los doce barones del Gran Khan, sus principales consejeros. Pero en los anales locales de la ciudad que contienen una lista de todos los administradores de la época de la dinastía Yuan (1261-1368), es imposible encontrar cualquier gobernador que pueda identificarse con él o que desempeñase el cargo durante tres años. 

Por su parte, el profesor Li Tse-fen, autor de un estudio muy documentado en cinco volúmenes sobre la dinastía Yuan, pone de manifiesto que Marco también ignoraba las costumbres más básicas de China y su cultura: las Cinco Relaciones Fundamentales, las Batallas del Dragón el quinto día del quinto mes lunar, escalar montañas el noveno día del noveno mes lunar y otras. Por ello, argumenta, Marco no estaría capacitado para desempeñar ningún cargo público o realizar ningún tipo de informes útiles sobre los dominios chinos del Gran Khan. ¿Por qué no habla de las impresiones sobre papel, de la escritura china, la acupuntura, el confucionismo o el taoísmo? El libro debe ser considerado como poco más que un cúmulo de informaciones a medio hacer[...] (tomado de J. Larner).

Por otro lado, aunque algunas de las descripciones de Marco Polo pueden parecer exageradas o poco creíbles (ver la entradilla), muchas de sus afirmaciones han sido corroboradas por otras fuentes, como documentos chinos y persas de la época o viajeros posteriores, e incluso anteriores aunque él no los podía conocer. Además, algunos de los lugares y detalles que menciona en su libro se han identificado con precisión en los mapas actuales.

Es importante recordar que las narraciones en aquella época, y por lo menos hasta el siglo XVII, admitían elementos legendarios y fantasiosos, y la exactitud geográfica era casi imposible. Además, muchos creen que el libro abrió la mente de los europeos a viajes de exploración lo que ayudó a la nueva época que se desarrollo en los siglos XIV y XV de descubrimientos geográficos.

En resumen, aunque puede haber algunas exageraciones y errores en el libro de Marco Polo, en general se acepta que proporciona una aproximación valiosa de los viajes y las culturas de Asia en el siglo XIII. Los historiadores modernos tienden a considerar su obra como una fuente importante para comprender la historia de la exploración y el intercambio cultural entre Europa y Asia en ese período, aunque siempre es aconsejable considerarla en su contexto histórico y con cierto grado de escepticismo crítico. Y un poco de ficción tampoco hace daño si el lector es lo bastante inteligente para separar el grano de la paja.

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