Crece el descontento entre las compañías aéreas tradicionales frente a la política de abaratamiento de tasas para determinados vuelos, caso de los que operan en los llamados días valle (el martes en Gran Canaria o el miércoles en Lanzarote) o cuando se trata de nuevas rutas. En estos dos últimos casos, AENA bonifica la tasa, de tal forma que las operaciones aéreas son más baratas. Las aerolíneas saludan la reducción general de tasas en el conjunto del Estado, pero cuestionan que se reduzcan aún más en las condiciones mencionadas. Este descenso de los precios aéreos fue logrado por el Gobierno regional, interesado en promover una mayor entrada de turistas.

Javier Ortega, director de Relaciones Externas de Spanair, aseguró ayer que el sistema de concesión de ayudas, incluidas en los Presupuestos Generales del Estado para 2011, provoca que no todas las compañías "jueguen en la misma liga". Mientras, desde Air Europa prevén que el desembarco de líneas de bajo coste puede generar una desestabilización del mercado tradicional. Incluso, llegan a señalar que a compañías como la suya podría resultarles imposible "competir" en las actuales circunstancias. En Iberia, por su parte, guardan silencio.

En la otra orilla del problema que se ha creado, el consejero de Obras Públicas y Transportes del Gobierno de Canarias, Juan Ramón Hernández, negó que las bonificaciones de las tasas aéreas beneficien más a las compañías de bajo coste que a las aerolíneas regulares como Spanair, Iberia o Air Europa. "Estas compañías están en retroceso con respecto a otras que han crecido, pero las bonificaciones afectan a todas por igual. Decir lo contrario es inventarse las cosas porque precisamente este año se ha corregido el sistema para que se beneficien todas", aseguró.

Los incentivos que crean discordia son los concedidos al establecimiento de nuevas rutas y a la utilización de los aeropuertos en los llamados días valle, es decir, en las jornadas en que los aeródromos tienen programado un menor número de operaciones. Las aerolíneas tradicionales no pueden acceder a estas ayudas porque, según las distintas opiniones recogidas, tienen una programación cerrada que no les permite crear una nueva ruta con la facilidad con que pueden hacerlo otras compañías.

"No se trata de posicionarse en contra del Gobierno canario", aclaró el director de Relaciones Externas de Spanair, pero añadió que les "gustaría poder" beneficiarse "en la misma medida que otras" compañías. Según sus palabras, las aerolíneas tradicionales apuestan "por el territorio", en este caso Canarias, mientras que las low cost van allí donde hay un interés económico.

Air Berlín, más dura

Las dos aerolíneas españolas se sumaron así al malestar expresado un día antes por el subdirector de Air Berlín para España y Portugal, Pablo Caspers. Este directivo de la aerolínea alemana llegó a afirmar que los incentivos que se están repartiendo generan competencia desleal.

Por su parte, en Ryanair, a quien todos parecen referirse sin nombrar, se guarda silencio. Aun así, un portavoz declaraba ayer que "han apostado claramente por Canarias" y no es asunto de la aerolínea pensar "si con esta estrategia les va mal a otros".

Desde el Ejecutivo regional, Juan Ramón Hernández explicó que empresas como Ryanair "se mueven más, buscan nuevos mercados atraídos por el coste de las tasas y sus trayectos son diferentes a los de las compañías regulares". El consejero reconoció que son las low cost las que más se están beneficiando de la reducción de las tasas porque abren nuevos trayectos o incrementan pasajeros, mientras las regulares "tienen rutas convencionales que deben mantener y no actúan de la misma forma".