El Banco Central Europeo (BCE) prolongará su ofensiva monetaria durante al menos nueve meses más con la emisión de 270.000 millones de euros adicionales.
Con esta tercera ampliación de su plan extraordinario de compra de deudas y expansión monetaria (la actual prórroga vencía el 31 de diciembre), el volumen total de recursos inyectados en la economía alcanzará los 2,55 billones, cuando el objetivo en origen era emitir 1,14 billones.
Para la nueva ampliación de su programa extraordinario, el BCE reducirá la dosis mensual de compras de deuda de 60.000 a 30.000 millones, lo que se ha interpretado como una señal de que el final de la expansión está cerca, por más que ayer lo que ocurrió fue que se alejó nueve meses y aún más cuando el BCE no descartó extenderlo más tiempo si fuese necesario. La reducción de la dosis es un intento de testar la resistencia de los mercados a una disminución del dopaje y una forma de eludir la escasez de deuda adquirible de los países más solventes para cumplir el reparto nacional de compras pactado.
El BCE mantuvo el tipo oficial en el insólito 0% y seguirá cobrando a los bancos el 0,4% por los excesos de tesorería que depositen en el banco central.
Aunque el PIB, el empleo y el IPC evolucionan bien en la eurozona, la inflación subyacente sigue lejos del objetivo y al BCE le inquieta un derrumbe del mercado de bonos si interrumpiese las compras.