Ryanair decidió ayer cancelar el 12% de los vuelos que tenía previsto operar el jueves y viernes de la semana próxima por los paros a los que están llamados los tripulantes de cabina (TCP) de España, Portugal y Bélgica en esas dos jornadas. La aerolínea irlandesa declinó ayer confirmar exactamente las operaciones afectadas por las cancelaciones, que de aplicarse de manera lineal serían 26 de las 222 programadas en Canarias esos 25 y 26 de julio. El número de pasajeros afectados superaría los 5.000 por las anulaciones de vuelos y, si las cancelaciones no bastan para evitar más problemas, la amenaza planeará sobre un total de casi 42.000.
La compañía que dirige Michael O´Leary tenía previstos en toda Europa 4.800 vuelos durante la huelga, pero, como mínimo, 576 -el 12%- no despegarán. La cantidad puede alcanzar hasta los 600, según un comunicado emitido por la aerolínea low cost. Con esa medida pretende "minimizar el impacto de la huelga" y, en números redondos, calcula que se quedan en tierra unos 100.000 de los 430.000 viajeros que habían comprado un billete para esos días.
El vicepresidente del Gobierno canario y consejero de Obras Públicas y Transportes, Pablo Rodríguez, instó ayer a la empresa irlandesa "a resolver cuanto antes" el conflicto. A ello añadió que se están manteniendo contactos a diario con Aviación Civil para conocer las necesidades que pueden surgirles a los visitantes que se encuentran en las Islas.
El objetivo del consejero es evitar problemas tales como el de quedarse en el aeropuerto sin posibilidad de viajar cuando ya se ha agotado la estancia contratada en algún establecimiento alojativo canario. En esta ocasión juega a favor la menor ocupación que las plantas alojativas hotelera y extrahotelera tienen con respecto al año pasado. En cualquier caso, aclaró que al Ejecutivo canario "no le queda mucho margen de maniobra", ya que no posee ninguna competencia en la materia.
En su comunicado, Ryanair aseguró que ayer mismo se puso en contacto vía correo electrónico y mensaje de texto con los 100.000 clientes afectados por las cancelaciones. Lo que les ha ofrecido es, bien el reembolso del dinero o bien, "la posibilidad de reubicarse en un vuelo alternativo que se vaya a operar siete días antes o después del 25 y 26 de julio".
La compañía aérea de bajo coste estimó que este 12% de cancelaciones debería bastar para evitar que otros pasajeros se queden en tierra. Según ese esquema, no despegarían hasta un máximo de 400 vuelos en toda España durante los dos días que dura el paro, lo que afectaría a unos 75.600 pasajeros, considerando que están vendidas las 189 plazas que tiene cada uno de los Boeing 737-800 con los que opera. El impacto por las cancelaciones sería de la mitad tanto en Bélgica como en Portugal.
El director de marketing, Kenny Jacobs, pidió disculpas a los afectados y aseguró que la compañía ha "hecho todo lo posible" para evitar una huelga que "no tiene justificación alguna". A su juicio, el objetivo de los convocantes es "entorpecer las vacaciones familiares y beneficiar a otras aerolíneas en Bélgica, Portugal y España".
Las demandas de los tripulantes de cabina pasan por que "todos los contratos de trabajo en Ryanair reconozcan explícitamente y se adapten al marco de la legislación y jurisdicción española". Además, exigen la erradicación de las empresas de trabajo temporal de la política de contratación de la compañía, que todos cobren las mismas pagas o se dé a la antigüedad el "reconocimiento que se debe".
Para Jacobs, los TCP "disfrutan de un buen sueldo -hasta 40.000 euros anuales (siendo países con una alta tasa de desempleo juvenil)- y un roster líder en el sector de catorce días libres al mes".
