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Los hoteleros confían en la clientela canaria para salvar la Semana Santa

La política de ofertas de precios se impone para convencer a los isleños de ocupar las plazas que liberan los extranjeros l Caen las pernoctaciones un 5% en febrero

Un grupo de turistas camina por las Dunas de Maspalomas, en el Sur de Gran Canaria. SANTI BLANCO

La tardía llegada de la Semana Santa se unirá a la tendencia descendente de la actividad turística como factor que provocará un adelgazamiento de la demanda desconocido para esas fechas durante los últimos años. Los hoteleros giran la cabeza hacia un mercado local que verá proliferar ofertas que intentarán convencerles de que se queden en el Archipiélago en lugar de marcharse a algún punto de la Península aprovechando el descuento del 75% en los billetes aéreos.

"Las caídas en marzo ya superan el 10%", aseguró ayer el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT), José María Mañaricua. Ese dato significaría una acentuación de la progresiva pérdida de turistas extranjeros, "principalmente alemanes y nórdicos". La ocupación en el conjunto de Canarias durante el mes de febrero fue del 71,62%. El negocio, por tanto, no pierde el pulso, pero sí 6,2 puntos con respecto al mismo mes del pasado año, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística.

La Semana Santa se celebra este año entrado el mes de abril, cuando tradicionalmente ya han hecho las maletas los visitantes que provienen de los mencionados mercados del norte de Europa que ahora están en horas bajas. Los destinos competidores reabiertos -Turquía y Egipto principalmente- están ávidos por recuperar el tiempo perdido a la mayor brevedad, desplegando una política de precios bajos contra la que no pueden competir las Islas.

A los visitantes que se pierden por esa vía se unen los que adoptan una postura conservadora ante el temor a los efectos que puede traer la desaceleración de la economía. Precisamente germanos y nórdicos son los primeros que reaccionan de esa manera ante la presencia de nubes grises en el horizonte económico.

Esa pérdida de clientes propiciará un elevado número de camas disponibles en comparación con años anteriores. A medida que se acerquen las fechas festivas, los empresarios hoteleros y extrahoteleros irán modulando los precios para atraer a los canarios a sus establecimientos.

No hay datos aún de la influencia que tiene el incremento del descuento hasta el 75% para los residentes que se desplacen a la Península, pero el sector turístico sabe que es otro factor contra el que tendrá que pelear. Restará, además, la posibilidad de que las camas que no contraten los isleños encuentren comprador en el mercado nacional, que crece mientras cae el foráneo.

Según la Encuesta de Ocupación Hotelera conocida ayer, las pernoctaciones en las Islas cayeron en febrero un 5%. Desagregadas por procedencia de los viajeros, se perdieron un 5,6% por la rama extranjera y se ganaron un 2,7% por la nacional.

Traducido a la contabilidad, la pérdida de ingresos por habitación disponible alcanzó el 8,81%. Además, los turistas acortan sus estancias; ahora son de 6,83 días y hace doce meses eran de 7,09.

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