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Crisis del coronavirus La opinión de los expertos económicos

Germán Ríos : "Una vez termine la cuarentena tendrá que haber un fuerte impulso fiscal"

"Ahora las economías del mundo deben acordar cómo reaccionar ante este tipo de fenómenos", destaca el economista, profesor asociado de IE University

Germás Ríos, en una imagen de archivo. LP/DLP

El comportamiento de los hogares es esencial para saber cómo actuar en el futuro. ¿Cómo han cambiado desde que empezara la crisis sanitaria

La restricción de consumo provocada por el coronavirus ha cambiado a la mayoría de hogares. Tras estar un tiempo en confinamiento, te das cuenta de que antes consumías ciertas cosas que ahora has dejado y que tampoco ha supuesto una gran dificultad para ti. Por ejemplo, el confinamiento ha llevado a pasar un tiempo sin consumir comida de restaurante o a domicilio y ha obligado a muchos a cocinar. Eso es un pequeño canal de ingreso que puede mantenerse en el tiempo. También puede pasar lo contrario, que consuman más de otras cosas: por ejemplo, más entretenimiento online.

La duda asentada en la cabeza de todos es qué pasara en la economía una vez termine la cuarentena. Todo apunta a que habrá un pico de consumo, al menos al principio. ¿Y después?

Lo que va a pasar es que todo va a volver a la normalidad, pero de una forma gradual. No sabemos cuáles serán las consecuencias del fin de cuarentena, por lo que nada va a poder empezar a trabajar automáticamente. En el caso de España, donde casi un cuarto del PIB pertenece al turismo, podemos acabar la cuarentena pero puede haber países cerrando sus fronteras, afectando así al turismo de forma inmediata aunque hayamos pasado el virus. Las primeras en crecer serán las industrias de producción, los restaurantes y los servicios de ocio. Querremos salir y disfrutar. Fue similar a lo que ocurrió en China y Corea: en cuanto la gente empezó a volver al trabajo, gradualmente comenzó la actividad. Pero no fue algo brutal o muy rápido.

¿Cuáles serán entonces los sectores más castigados?

El sector servicios ha estado muy castigado, sobre todo la hostelería y la restauración que, en España, son sectores que demandan mucha mano de obra. Estos, además, dependen de las decisiones de otros países. La venta al por menor también debe tenerse en consideración, porque son los que más han perdido por tener que cerrar las tiendas y enviar el personal a su casa, pero se recuperarán mucho más rápidamente que otros en cuanto abran de nuevo.

Y habrá otros que se desarrollen positivamente.

Hay sectores muy interesantes que durante esta crisis han demostrado que pueden tener un potencial. El tema de educación online, por ejemplo, me parece realmente interesante porque puede tener unas implicaciones importantes en el futuro: es posible que muchos profesores de universidad comiencen a usarlo más allá de la cuarentena porque vean que es más productivo o más útil para algunas asignaturas.

¿Podría la crisis también afectar positivamente en la cultura del teletrabajo?

Una de las cosas que este virus ha demostrado es que el teletrabajo es factible. Hemos visto su crecimiento. Al final, el teletrabajo contribuye al equilibrio entre trabajo y familia porque te permite distribuir tus tareas y, si lo que le interesa a una empresa es que cumplas con ciertos objetivos, realmente te da igual hacerlo desde casa que desde tu puesto.

¿Estaba la economía global preparada para la llegada de una pandemia?

El coronavirus nos ha llevado a dos aprendizajes. Este tipo de fenómeno global de rasgos biológicos, como también lo es el cambio climático, necesita una respuesta global. Yo creo que después de esta pandemia lo que debería pasar es que las economías del mundo se pongan de acuerdo para concluir cómo reaccionar ante un fenómeno como este que hace dos meses ni se planteaba. Por ejemplo, estableciendo protocolos de investigación conjuntos, ahorros de rescate o mejorando mecanismos de coordinación. A nivel estatal, los países ahora también aprenden una lección: hay que tener algún tipo de seguro para poder afrontar este tipo de problemas. Una familia que se enfrenta a una situación inesperada normalmente tiene que tirar de ahorros así que, en el caso de los gobiernos, deben aprender a generar fondos reservados para emergencias tan graves como estas. A nivel global, vamos a aprender que siempre tiene que haber planes de contingencia porque este tipo de situaciones pueden volver, y tendremos que estar mucho más preparados que esta vez.

Precisamente ahora estamos en pleno debate sobre los llamados 'coronabonos' de la Unión Europea. ¿Por qué está hablando el Gobierno de esto? ¿Qué implica en la crisis?

Lo que va a hacer esta crisis del coronavirus va a ser provocar un fuerte parón en las actividades económicas. Las herramientas que pueden utilizar los gobiernos para tratar de suavizarla va a ser gastar a través de transferencias directas o apoyar a las empresas que peor lo han pasado durante esta crisis. En resumidas cuentas: hace falta dinero. ¿De dónde puede sacarse? Los coronabonos son una forma de conseguir este dinero para gastar a través de la emisión de unos bonos que, en el escenario actual, son especialmente atractivos. Es importante que todos los países de la Unión Europea estén de acuerdo con ello. Lo que estamos viendo ahora es que Alemania y Holanda no están muy por la labor y que sí lo están, obviamente, los que lo están pasando peor y ya venían endeudados de antes, como Italia o España. Estos bonos son interesantes porque se utilizarían una vez para paliar la crisis en este momento y de esta manera. Con la emisión de esos fondos, todos los Estados pueden apoyar las políticas de fortalecimiento de los sistemas de sanidad y promover políticas fiscales para ayudar a la sociedad y a las empresas. Puede ser una buena solución. En esta situación particular tiene sentido porque es una manera de ayudar a los países y proteger sus economías.

¿Ha tomado nuestro Gobierno las medidas económicas correctas?

Yo creo que sí que han ido en la dirección correcta. Se están aplicando en el momento necesario porque el momento necesario es ahora. Las medidas van enfocadas hacia el apoyo a familias y pequeñas y medianas empresas siguiendo el patrón que también han seguido otros países. Siempre se puede hacer un poco más, claro, hay ideas que sí que tienen otros países sobre la mesa que el Ejecutivo sí que podría considerar: por ejemplo, lo que esta haciendo Estados Unidos dando un bono a personas que van a perder el empleo y autónomos que no cuentan con fuentes de ingresos para compensar la pérdida que puedan tener.

Se ha criticado mucho, por ejemplo, que se haya aprobado una moratoria para las hipotecas pero que hubiera que esperar hasta ayer,en la tercera semana de confinamiento, para buscar soluciones al alquiler.

Es probable que medidas de este tipo no se hayan tomado hadta ahora por su complejidad. Ésta precisamente acaba siendo un arma de doble filo:puedes beneficiar con la moratoria de alquiler a los inquilinos pero hay gente jubilada que ha invertido todos sus ahorros en los inmuebles que alquilan y probablemente estos sean su fuente principal de ingresos. ¿Qué pasa con ellos entonces? El Gobierno debería estudiar cómo compensar a las personas que dependen del ingreso de la vivienda que alquilan.

¿Y los autónomos han salido bien parados del paquete de medidas económicas?

Hasta ahora las medidas que se han tomado con los autónomos se han basado en postergar pagos, impuestos y contribuciones a la Seguridad Social, lo que les reduce los gastos pero no les permite generar ingresos. Ahí es donde podría aplicarse una medida similar a la de Estados Unidos que permita apoyar económicamente a este colectivo. No obstante, hay que pensar que seguimos en un escenario que puede evolucionar de muchas formas y que en un país como España, con alto déficit fiscal y endeudamiento, es difícil tomar estas medidas sin un respaldo económico suficiente.

Entonces, ¿qué recomendación tiene ahora mismo para los autónomos?

Les diría que esto debería pasar relativamente pronto. Si miramos lo que está ocurriendo en Corea y China estaríamos hablando de un promedio total de distanciamiento social de entre 8 y 10 semanas, básicamente dos meses o dos meses y medio. Eventualmente, una vez que este periodo pase, el autónomo debería ser capaz de volver a una actividad relativamente normal. Durante este periodo de crisis lo más importante es controlar gastos, aprovechar los apoyos que el Gobierno va a dar y, eventualmente, aprovechar para reflexionar porque, así como la vida de todos se esta transformando, seguramente la vida de algunos autónomos también lo haga dependiendo del sector en el que trabaje. Por ejemplo, los autónomos que hayan teletrabajado durante su carrera laboral pueden utilizar este periodo para replantearse cómo ofrecer sus servicios y otros nuevos a un consumidor que va a salir de la cuarentena apreciando mucho más los cambios vitales que la tecnología le ha permitido tener. Podrán reinventarse los autónomos que prestan servicios de administración de fincas, los asesores fiscales, los conferenciantes... Para este tipo de autónomos podría desarrollarse una actividad novedosa, diferente, aprovechando esta coyuntura. Por supuesto, hay otros autónomos que lo tienen más complicado porque dependen de una actividad específica que no puede realizarse ni durante la cuarentena ni teletrabajando. Estos deben ser un poco más pacientes y tratar de mantenerse a flote durante la parte más pesada de la crisis porque, una vez que esto pase, muy probablemente van a poder ir haciéndose poco a poco a la normalidad.

¿Cuál será la primera medida económica que se aplique una vez acabe la cuarentena?

Una vez termine la cuarentena el Gobierno tendrá que hacer un fuerte impulso fiscal. Habrá una demanda muy disminuida y va a hacer falta un empujón para que las empresas empiecen a producir y los servicios se restauren. Van a hacer falta personas que presten los servicios y personas que quieran consumir esos servicios. Y para ambas cosas es necesario el mismo ingrediente: que la gente tenga dinero. Es importante diferenciar el durante y el después en una crisis sanitaria de este calibre. Durante la pandemia el escenario es muy diferente porque hay que centrarse en los gastos básicos: comida, renta y servicios públicos. Sin embargo, cuando salgamos de esta, el papel del Gobierno en términos de gasto público va a tener que centrarse tanto en la inversión en infraestructuras como en el apoyo al empleo e industrias.

¿Qué va a pasar con el sector primario?

La ganadería y la agricultura no van a verse tan afectados por la crisis, aunque lo vayan a tener complicado como todos. El motivo es que una de las prioridades de consumo ahora mismo son los alimentos, por lo que las comunidades basadas en esta industria estarán bien en un plazo corto.

Las zonas rurales, pues, juegan un papel relevante durante esta crisis sanitaria.

La crisis sanitaria hubiera sido mucho más complicada sin la producción de las zonas agrícolas y ganaderas. Hay países donde la gran cantidad de alimentos que se consumen son importados. En una crisis biológica como esta, que implica a todos los estados a nivel global, con las fronteras cerradas y cada país intentando proteger a su población, la producción doméstica se hace completamente esencial. Todo lo que hemos oído hablar de la seguridad alimentaria y de poder producir localmente tu producto creo que va a ser clave hacia el futuro porque, si algo ha demostrado el virus, es que somos vulnerables.

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