Junio puede tomarse como el primer mes en el que la actividad turística comenzó a retomar el pulso en el Archipiélago. Lo hizo de manera pausada en respuesta a la lógica escasez de demanda que se deriva de las muchas incertidumbres que aún quedan por resolver en lo que respecta a viajar. En el sexto mes del año solo se pusieron a disposición del público 4.772 plazas hoteleras, el 2% del total, y la ocupación media fue de tan solo el 17%.

Los empresarios se enfrentan a una "planificación muy complicada", en palabras del presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT) de la provincia de Las Palmas, José María Mañaricua. La cancelación gratuita es un factor esencial ahora mismo. "Si no la ofreces, no hay compras", continuó el representante del sector.

Los potenciales viajeros no concretan el desembolso si no tienen garantizada una devolución automática. No saben cómo va a evolucionar la pandemia y si los rebrotes van a obligar a un nuevo confinamiento, con lo que exigen esa garantía a la hora de planificar sus vacaciones.

Sin embargo, esa ventaja que se pone a disposición de la clientela, se convierte en problema para los establecimientos. Según Mañaricua, hay hoteles que se enfrentan a una ocupación del 80% -nutrida por canarios en su mayor parte-, realizan sus compras en previsión a ese volumen y, a pocas fechas, la asistencia se les cae "a un 30% o un 40%. Es muy complicado no incurrir en sobrecostes", detalla el presidente de la FEHT, lo que es más grave aún teniendo en cuenta la situación de cero absoluto de la que se parte.

Los números que deja la Encuesta de Ocupación Hotelera que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) ponen de manifiesto que los empresarios han recurrido a la máxima prudencia en la vuelta a la actividad. En junio, los hoteles de las Islas dieron servicio a 9.998 viajeros, una cantidad ínfima si se compara con los 812.726 del mismo mes del año pasado. En términos relativos, se trata en un salto sin paracaídas desde la estratosfera (-98,7%).

El sexto mes del año es uno de los malos para la actividad alojativa canaria. Está dentro del valle que se produce entre el final de la temporada alta y el repunte veraniego. No obstante, en 2019 se alcanzó una ocupación media del 72,4% y este de solo el ya comentado y raquítico 17%. Con el agravante de que hace un año se obtuvo ese valor partiendo de 244.853 plazas y este, solo 4.772.

Lógicamente, el empleo se resintió. Si hace doce meses estaban activos 46.285 trabajadores, en esta ocasión fueron solo 594.