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La estabilidad laboral, fuera del alcance de actores y personal administrativo

-Los intérpretes teatrales o cinematográficos no firmaron un solo contrato indefinido en 2019 - Los puestos de directores comerciales y de ventas son los más sólidos

La estabilidad laboral, fuera del alcance de actores y personal administrativo

Lo más estable que se encuentran los actores son las tablas que pisan durante los ensayos y la actuación. Ni sus contratos ni, por ende, su ingresos lo son. Tampoco descubre nada nuevo a este respecto el último Informe del Mercado de Trabajo de Las Palmas que cada año elabora el Observatorio de las Ocupaciones del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal). Sin embargo, una cosa es saber que los vaivenes son inherentes a la interpretación actoral profesional y otra conocer que en este ámbito no se rubricó ni un solo contrato indefinido en toda la provincia a lo largo de 2019.

Colocada en el inicio la particularidad, mayor gravedad presenta el contexto general. Solo el 11,09% de las relaciones contractuales formalizadas en Las Palmas durante el pasado año -453.785- tuvieron carácter indefinido. El registro se quedó a 2,26 puntos del que se alcanzó en 2018.

Para entender por qué se produjo ese resbalón, basta echar la vista atrás un año y recordar que hicieron falta dos procesos electorales para concretar un nuevo Gobierno de España, y que, sobre todo después del verano, se multiplicaron los mensajes sobre un posible enfriamiento de la economía de tamaño incierto.

Por más que fueran mayoría y terminaran por imponerse los analistas que aseguraron que el supuesto daño se reduciría a un crecimiento de menor tamaño que el de ejercicios anteriores, la incertidumbre estaba sembrada. Para los inversores era tiempo de esperar un poco a ver qué pasaba y esa actitud no abona el terreno para que proliferen las contrataciones estables. La tasa de variación interanual no deja lugar a las dudas, las relaciones laborales sin fecha de caducidad cayeron un 17,29% a lo largo de 2019.

"Abuso" o "necesidad"

Las lecturas que le caben a este panorama viajan entre el "abuso" de la temporalidad denunciado periódicamente por los sindicatos y la "necesidad" de flexibilidad a la que aluden los departamentos de recursos humanos. En medio de todo ello la realidad de las dificultades por las que atraviesa una mayoría de la población, que ve frustradas sus aspiraciones contrato tras contrato.

Presentados los actores como principales exponentes de la dificultad que el tiempo actual presenta de cara a concretar un proyecto de vida, les siguen los promotores de ventas, con solo un 1,68% de ellos pudiendo lucir uno de esos contratos que antes daban en llamarse fijos.

Tampoco nada nuevo teniendo en cuenta que en muchos casos esta labor, que se concreta en, por ejemplo, ofrecer nuevos productos a los compradores de un supermercado desde un expositor colocado al efecto, está muy acotada en el tiempo.

Llama la atención, sin embargo, que en tercer lugar de la clasificación de los más perjudicados por la precariedad laboral en lo que a duración de los contratos se refiere aparezcan los administrativos que no tienen entre sus funciones la relación con clientes. Solo dos de cada cien (2,07%) tienen contrato fijo.

Les siguen los animadores comunitarios, con lo que el ámbito de la cultura vuelve a aparecer entre las cinco profesiones con menor estabilidad. El portal de la orientación profesional define así las labores de estos trabajadores: "Programar, desarrollar y evaluar las programaciones culturales realizadas por las personas responsables de cultura; desarrollar acciones de comunicación y marketing cultural, y programar y dinamizar proyectos de animación cultural con las redes asociativas culturales". Solo el 2,66% de los contratos firmados en este ámbito tienen carácter indefinido.

Y no termina con estos la inestabilidad laboral cuando los objetivos profesionales pasan por la concreción de una carrera en el entorno de la creación artística. La quinta profesión con menor índice de estabilidad durante el año pasado fue la de compositor, músico y cantante (3,58%). Es cierto que hay un porcentaje mínimo de creadores que triunfan en este ámbito y optan por gestar su propia empresa, pero asusta comprobar la ínfima cantidad de artistas que logran una estabilidad laboral.

Los datos del Informe del Mercado de Trabajo de Las Palmas también refleja las ocupaciones que se sitúan en la orilla contraria, en la que tienen amplio protagonismo los cargos directivos. Sencillo también de percibir es un estamento directivo que no firma contratos mensuales, trimestrales o por horas.

Al frente de todos ellos, los directores comerciales y de ventas. El 77,14% de los contratos que formalizaron el año pasado estos profesionales eran indefinidos. El valor añadido que aportan en el desarrollo de su labor es muy evidente, sus carteras de clientes y proveedores son muy preciadas y dejarlas caer en manos de la competencia puede suponer una decisión de la que lamentarse durante mucho tiempo.

Les siguen (71,43%) los estrategas, es decir, los directores de políticas y planificación. A partir de ahí se abre una brecha muy grande tras la que asoman los directores y gerentes de hoteles. El 47,86% de los acuerdos laborales firmados con empresas durante el pasado año tenían carácter indefinido. Son los terceros de la clasificación y los que aún se sitúan en el entorno de la mitad indefinidos y la mitad temporales.

Tras ellos y a lo lejos surgen los agentes y representantes comerciales, de los que un tercio (33,22%) lograron firmar contratos sin fecha de caducidad. Extraña, porque en numerosos casos son sus carteras de clientes las que alimentan los ingresos de las empresas. Sin embargo, también es cierto que la estructura de sus retribuciones la componen una parte fija no muy elevada y una variable por las facturación conseguida. Si esta segunda funciona, el salto a la contratación indefinida suele ser un hecho.

El informe también ofrece un listado de las ocupaciones con mayores tasas de mujeres -limpieza de oficinas, hoteles y otros establecimientos similares, enfermeras no especializadas o promotoras de venta- y hombres -albañiles, mantenedores de edificios o pintores y empapeladores-.

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