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Impagos de Duro Felguera ponen al borde del colapso a seis pymes canarias

Las subcontratas isleñas no cobran desde el mes de junio y el problema afecta a 50 familias

Protesta protagonizada ayer por las empresas subcontratadas por Duro Felguera junto a la central de Juan Grande. LP/DLP

Seis pequeñas y medianas empresas canarias están al borde del colapso. Son subcontratadas de la empresa Duro Felguera para la realización de unos proyectos de mejora que la compañía Endesa está realizando en sus centrales de generación de energía eléctrica de Juan Grande (Gran Canaria) y Granadilla (Tenerife). Desde junio no reciben un solo euro y califican su situación como "insostenible". Medio centenar de familias isleñas dependen de esos ingresos. Ayer mostraron su malestar y preocupación junto al complejo térmico del Sur grancanario.

Duro Felguera es una empresa asturiana con sede en Gijón dedicada en gran medida a la ejecución de proyectos industriales y energéticos. De ahí que Endesa dejara en sus manos la concreción de un proceso de inyección de urea para reducir la presencia de los nocivos Nox (óxidos de nitrógeno) en los gases que las chimeneas de las mencionadas centrales de generación térmica lanzan a los cielos canarios.

Lo lógico en esos casos es que la titular del contrato cuente con empresas locales, a las que subcontrata quedándose para sí las labores de supervisión. Así lo hizo y fueron las seis pymes canarias las que lograron hacerse con trozos del aparente pastel: ejecución de la obra civil, proyectado de los vasos de decantación y las nuevas canalizaciones.

Entre noviembre del pasado año y enero del presente, las pymes elegidas comenzaron a operar. Sin embargo, lo que entonces parecía una buena noticia se ha traducido en pesadilla. El propietario de una de ellas, que no quiso revelar su identidad asegura que en su caso la deuda acumulada ha superado ya el medio millón de euros.

Lo peor es que nadie coge el teléfono ni atiende a los correos electrónicos que tanto él como el resto de damnificados les remiten, por lo que el debe de Duro Felguera continúa creciendo y sin visos de retroceder en el corto plazo. "Nos dicen que han tenido que hacer un ERTE y no hay personal para atender las llamadas", explicó ayer este afectado

Todos coinciden en afirmar que no cabe achacar los impagos a la pandemia de Covid-19 y que les consta que Endesa sí liquida con Duro Felguera en los plazos estipulados. No obstante, el decreto de estado de alarma bastó para que certificaciones que tenían marzo como mes de vencimiento se deslizaran hasta el mes de mayo.

Los problemas de la compañía asturiana vienen de mucho antes. Hace tres años logró refinanciar su deuda de 233 millones de euros, afrontó una ampliación de capital y despidió al equipo directivo. De poco sirvió, desde hace un año negocia con sus acreedores para evitar declararse en concurso. "Están en el límite en el aspecto económico, de ahí que el hecho de que Endesa les pague a ellos no sea garantía de que nosotros cobremos; tienen muchos agujeros que tapar", lamenta otro afectado.

Es una de las empresas consideradas estratégicas por el Estado, que no quiere ver cómo se esfuma el conocimiento atesorado por problemas de gestión y financieros. De ahí que cada vez que sale a relucir el nombre de Duro Felguera ligado a dificultades económicas se aluda a los avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) como una de las posibles soluciones para, al menos, salir del trance de la quiebra absoluta.

También se barajó recientemente la posibilidad de la entrada de un nuevo inversor, pero lo cierto es que el lastre que se arrastra es demasiado pesado como para convencer al nuevo capital de que está ante una oportunidad rentable. Mucho se ha hablado de esa posibilidad que hasta la fecha no se ha concretado.

En medio de todo ese panorama, el mes pasado dio a conocer su intención de acogerse al rescate que el Gobierno central ha ofrecido a las empresas que tienen grandes volúmenes de trabajadores.

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