A diferencia de lo que les ha ocurrido a otros sectores, las autoescuelas no están sufriendo con tanta dureza los embates de la crisis provocada por la pandemia. Este año en Canarias el número de alumnos se ha incrementado hasta un 20% respecto a otros anteriores, debido a que muchos parecen haber aprovechado el parón laboral auspiciado por la crisis y la paralización turística para sacarse el carné de conducir. Algo que, unido a las medidas y protocolos para evitar contagios de coronavirus, está provocando retrasos para realizar el examen teórico que pueden superar los dos mes.
Así lo explica el vicepresidente de la Federación de Autoescuelas Canarias (Feaca), Marcos Déniz, quien señala que la reducción de aforo en las instalaciones de Tráfico donde se llevan a cabo los exámenes que son informatizados están provocando importantes demoras. «El aula tiene una capacidad a la hora de realizar los exámenes y actualmente esta capacidad se ha visto reducida por la pandemia», sostiene. Esto provoca que la lista de espera para poder presentarse a la prueba sea de al menos un par de meses.
«Ya lo hemos hablado con la jefatura de tráfico y tiene difícil solución», mantiene Déniz, ya que debido a las características del examen –una prueba tipo test que se realiza en un ordenador– es complicado ampliar el cupo. «Se han puesto más turnos de examen pero no absorbe la demanda de alumnos que se quieren presentar», apunta, por lo que las autoescuelas y futuros conductores solo tienen la vista puesta en que la mejora de la incidencia del coronavirus permita abrir la mano y ampliar los aforos.
En contrapartida, este año las esperas no están siendo excesivas en el examen práctico, al contrario de lo que solía ocurrir durante los veranos anteriores a la pandemia. Normalmente, debido al aumento de personas que aprovechan el periodo estival para obtener el carné de conducir y a la falta de examinadores, se producían retrasos para realizar el examen práctico. «En este sentido estamos mejor que otros años, los alumnos se pueden presentar en quince días o un mes, aunque la espera para vehículos pesados y motos es mayor», expone Déniz, quien matiza que el embudo que existe en la prueba teórica hace que el volumen de alumnos para el práctico sea menor. «Como los alumnos tardan más en presentarse se compensa una cosa con la otra», insiste.
Protocolos
Los retrasos en el teórico son tan importantes que las demoras en el práctico no se han extendido a pesar de que debido a la pandemia solo puede ir un examinado en el vehículo, cuando anteriormente se realizaba de dos en dos. «Para compensar se ha reducido el tiempo de examen acortando los recorridos», señala.
Las autoescuelas canarias ya han recuperado los niveles de trabajo previos a la pandemia e incluso en muchas de ellas los han rebasado. Tal y como indica el vicepresidente de la Federación de Autoescuelas Canarias, que representa a más del 80% de las empresas del sector en el archipiélago, «el volumen puede haber aumentado hasta un 20%» respecto a 2018 o 2019, años en los que el sector había registrado también buenas cifras.
Aunque en un primer momento el intenso impacto de la crisis hizo pensar que el número de alumnos en las autoescuelas podría disminuir al convertirse el carné en un artículo de lujo para muchas familias, «estamos teniendo mucho trabajo, no hemos tenido una disminución». ¿El motivo? «Se han acumulado ahora todas las personas que no pudieron sacárselo el año pasado y muchos que han estado afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) han aprovechado el tiempo libre para preparárselo».
«La actividad se ha mantenido y no se han producido cierres ni se han mermado las plantillas», destaca Déniz, quien señala que «en junio del año pasado, tras el confinamiento, había abierto el 90% de las autoescuelas» y por suerte han podido mantenerse a flote.
Una herramienta «prioritaria»
La tendencia que ya se puede notar en grandes ciudades del país donde muchos jóvenes optan por no sacarse el permiso de conducir no se repite en el Archipiélago. «El permiso sigue siendo algo prioritario», valora Marcos Déniz, vicepresidente de la Federación de Autoescuelas Canarias. En otros puntos de España la tasa de permisos de conducir entre los habitantes de menos de 35 años se reduce cada año, algo que se explica por las dificultades que tienen los más jóvenes para acceder a ingresos estables y a un cambio en la mentalidad. «En las grandes ciudades es diferente hay muchas alternativas de movilidad», destaca Déniz, quien asegura que las opciones se reducen en un territorio disperso y fragmentado como el de las Islas, por lo que el carné de conducir «se vuelve fundamental para muchos». | D.G.
