La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

San Valentín | Amor por las ventas

Rosas ecológicas de kilómetro 0

Las flores cultivadas en las Islas ofrecen una mayor durabilidad - El sector corre el riesgo de desaparecer por la falta de relevo generacional

José Antonio Estévez recogiendo rosas en uno de sus invernaderos.

A pesar de que el cultivo de flores en Canarias ha menguado en los últimos años, todavía quedan productores que miman sus plantaciones e innovan en las técnicas que aplican en sus cultivos. La empresa J Flor recoge cada año cerca de un millón de rosas ecológicas, con mayor durabilidad que las importadas.

Rosas cultivadas en invernaderos alimentados por energías limpias, con calefacción, enriquecidas con CO2 y sin abonos químicos. Las plantaciones de flores en Canarias se han reducido en los últimos años, pero algunos productores locales hacen frente estoicamente a la importación de flores. Ofrecen un producto de calidad, más fresco y con mayor durabilidad. Juan Antonio Estévez, gerente de J Flor, lleva casi cuatro décadas cultivando flores en Gran Canaria. Una vida entre efímeras obras de arte de la naturaleza que cada día mima. «Empecé a trabajar con 13 años en un centro de investigaciones agrarias. Después cogí algunos invernaderos para cultivar flores e iba tocando por las casas para ver si querían un ramo», rememora Estévez mientras coloca en una carretilla un frondoso manojo de rosas blancas recién cortadas. Ahora, con seis trabajadores a su cargo, apuesta por la innovación para mejorar y potenciar los cultivos.

En sus 7.000 metros cuadrados de plantaciones crecen hasta once variedades de rosas, el 60% de ellas rojas. Cada día, Estévez y los trabajadores de su empresa recolectan durante dos o tres horas las flores que están en el punto de corte, para después venderlas a los mayoristas que se encargan de distribuirlas a las floristerías. 

Sus rosas brotan libres de fertilizantes químicos, sobre una cama de fibra de coco. Las cultiva con la técnica de la hidroponía, empleando disoluciones minerales en vez de suelo agrícola. Para luchar contra las plagas no fumiga las plantas, suelta insectos depredadores que acaban con los parásitos y mantienen sanas las flores. Además, de cara a estabilizar la temperatura de las cosechas, Estévez ha instalado calefacción en sus invernaderos y vaporiza CO2 sobre los cultivos para fortalecer su crecimiento. Cada año, esta empresa recoge cerca de un millón de tallos de flores y anualmente se producen unos 35 millones de unidades en el Archipiélago. 

Los profesionales sí son capaces de diferenciar las rosas del país de las que llegan desde Ecuador o Colombia, pero no existe un sello que permita al comprador distinguir cuáles son las flores de kilómetro 0. Estévez hace hincapié en que estos cultivos corren el riesgo de perderse en los próximos años por la incertidumbre económica, pero también por la falta de nuevas generaciones que se dediquen a estas labores. «Para potenciar el sector, el consumidor es el que tiene que exigir producto local, igual que ya hacen muchos con el vino o el queso cuando van a un restaurante», señala. El sector de la flor cortada en Canarias se concentra principalmente en Tenerife y Gran Canaria. Actualmente supera las 200 hectáreas de cultivo y genera más de 500 empleados directos.

Compartir el artículo

stats