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Solo el 8% de los emprendedores canarios tiene ayuda pública para abrir su negocio

Las dificultades para acceder a la financiación frenan el autoempleo: «El que quiere emprender tiene que tener» | El ‘crowdfunding’ le gana terreno a la banca

Dos clientes pagan sus helados en un pequeño negocio de Santa Cruz de Tenerife. María Pisaca Gámez

«El que quiere emprender tiene que tener». Con esta frase resume el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en Canarias, Juan Carlos Arricivita, las dificultades, «enormes dificultades», con que se encuentran los emprendedores isleños para conseguir la financiación necesaria para abrir su negocio. O más bien las dificultades con que se encuentran los potenciales emprendedores, ya que en muchos casos no tienen más remedio que desistir y abandonar su proyecto. De hecho, apenas un 8% de las empresas en fase de creación en la Comunidad Autónoma –solamente ocho de cada cien– recibe ayudas públicas. Dicho de otro modo: hasta un 92% de los proyectos –más de nueve de cada diez, la grandísima mayoría– depende de que el emprendedor cuente con ahorros, de que sus familiares o amigos le presten el dinero necesario para ponerlo en marcha o de que el banco abra el grifo y acceda a darle un crédito.

Así se desprende del último informe sobre la situación del emprendimiento en Canarias de la Red GEM España. La GEM –la Global Entrepreneurship Monitor– es un macroproyecto de investigación en el que colaboran expertos de las dos universidades públicas del Archipiélago: la Universidad de La Laguna y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. El informe, elaborado cuando la pandemia de coronavirus ya había irrumpido en la sociedad y la economía isleñas, pone de manifiesto que las ayudas públicas a los emprendedores de la Comunidad Autónoma llegan en mayor medida cuando el negocio ya está en marcha. Es decir, es más fácil conseguir que las instituciones echen una mano para consolidar el proyecto que para comenzarlo. El problema, claro, es que para consolidar una empresa o negocio es indispensable ponerlo antes en funcionamiento. Una verdad de Perogrullo a la que no hace demasiado caso la Administración pública a la hora de ayudar a los emprendedores.

Según la investigación de la Red GEM España, que se basa en encuestas a emprendedores y empresarios de la región, hasta un 17% de los negocios con más de tres años y medio de vida recibe ayudas públicas, o cuando menos las estaba percibiendo en el momento de la encuesta. En cambio, «tan solo un 8% de las empresas en fase de creación manifiesta estar recibiendo ayudas públicas», expone el informe. De modo que el porcentaje de negocios maduros auspiciados por las instituciones –ayuntamientos, cabildos insulares, Ejecutivo autonómico, Gobierno central y todo su entramado de entidades dependientes– duplica el de los proyectos en fase de creación que cuentan con respaldo público. El porcentaje de empresas con apoyo institucional se eleva hasta el 27% en el caso de las que están en fase de desarrollo.

Estos últimos negocios, esos en fase de desarrollo, se corresponden en la investigación de la Red GEM con aquellos con un máximo de tres años y medio de vida. Así pues, el emprendedor que aspire a conseguir fondos públicos para su proyecto debe saber que tiene más posibilidades de lograrlos cuando ya tenga su empresa en funcionamiento que cuando la vaya a montar. Si a esto se le suma que tampoco es fácil convencer al banco para que preste el dinero con que echar a andar el negocio, no extraña así que muchos proyectos mueran antes de nacer. No en vano, no todos los emprendedores están dispuestos a poner su casa como aval para conseguir el crédito, recuerda el presidente de la ATA en las Islas. Por eso el crowdfunding o micromecenazgo es un recurso cada vez más usado por quienes tienen una idea de negocio pero no cuentan ni con ayuda pública ni con crédito bancario. «Conseguir financiación, ya sea pública o privada, es muy complicado», asegura Arricivita, que, además, explica que las ayudas se dirigen sobre todo a los emprendedores en paro, mientras que son casi inexistentes para el caso del asalariado, por ejemplo, que tiene un proyecto interesante pero no puede arriesgar su modesto patrimonio –básicamente su vivienda habitual y sus pocos ahorros– para ponerlo en práctica.

En consecuencia, tal como refleja el informe, las dificultades para acceder a la financiación son uno de los principales problemas con que se topan los emprendedores canarios. Sin embargo, la principal demanda a la Administración pública, esa que solicita la grandísima mayoría de quienes se lanzan a la aventura de montar un negocio –exactamente un 93%–, es la eliminación de las trabas burocráticas y el papeleo innecesario. «Pero es que luego te conceden una ayuda y te piden papeles que ni sabías que existían», resumen desde la Asociación de Trabajadores Autónomos en el Archipiélago.

¿Qué piden los emprendedores?

BUROCRACIA

La principal demanda de los emprendedores canarios a la Administración pública, solicitada por hasta un 93% de los encuestados por la Red GEM, es la supresión de las trabas burocráticas, es decir, el fin del papeleo innecesario que tantísimos proyectos ralentiza o directamente impide.

CRÉDITO

Lo segundo que más echan en falta los emprendedores isleños, hasta un 40% de los encuestados, es que la banca abra más el grifo del crédito y que lo haga en mejores condiciones.

AUTÓNOMOS

La tercera demanda (34%) es otra petición histórica: la supresión de la cuota de autónomos.

NUEVAS TECNOLOGÍAS

Una mejor oferta formativa pública en nuevas tecnologías es otra de las peticiones (27%).

AYUDAS

Un 26% pide más ayuda pública para la creación de empresas.

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