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28 de abril

Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo

Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo

Este es un día de conmemoración y recuerdo de todas las víctimas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales en el que reivindicamos que la prevención de riesgos laborales se encuentre en el centro de la recuperación. En Canarias en el 2021 se accidentaron 43.299 personas trabajadoras y tan solo se declararon 183 partes cerrados con baja por enfermedad profesional.

Llevamos una década sin mejorar de forma significativa la cifra de siniestralidad, está estancada, una de las razones principales es el avance desigual en la aplicación de medidas preventivas según el tamaño de las empresas y otra las altas cifras de precariedad laboral que existe en Canarias. Por tanto, sigue existiendo una falta de cultura preventiva en las empresas, siendo necesario que la prevención sea eficaz e integrada como parte de la actividad productiva.

Un reciente estudio realizado por CCOO, concluye que los accidentes de trabajo son una cuestión de clase, donde se revela que una persona trabajadora con contrato temporal tiene un 75% más de probabilidades de accidentarse frente a otra con contrato indefinido. La incidencia de la siniestralidad es más alta en las ocupaciones asociadas a menores ingresos y cualificación profesional.

Además, muchas de las patologías que tienen su origen laboral siguen sin ser contabilizadas, prueba de ello es que sólo se han registrado tres cánceres de origen laboral desde que existe registro de enfermedades profesionales en Canarias. La exposición al amianto, polvo de sílice, fitosanitarios y otros productos, está científicamente demostrado su repercusión negativa para la salud.

Escultura manos solidarias

La salud mental es una de las asignaturas pendientes, datos facilitados por la OMS, indican que en el 2030 la principal causa de incapacidades temporales serán los trastornos mentales, o que los datos de consumo de medicamentos psicotrópicos por la población son alarmantes (Canarias es la Comunidad de mayor consumo de toda España). La reciente Estrategia Española de Salud Mental pretende abordar dicha situación, que incluye actuaciones en el ámbito laboral, entendiendo que el trabajo es uno de los principales determinantes de la salud física y mental de las personas.

Los Servicios de Prevención deben asumir el papel que les otorga la reglamentación actual, desarrollando una labor independiente y adecuada a las características y condiciones laborales de los centros de trabajo. La coordinación entre las distintas especialidades preventivas es básica, la vigilancia de la salud ejecuta una labor especial de detección de deficiencias en las condiciones de trabajo y por tanto debemos reclamar su correcta realización. Exigimos un mayor control de las Administraciones responsables, sancionando aquellas prácticas que se acercan más a la comercialización de la prevención que a la implantación de una verdadera cultura preventiva integradora y participada.

La prevención en el centro de la recuperación

Todos los periodos de crisis, tienen como consecuencia un empeoramiento de las condiciones de trabajo y con ello un incremento de la precariedad laboral y el recorte de nuestros derechos, por ello más que nunca y tras superar el periodo de crisis generado por la pandemia debemos poner en valor la salud pública y la salud laboral, las cuales deben de ir de la mano para alcanzar una mejor actuación preventiva pero también para un mayor reconocimiento de todas aquellas patologías de origen laboral y que actualmente no son consideradas por la reducción de recursos.

Es inadmisible, tras el esfuerzo realizado por los trabajadores/as de todos los sectores y en especial aquellos que no pararon en los momentos más duros de la pandemia, la falta de reconocimiento a su esfuerzo ni a las patologías sufridas a consecuencia de la exposición laboral al Covid. En Canarias sólo se han reconocido 56 casos COVID como accidentes de trabajo de los más de 330.000 contagios producidos. Más aún cuando no conocemos todavía la repercusión que puede derivarse de la sintomatología de la COVID persistente.

La Salud Laboral es un derecho fundamental pero que en muchos sectores de actividad no se aplica o su aplicación es totalmente deficitaria, entre otros colectivos, la ayuda a domicilio, riders, trabajadores/as de plataformas,.. son ejemplos claros de falta de actuación en materia preventiva y donde las mujeres y jóvenes son los colectivos más afectados.

Tras 25 años de la Ley de prevención de riesgos laborales, la salud laboral y género continúa siendo una asignatura pendiente. La Ley se centró en la reducción de las cifras de accidentalidad y minimizar los accidentes laborales vinculados a sectores masculinizados como la construcción o la industria, pero en cambio los datos estadísticos reflejan que las mujeres sufren un mayor número de accidentes in itinere y enfermedades profesionales, sin que exista la sensibilidad necesaria para determinar el origen de dichas patologías vinculadas a la precariedad y sectores feminizados (cuidados, limpieza del hogar, atención a la dependencia,...).

En los próximos años nos encontramos con una serie de retos que debemos afrontar, las nuevas formas de organizar el trabajo, los efectos del cambio climático, la movilidad, la descarbonización de la economía tendrán efectos directos sobre las condiciones de trabajo y tenemos que estar preparados para adaptarnos a estas nuevas realidades, de ahí la importancia que juega la administración para legislar de forma adecuada teniendo en cuenta que las personas deben estar en el centro de todas las políticas.

Ampliar los recursos de la Inspección de Trabajo, Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el trabajo, Instituto Canario de Seguridad Laboral y una Fiscalía que aborde con más intensidad los delitos de riesgo y daño a la salud laboral. La Negociación de la Estrategía Canaria será el marco adecuado para establecer la estructura necesaria para afrontar todos estos retos, bajo el consenso de los agentes sociales y la Administración. Son los retos que tenemos por delante para hacer de la prevención de riesgos laborales una realidad.

Por último, pero no menos importante, el papel que juegan los representantes de los trabajadores/as en materia preventiva, este es un día también para ellos, el reconocimiento a su labor en los centros de trabajo. Está más que demostrado que los centros de trabajo sindicalizados son centros de trabajo más seguros, de ahí nuestra propuesta de la creación de la figura del delegado territorial de prevención para las PYMES y Micropymes donde no existe representación sindical, para que desarrollen la labor de cooperación e integración de la actividad preventiva en las empresas.

LA SALUD LABORAL ES UN DERECHO FUNDAMENTAL

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