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Una vuelta al cole 100 euros más cara

Los precios de los libros, papelería y uniformes aumentan un 20% en el último año - La digitalización complica el préstamo de material de un curso a otro

Un niño revisa su mochila en un aula de un centro escolar en Tenerife. Carsten W. Lauritsen

La cuesta de septiembre es cada vez más acusada para los padres y madres de las Islas. Los más pequeños de la casa vuelven a las aulas en pocos días –algunos ya este viernes– para afrontar el nuevo curso escolar y los bolsillos de los mayores sufren las consecuencias. La inflación ha encarecido lo que ya era uno de los momentos de mayor gasto para las familias canarias. La cuenta total depende de muchos factores, pero la media de gasto por niño en la vuelta al cole se sitúa en Canarias en unos 500 euros, 100 más que hace tan solo un año. Así lo confirma el portavoz de la Federación de las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) de Gran Canaria, Francisco Pérez, aunque puntualiza que la cifra varía mucho según «el perfil del estudiante».

Según el portavoz de esta asociación es «complicado» unificar el gasto medio en una sola cantidad ya que las facturas de cada familia dependen de cuestiones como estar en un colegio público, privado o concertado y cursar infantil, primaria o bachillerato. La realidad es que el gasto escolar ha crecido en todos los casos, en mayor o menor medida. «No es que haya subido una cosa sola, es que los precios se han disparado en todas las áreas», apunta Pérez. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de julio, los productos de papel han subido más de un 23,1%. También los libros han aumentado su precio en más de un 10% y los uniformes y zapatos en un 18%, debido al incremento del coste de las materias primas y el transporte.

«En el caso de los colegios públicos de las Islas el coste desciende considerablemente porque la Consejería de Educación cuenta con un sistema de préstamos de libros que cubre gran parte de la demanda», explica el presidente Federación Insular Tinerfeña de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (Fitapa), Manuel Delgado, quien puntualiza que la partida anual del Ejecutivo autonómico para esta cuestión es de ocho millones de euros.

El incremento de precios ha provocado un aumento «notable» en la demanda de libros de segunda mano a través de bancos solidarios que ponen en marcha los propios colegios y también, un repunte en el uso de plataformas de internet para la compraventa de estos materiales. «Antes veíamos que solo los más vulnerables acudían a estos mecanismos para el inicio del curso, pero cada vez son más los que lo necesitan», aclara Pérez.

El grueso del gasto de las familias viene precisamente de los libros de texto. De media, un solo libro supera los 30 euros y puede llegar incluso a los 60. El curso suele tener unas seis o siete asignaturas, por lo que la factura total del año puede alcanzar los 200 euros por niño. Por ello, desde las asociaciones de madres y padres, insisten en la importancia de que las listas de material para el próximo curso salgan en junio, para que los padres tengan tiempo de gestionar los pagos. «Tienen que tener margen porque no todas las familias pueden enfrentar esos gastos de un golpe», explica Pérez.

La digitalización también ha influido en el gasto de material escolar este año. Desde la Federación de las AMPA de Gran Canaria denuncian que muchos libros incluyen licencias para completar el aprendizaje con tabletas y estos permisos caducan pasado un año, lo que impide la reutilización del material en el próximo curso. «El problema no es tener tableta o no, es que los hermanos no pueden utilizar el libro porque la parte digital ha caducado», aclara Pérez.

El uniforme es otro de los grandes gastos de las familias en el principio de curso. Esta partida es mayor en los primeros años de escolarización en los que el crecimiento de los niños es más rápido. El precio medio del chándal –pantalón y chaqueta– de un colegio público ronda los 50 euros. A eso hay que sumar el coste de las camisetas y demás complementos como calcetines, playeras o el babi para acudir al comedor. Esta servicio que ofrecen los colegios a mediodía es un gasto complementario para muchos padres que lo necesitan como método de conciliación. «Todavía no sabemos cuánto van a subir los precios de los comedores, pero está claro que la inflación, al igual que en el supermercado, impactará también en este servicio», augura Pérez.

Las asociaciones de padres se quejan, además, de las listas de material que los colegios exigen cada año para cubrir el gasto de lápices, folios y fotocopias, entre otras cosas. «Muchas veces son abusivas, piden 60 euros y los niños no usan ni la mitad de las cosas», denuncia el portavoz de la asociación, quien reconoce que desde la Consejería de Educación ya se ha dado un toque de atención a los centros públicos para que no exijan estos materiales y se les advirtió de que está prohibido pedir dinero a las familias. 

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