Las tiendas confían en que el bum del empleo se refleje en las rebajas

El pequeño comercio y las grandes superficies cierran una campaña de Navidad mejor de lo previsto y esperan que la fiebre consumista dure hasta los descuentos

Varias familias durante el trajín de las compras navideñas en una calle comercial del Archipiélago. | |

Varias familias durante el trajín de las compras navideñas en una calle comercial del Archipiélago. | | / Andrés Cruz

En las tiendas, centros comerciales y grandes superficies de Canarias se respira cierto optimismo. Pese a la notable subida de costes que les han ocasionado el caos en el transporte marítimo internacional, la falta de contenedores para traer las mercancías y, por si fuera poco, una ola inflacionaria sin precedentes en las últimas décadas, la campaña navideña ha sido buena. Y en el sector suele decirse que cuando las ventas por Papá Noel y Reyes Magos son buenas, es que también lo serán en las tradicionales rebajas de enero. No obstante, este arranque de 2023 es singular, sobre todo porque llega con la duda de hasta cuándo serán capaces las familias isleñas de sostener un nivel de gasto en discordancia con el extraordinario encarecimiento del coste de vida. Pero es la misma duda que ya existía antes de la campaña de Navidad, y lo cierto es que esta ha sido un éxito, con lo que el comercio no tiene nuevas razones para el pesimismo de cara al período de rebajas que comienza este sábado 7 de enero. Es más, el sector confía en que el insospechado bum del empleo que atraviesa la Comunidad Autónoma, con más personas que nunca trabajando y con el paro en mínimos de los últimos 15 años, prolongue la fiebre de las compras de Navidad y Reyes hasta las rebajas.

Pese a las buenas expectativas, las rebajas de enero se descafeinaron tras su liberalización

El secretario general de la Asociación Canaria de Medianas y Grandes Empresas de Distribución (Asodiscan), Alfredo Medina, y su homólogo de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias (Fauca), Abbas Moujir, coinciden en que el sector en su conjunto, tanto las grandes superficies como las tiendas de toda la vida, da hoy carpetazo a la campaña navideña mejor de lo esperado. Ya sea porque lo ahorrado por las familias durante la peor fase de la pandemia fue mayor de lo calculado y todavía les quedan remanentes que gastar; ya sea por una reacción consumista a los meses de encierros y cuarentenas; ya sea porque hay muchos más canarios con trabajo y muchos menos en paro; o ya sea por una combinación de todo eso, el caso es que las ventas durante la Navidad no solo han ido «bien», reconoce Moujir, sino que incluso han ido «mejor de lo esperado». «Así que somos optimistas y esperamos alargar la buena campaña hasta las rebajas», explica el representante de Fauca. «El consumo se ha comportado», agrega por su parte el secretario general de Asodiscan, que se muestra hasta cierto punto sorprendido por la extraordinaria evolución del empleo en las Islas. De hecho, puntualiza Medina, buena parte del éxito de las rebajas de enero dependerá de qué tenga mayor peso entre los potenciales consumidores: si los mayores ingresos de esas personas que han conseguido un puesto de trabajo en estos dos últimos años de bum del empleo, o si la retracción del gasto por el agotamiento del ahorro covid y una inflación que ha pasado de la energía y los combustibles a la cesta de la compra. En definitiva, la duda en el sector comercial reside en si el debilitamiento de la capacidad de compra de los hogares se producirá antes o después de las rebajas. «Veremos qué ocurre el día 7», apunta el representante de Asodiscan.

La firma de recursos humanos Adecco calcula que las rebajas crearán 4.200 empleos

En cualquier caso, tanto Medina como Moujir precisan que las rebajas de enero, más allá del nivel de éxito que tengan este año, hace tiempo que dejaron de ser lo que eran. Hasta la primera década del actual milenio se mantuvieron en las televisiones, cada siete de enero, las tradicionales imágenes de muchedumbres agolpadas a las puertas de tiendas y grandes superficies desde horas antes de abrir sus puertas. Comenzaba el período con los descuentos más agresivos del año y nadie quería perderse la oportunidad de ahorrarse un buen puñado de euros. La última vez que España en general y Canarias en particular celebraron unas rebajas a la vieja usanza fue en verano de 2012. Meses antes, el Gobierno central liberalizaba los períodos de descuentos en los comercios y acababa así con la tradicional división de las rebajas en dos momentos concretos del año: invierno y verano. Desde entonces no hay fechas obligatorias ni prefijadas, como tampoco la imposición de un descuento mínimo ni una lista de las prendas susceptibles o no de rebajarse. Dos fueron las causas principales de la liberalización de los descuentos: el auge del comercio electrónico y la irrupción a gran escala de la llamada moda rápida, esa que surte de nuevas colecciones de ropa a los establecimientos a lo largo de todo el año. Con las prendas renovándose sin cesar en las estanterías de las tiendas, los consumidores dejaron de tener prisa para comprar una camisa o un pantalón por el miedo a no encontrar su talla, por ejemplo, así que adquirían lo justo y dejaban la gran compra para las rebajas de invierno y verano.

El pequeño comercio quiere volver a la clásica división de los descuentos en invierno y verano

El sector, o más bien parte del sector, se vio así en la tesitura de buscar una fórmula para incrementar las ventas entre los dos grandes períodos de descuentos, y la encontraron en la flexibilización de la ley para que cada empresa pudiera adaptar su política de rebajas a sus propias circunstancias. Esto acabó con las muchedumbres de cada 7 de enero y ha reducido la facturación del comercio, en general, en el primer mes de año. Es verdad que esa pérdida de ingresos se recupera a lo largo del ejercicio en las demás ventanas de rebajas –de entrada en el cada vez menos novedoso Black Friday– e incluso que las ganancias pueden ser mayores en la medida en que cada negocio autogestiona sus descuentos. Ahora bien, ¿vale esto por igual para todo el sector? El pequeño comercio tiene claro que no.

«Se ha perdido bastante; ya no son aquellas rebajas de antes, aquellas avalanchas», ahonda el secretario general de Fauca, que está convencido de que las pymes del sector «salieron perdiendo» con el cambio de la ley. «No podemos meternos en una dinámica de rebajas constantes; el pequeño comercio no tiene más remedio que ajustar mucho sus precios y tratar de diferenciarse a través de la calidad y del trato a los clientes», ahonda Abbas Moujir, que recuerda que la confederación nacional de los pequeños comerciantes lleva tiempo pidiendo la vuelta a la situación anterior, es decir, a las rebajas de invierno y verano. De hecho, el portavoz de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias expone que aunque este sábado puedan verse multitudes en las tiendas, buena parte de las mismas no serán personas o familias en busca de descuentos, sino gente descambiando regalos, sobre todo en las tiendas de ropa.

La incertidumbre está en hasta cuándo aguantarán las familias el actual nivel de gasto

El secretario general de Asodiscan no niega la mayor y entiende que en el debate entre partidarios y detractores de la liberalización de las rebajas todas las partes tienen «algo de razón». Pero Alfredo Medina también plantea la paradoja de establecer unas normas «que solo cumplirían las tiendas físicas y no el comercio electrónico», que no está sometido a las dinámicas del sector tradicional y que dio así lugar a una competencia directa con las tiendas de toda la vida pero bajo otras reglas. Esta fue la otra gran razón de la liberalización de las rebajas, de modo que unos, el comercio físico, y otros, el electrónico, jugaran con las mismas normas, o más bien sin las mismas normas.

Empleo

Aunque las rebajas de enero no son lo que fueron, sí continúan siendo un período de mayor contratación. Adecco, la firma de recursos humanos, calcula que estas fechas de descuentos que comienzan el sábado permitirán crear más de 4.200 puestos de trabajo en la Comunidad Autónoma, exactamente 4.212. El servicio de estudios de Adecco estima así que la contratación en estas primeras rebajas de 2023 crecerá un 6% en comparación con el año pasado. Dicho de otro modo: que se crearán 106 nuevos empleos por cada cien creados en las rebajas de enero de 2022. Además, ese incremento de las contrataciones será el mismo en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y en la de Las Palmas, en ambas de un 6%, lo que propiciará 2.167 puestos de trabajo en la demarcación occidental y 2.045 en las islas orientales.

El secretario general de Asodiscan considera que los cálculos de Adecco pueden pecar de cierto exceso de optimismo. Entre otras cosas porque gran parte de las incorporaciones de refuerzo se lleva a cabo al inicio de la campaña navideña y se prolonga justamente hasta el final del período de rebajas. Al menos en el caso de las grandes y medianas empresas de la distribución. Es decir, estas firmas contratan al personal que les permita cubrir la mayor demanda de estas fechas antes de la Navidad, e incluso en muchos casos el fin de las compras de Reyes Magos y el inicio de los descuentos no solo no es momento de nuevas incorporaciones, sino que puede haber salidas, ya que el mayor repunte de la actividad se da en Navidades y no en rebajas.

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