LA CONTRACRÓNICA DE UN TRASLADO

Anecdotario de la junta de accionistas de Ferrovial: ambiente de Champion, preocupación por los idiomas y los fans

La reunión clave para Del Pino y su equipo también tuvo su punto de color, además de un aval incuestionable a la propuesta de traslado

Zona reservada para prensa durante la Junta de Accionistas de Ferrovial de 2023.

Zona reservada para prensa durante la Junta de Accionistas de Ferrovial de 2023. / ALBERTO OR

Gabriel Santamarina

La expectación no podía ser mayor alrededor de la última Junta de accionistas de Ferrovial. Se palpaba ya a unos metros del Auditorio ONCE, ubicado en el número 208 de la calle de Paseo de la Habana, en el barrio madrileño de Chamartín. La tranquilidad de esta vía se vio interrumpida por los micrófonos que recibían a los asistentes nada más entrar por la puerta. Dentro ya del complejo se respiraba este jueves el mismo ambiente que en el Bernabéu un martes: era una jornada con cierto aroma a Champions League, pero del Ibex-35. Las medidas de seguridad, por cierto, también eran notables, tanto que la organización habilitó hasta cuatro escáneres y arcos para detectar metales.

Ferrovial habilitó a la prensa una sala con sus mesas y sus sillas desde las que disfrutar de la Junta de Accionistas... a través de un plasma. A la cabeza venía de manera irremediable las quejas de aquellos colegas que siguen la actualidad política cuando se quejaban de ver por pantalla algunas memorables ruedas de prensa del expresidente Mariano Rajoy. Eso sí, los plumillas pudieron prepararse para el acontecimiento del año con café, zumo y toda clase de bollería: croissants, donuts y muffins de chocolate. Es sabido que con dulce todo entra mejor.

En cualquier caso la expectación para este evento empresarial venía trabajada. La mayoría de las juntas suelen ser tediosas, plagadas de burocracia legal, de horas de intervenciones... pero este contaba con el interés especial de escuchar las palabras de un Rafael del Pino que se pronunciaba públicamente tras su rifirrafe con el Gobierno. Y lo hizo ante un auditorio amigo, que le dedicó aplausos. Y aplausos.

El accionista preocupado por el idioma

En esa misma reunión de accionistas en la que una aplastante mayoría del 93,3% de los votos presentes apoyaron los planes de traslado a Países Bajos, y en la que hubo intervenciones relevantes críticas con las presiones del Ejecutivo para que ese cambio de sede no se lleve a cabo, también hubo anécdotas. Una de ellas la protagonizó Jesús Neila Fernández, un pequeño accionista de Ferrovial preocupado por el uso del castellano. Jesús no presentó síntoma alguno de pánico escénico y agarró el micrófono en el turno de preguntas para interpelar a Rafael del Pino y a todo el Consejo de Administración. Su gran duda era si la oficina de atención al accionista iba a seguir atendiendo en español y si las llamadas iban a tener un coste adicional al ser al extranjero. Del Pino no rehuyó la cuestión y empatizó con el accionista. El presidente lo tranquilizó, confirmándole que no dejará de existir un teléfono que atenderá en castellano, dado que Ferrovial seguirá cotizando en la bolsa nacional.

Neila también preguntó sobre las futuras juntas de accionistas. Con la empresa en Países Bajos, la lengua que se utilizará en las reuniones con inversores es un asunto de primer nivel. Rafael del Pino, después de unos cuchicheos con el secretario del Consejo, Santiago Ortiz Vaamonde, bromeó con que tenían dos opciones: hacerlas en inglés o en holandés, pero que habían optado por la primera opción. Además, el presidente y máximo accionista hizo una promesa a este fiel inversor de Ferrovial: "Tiene usted mi compromiso de que habrá traducción simultánea para los accionistas españoles que asistan telemáticamente". Una cosa menos.

El fan de Rafael del Pino

También otro pequeño accionista español tomó, entre nervios, la palabra en el turno de preguntas, Valentín de Torres-Solanot, cuyo segundo apellido también es Del Pino. Este partícipe de Ferrovial, con 200 acciones (algo menos de 5.500 euros), tirando de ironía, utilizó alternativamente el masculino y femenino, es probable que como indirecta al Ejecutivo. Y es probable si se tiene en cuenta el comentario que hizo a continuación: "para los que realizan una mala gestión, los recursos recaudados siempre son insuficientes, pues su capacidad de dilapidar es infinita y muy alejada de la justicia social".

Para quien sí tuvo buenas y bastantes palabras fue para Rafael del Pino, especialmente al final de su discurso. "Quiero terminar esta breve intervención haciendo explícito el testimonio de mi aprecio y admiración a Don Rafael del Pino, a todos sus colaboradores en el Consejo y a la empresa por el desempeño de su valor, por los resultados alcanzados y por sus proyectos de futuro. No quiero que aplaudan mi intervención, quiero que aplaudan por favor a los trabajadores y trabajadoras de Ferrovial, a sus directivas y directivos, a su Consejo de Administración y a su presidente Don Rafael". Como era previsible, Valentín despertó el entusiasmo entre los presentes que aplaudieron con fuerza... aunque no se sabe si a él, a del Pino o a la plantilla de la compañía.

La guinda final de la Junta histórica fue la aprobación del punto 10, que trataba el traslado a Países Bajos y contaba con 10.1 y 10.2. El importante era el primero; que, después que Del Pino dijese "¡Aprobado!", se produjo un silencio en el auditorio. Nunca se sabrá si el equipo directivo de Ferrovial esperaba un aplauso de los presentes (otro) o simplemente querían añadir un poco de dramatismo al asunto. Finalmente, en voz baja, Rafael tuvo que pedirle al secretario que continuase con el 10.2. Sin ese aplauso. Bueno, es igual. Se llevaron un resultado indiscutible y el apoyo a un plan de traslado que seguirá dando de qué hablar.