Lotería | Cuentra atrás para el sorteo de Navidad de 2023

Baja el paro y sube el consumo en las provincias agraciadas con la lotería

El crecimiento del PIB se infla hasta un 3,4% extra en las regiones afortunadas

Las Palmas recortó el desempleo un 4,7% en 2022 tras recibir 160 millones 

Compras de décimos de última hora para el sorteo de Navidad en la administración de lotería número 39 de la capital grancanaria.

Compras de décimos de última hora para el sorteo de Navidad en la administración de lotería número 39 de la capital grancanaria. / Andrés Cruz

¿En qué se va a gastar el dinero? Esa la pregunta que escuchan con mayor frecuencia los agraciados con un buen pellizco en la lotería de Navidad. No es para menos, ser el propietario de un solo décimo del Gordo implica un ingreso de 400.000 euros, cifra que supone un vuelco para la economía familiar, y abre la puerta a alcanzar sueños hasta ese momento inalcanzables. Pero quienes participan sin suerte tampoco deben desanimarse, se ha demostrado que en las provincias donde toca una buena cantidad per cápita, el shock positivo se traduce en una bajada del paro y una subida del consumo.

Una investigación publicada recientemente por el Banco de España ha encontrado evidencias de que las retribuciones que reparten y cantan los niños de San Ildefonso impacta de lleno en la actividad económica de las regiones, inflando el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) provincial entre un 0,2% y un 3,4%, dependiendo de la concentración de la cuantía que cae en la zona. Un tsunami de bonanza cuyo punto de partida es un elemento totalmente emocional: el optimismo, que se contagia de los premiados al resto de personas de su entorno. 

El gordo y el segundo –125.000 euros por boleto–, tercer –50.000– y los dos cuartos premios –20.000– poseen importantes efectos sobre la demanda por la ilusión que desprenden, lo que propicia un crecimiento del consumo de entre dos y tres puntos en los siguientes cuatro meses al sorteo, y de la matriculación de vehículos en un 10% en los siguientes seis.

Además, el impulso económico reduce también la tasa de desempleo. En promedio, cuando una provincia gana 1.000 euros por habitante, un año después del sorteo experimenta la caída máxima de la tasa, de 0,3 puntos, y continúa «significativamente más baja 20 meses después», expone el documento. Genera a su vez puestos de trabajo, ya que el repunte de la demanda incentiva la contratación a corto y largo plazo; y, al crecer la proporción de contratos por número de desempleados, aminora la rigidez del mercado laboral.

Por último, el Índice de Precios al Consumo (IPC) de la provincia ganadora se eleva de forma moderada y persistente hasta rozar su pico 17 meses después del shock. «Muestra una reversión media», en otras palabras, vuelve a su valor anterior, solo después de aproximadamente dos años, explica el informe titulado La propagación sentimental de los premios de la lotería: evidencia de la Lotería de Navidad Española.

La mejora más intensa de las expectativas se produce en los perfiles más jóvenes, con menos estudios, desempleados o de bajo nivel de ingresos. En especial, el efecto gordo se intensifica en momentos de recesión económica.

Uno de estos casos ocurrió en Las Palmas tras el sorteo del 22 de diciembre de 2021. El Gordo correspondió al número 86148, que se repartió sobre todo en la estación de Atocha de Madrid –516 millones de euros–, en Santoña –Cantabria, 4 millones–, en Ayamonte –Huelva, 4 millones– y en Las Palmas de Gran Canaria. La administración de Loterías y Apuestas del Estado del Centro Comercial El Mirador repartió 40 series del primer premio. En total, llovieron en la provincia 160 millones de euros –cuatro millones por cada serie–. En los cuatro años previos a esa Navidad , la tasa media de paro se había situado en las islas orientales en el 22,1%, siete puntos por encima de la media estatal de ese mismo periodo, que estaba en el 15%. Un dato que, después de que la bola de oro fuese colocada en el primer alambre de la séptima tabla, en aquella mañana de invierno, cambió.

El caso de Las Palmas

Las Palmas recortó su tasa de paro en 4,7 puntos a lo largo de 2022, decreciendo hasta el 17,4%. En cuanto a la inflación, se registró una variación de 6,2% al alza, un punto y medio superior a la estatal de 5,7%. Además, el índice de confianza medio anual de los consumidores pasó, en Gran Canaria, de 67,5 en 2021 a 72,4 a finales del periodo siguiente, una subida de 4,9 puntos, según el Instituto Canario de Estadística (Istac). Este indicador permite palpar cómo los habitantes de un territorio percibe la situación económica del mismo y ofrece una aproximación sobre la intención de gasto futuro.

Todo este contagio de optimismo es posible gracias a que el sorteo extraordinario de Navidad en España, cuya primera edición se dio el 23 de diciembre de 1812, tiene tres características que lo diferencian de sus homólogos, y que lo convierten en un auténtico fenómeno social. La primera es su gran tamaño y cantidad de premios, con más de 100.000 números disponibles que reparten por todo el país la suma de 2.590 millones; la segunda, la concentración de los décimos premiados se suele dar en personas que viven en la misma provincia; para terminar, el alto nivel de participación. Y es que compra un boleto de media el 76% de los españoles adultos, más de 24 millones de personas.

En lugar de otorgar un único gran bote en una ‘suertuda’ pequeña cantidad de participantes, que es lo normal en los sistemas de lotería del resto de países, los principales pellizcos en España se reparten entre varias personas que comparten un mismo décimo o un mismo número, y que usualmente residen en la misma zona geográfica. Eso sí, ganar las mayores cuantías es muy poco probable, solo consigue algún millón un 0,015% del total que se anima a acudir a una administración y comprar un décimo, lo que implica que hay que ser muy afortunado para residir en una provincia con concentración de premios per cápita. 

Este impacto positivo es igual de significativo en los puntos del país con un fuerte y consolidado movimiento independentista, como Cataluña o el País Vasco. «Por tanto, el aumento del optimismo parece la única explicación plausible para la reacción positiva de la confianza de los consumidores sobre la economía española tras ganar la lotería», concluyen los autores Morteza Ghomi, Isabel Micó-Millán y Evi Pappa.

Otros estudios

El estudio del Banco de España no es el primero que se propone identificar relaciones entre los datos de la lotería de Navidad y la economía. Los propios autores citan otras investigaciones previas que han demostrado, por ejemplo, que el partido político en el poder tiende a obtener relativamente más votos en aquellas provincias que ganaron el gordo en año electoral; o bien, que la creación de empresas y empleo aumenta en las provincias ganadoras. Sin embargo, este estudio centra su análisis en «la propagación sentimental de los premios de la lotería» o, lo que es lo mismo, en su incidencia sobre la confianza y las expectativas de los agentes económicos.