CÍRCULOS CONCÉNTRICOS

La oportunidad de Binter para conquistar la Península

La aerolínea, participada por diversas familias del Archipiélago, aspira a convertirse en un rival del grupo IAG en los vuelos al resto de España

El momento más dulce del primer vuelo de Binter a Madrid

El momento más dulce del primer vuelo de Binter a Madrid

Martí Saballs Pons

Entre junio y octubre de este año, la dirección general de la Competencia de la Comisión Europea deberá anunciar la resolución final de la compra de Air Europa por parte del grupo IAG, valorada en 500 millones. Todo sigue abierto, aunque la opción que más baraja el mercado es que la Comisión permita la operación a cambio de que IAG ponga a disposición de otras aerolíneas aquellas rutas que podrían sufrir un monopolio.

Una unión entre las dos compañías afecta tanto a rutas con diversas destinos de Latinoamérica, donde Air France tiene un especial interés por entrar, como destinos dentro de España y europeos. «Con nuestra investigación exhaustiva, queremos asegurarnos de que la operación no afecte negativamente a los precios o a la calidad de los servicios de transporte aéreo de pasajeros», declaró en enero la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.

IAG, el grupo británico propietario en España de Iberia, Iberia Express, Vueling, Level y en alianza con Air Nostrum, es el líder del mercado español, donde solo Ryanair le hace sombra. Air Europa sigue controlado por el grupo Globalia, propiedad de la familia Hidalgo.

Vida propia

«Habrá un nuevo dueño, pero la empresa sigue teniendo vida propia», expresan desde Air Europa, que sigue funcionando al margen de la actual situación y sin poder comunicarse con IAG hasta que no se desvele la incógnita. Será ya IAG, si acaba comprando, quien tendrá que establecer la nueva estrategia. Entre quienes está la espera de la resolución final está el grupo canario Binter, que ambiciona consolidarse como la primera aerolínea independiente de capital español. Propiedad de diversas familias canarias, con el control del 63% por parte del empresario Rodolfo Núñez, Binter aspira a llegar a los 11 millones de plazas (movimientos en aterrizajes y despegues) en 2024 y a alrededor de 15 en tres años. En 2023, Binter facturó 500 millones y dio empleo a 2.500 personas. Cuenta con 38 aviones y opera en 15 destinos en España y 18 en el extranjero. Ha anunciado que sumará seis nuevos aviones.

A mitad de año Competencia de la UE decidirá si permite la compra de Air Europa por IAG, si se aprueba deberán repartir las rutas donde se vea monopolio

«Nuestro objetivo es aumentar nuestra presencia en el corredor canario con la Península –prevé lograr hasta un 25% del tráfico–, ampliando las rutas a Madrid y a los aeropuertos que ya vamos, además de empezar a volar a Málaga, Valencia, Bilbao, Alicante y Santiago en un segundo plano», explica Núñez. Binter no vuela a Barcelona ni tiene intenciones de hacerlo en los próximos dos años. «Queda para más adelante», señala.

El presidente de la aerolínea recuerda que uno de los primeros vuelos a la Península fue a Reus (aprovechar PortAventura), pero tuvieron que suprimirlo al no ser rentable. Binter llega actualmente a destinos poco habituales como Murcia, Pamplona, Zaragoza y Valladolid. También une Canarias con Baleares.

«Queremos ser un competidor sólido y sostenible en el tiempo. No tenemos problemas financieros. Salir a Bolsa no entra en nuestros planes. Queremos ensanchar nuestro nicho de mercado y ser coherentes con nuestra estrategia de competir contra las aerolíneas low cost», argumenta Núñez, quien recuerda que durante la pandemia Binter recibió un crédito ICO de 120 millones que no utilizó.

Hasta ahora, un 80% del negocio de Binter es interinsular, que vive muy ligado a los condicionamientos tarifarios y las normativas administrativas. Los aeropuertos canarios sumados tuvieron un movimiento en 2023 de 50 millones de pasajeros según Aena, de los cuales un 20% eran vuelos entre las distintas islas. Desde este posicionamiento quiere seguir creciendo contra la competencia del bajo coste y el gigante IAG.