¿Se ve sentado en el Congreso de los Diputados?
Sí. Tenemos muy buenas perspectivas y vamos a dar una gran sorpresa.
Santiago Abascal afirma que Vox no es un partido de ultraderecha, ¿usted que cree?
Es un partido de extrema necesidad, pero nos han colocado el sambenito de ultra. Los partidos están en contra de la ideología de Vox, pero de extremos no tenemos absolutamente nada.
¿A qué responde la efervescencia que vive Vox?
Al independentismo catalán. El español medio de a pie empieza a estar cansado de esto. Hay un sentimiento muy importante de patriotismo y la gente está cansada de que los símbolos nacionales sean pisoteados y denigrados. En ningún sitio se les ocurre faltar el respeto a la enseña nacional o al himno.
¿El PP es el granero exclusivo de votos de Vox?
Muchas de las propuestas de Vox vienen del primer PP. Lo que pasó es que no cumplieron lo que prometieron en su momento y ha habido un gran descontento. Efectivamente viene gente del PP, pero también vienen de Cs, del PSOE e incluso de Podemos. El voto de Podemos fue un voto de protesta. Los ciudadanos estaban hartos y el discurso fácil de la demagogia y de que todo se puede conseguir tuvo un calado muy importante, pero con el paso del tiempo se han dado cuenta de que no había chicha en ese discurso.
¿La derechización del PP de Casado puede rebajar las expectativas iniciales de Vox?
Lo bueno que tenemos es que desde el primer momento decimos lo mismo en cualquier sitio de España. El PP está reculando porque muchas de las cosas que decía y no cumplió las va a cumplir ahora Vox.
Vox no ha tenido buen pie en Las Palmas. El partido ha sido descabezado desde Madrid por conductas inadecuadas y por una sentencia firme en contra por delito fiscal. ¿Ha dañado esto a su imagen?
Hemos tenido un pequeño problema, de tiempo sobre todo, porque hasta que se ha formado la gestora ha habido un impasse de un mes y medio en el que hemos estado un poco parados.
¿Tiene la sensación de que en Vox prima más la marca que los candidatos?
Vox tiene un mensaje potente y fuerte que llega a la gente. No somos políticos al uso. Hemos dado este paso porque hemos pensado que no se puede aguantar más la situación de deriva que tiene España.
Vox apuesta por la recentralización, ¿cree en el nuevo REF y en el Estatuto de Autonomía?
Sí, se va a mantener porque Canarias tiene unos condicionantes geográficos e históricos que le permiten tener ese Estatuto e, incluso, mejorarlo. Lo que sí defendemos es que tiene que haber unas competencias centrales para que todos los españoles tengan los mismos derechos. Las comunidades son un derroche brutal de dinero que el Estado no se puede permitir. En algún momento tendremos que decidir entre las pensiones o entre las comunidades autónomas.
¿Tienen propuestas concretas para Canarias?
En estas elecciones tenemos un discurso nacional. Cuando pasemos a las autonómicas y municipales, tendremos un montón de propuestas para mejorar Canarias porque el Archipiélago está a la cola en sanidad, educación y servicios sociales.
¿Y se arreglaría con la centralización?
Efectivamente, porque todas las regiones tendrán los mismos derechos. Lo que no puede ser es que se dé más dinero a Cataluña o al País Vasco o dinero que tiene que llegar a Canarias se dé a otras comunidades. Eso es lo que no se puede consentir.
¿No cree que la radicalización de los discursos dificultará la posibilidad de llegar a pactos tras las elecciones?
El mensaje de Vox es muy claro y de sentido común. Aunque en algunos sitios tenemos complicaciones, seguimos teniendo un discurso nacional que es de justicia comunicarlo.
¿Los discursos relativos a la invasión islámica pueden generar tensiones en la sociedad?
Son otros los que dicen que pueden generar tensiones. Hay una ley de inmigración que hay que respetar. No se puede entrar en los países porque sí. Decimos sí a la inmigración, pero a una inmigración regulada, sabiendo las necesidades que tenemos en ese momento. Con un 20% de paro en Canarias, estupendo que venga inmigración, pero que sea controlada.
¿El cierre de fronteras es la solución que proponen para reducir el paro?
El cierre de fronteras es porque los países tienen que ser independientes. El país estará abierto para la gente que quiera venir y contribuir con el modelo cultural, histórico y religioso que tenemos. Lo que no puede ser es que nos vengan a imponer costumbres que tienen en sus países y que no se adapten al país al que llegan. Es de educación y justicia que cuando uno va a un país, se adapte a sus condiciones.
¿La posición de Vox sobre el aborto, la eutanasia o la violencia de género puede interpretarse como involutiva?
Los partidos rivales siempre nos atacan por ahí porque no tienen una definción concreta. Nosotros defendemos a ultranza la vida y la familia. No podemos estar de acuerdo con el aborto porque para nosotros es un asesinato. La familia es el eje central de una sociedad y es a la que tenemos que ayudar.
¿Por qué consideran que deben eliminarse la ley contra la violencia de género pese a los numerosos casos de violencia o asesinatos machistas?
Queremos cambiar la actual ley de violencia de género por una ley de violencia intrafamiliar. Los casos de violencia contra la mujer, hombre, hijos o abuelos se deben tratar por igual. Efectivamente hay más casos sobre las mujeres y hay que hacer que las ayudas les llegue a ellas y no que se queden el dinero una serie de organizaciones que nadie controla.
¿La inexperencial de no haber gobernado les resta enteros?
La experiencia mal utilizada poca función tiene. Apostamos por gente que ha venido de la calle, preparada, que puede gestionar muy bien.
¿Se marcan líneas rojas?
El problema es que nadie quiere hablar con nosotros, pero Vox va a sacar tan buen resultado que seremos clave en la posible formación de un Gobierno.
¿Y no piensa que tendrán que rebajar el tono en algunos aspectos?
Siempre se puede negociar. Estamos abiertos a todo, lo hemos hecho en Andalucía, pero lo importante luego es que lo que se firme, se cumpla. Vox es un partido que promete y cumple lo que dice.
