Campaña de estío XV

¿Nos echamos un bachateo?

El baile contiene un lenguaje que relaja los sentidos, así que, ¿un taller a la semana debería ser obligatorio en el Congreso?

Campaña de estío XV: ¿Nos echamos un bachateo?

Campaña de estío XV: ¿Nos echamos un bachateo? / LP/DLP

Estoy dando vueltas como un pato mareado. No sé quién me metió en este embrollo, pero cada vez que gritan "¡cambio!" siento que a mi tobillo le entra un tic en el tendón. El mantra del verano está en decir que "sí" a casi todo, por probar nuevas experiencias, ampliar círculo de amistades, descubrir talentos impensables, ¡pero quién me ha mandado a mí! La zona de confort se inventó por algo, ¡para dinamitarla!, dirán algunos, pero esto me va a salir caro. Miro hacia atrás y mis amigas tienen peor cara que yo: una es un conejillo asustado que intenta no pisar los pies de su acompañante y la otra mantiene los ojos como platos mientras unos brazos la van tirando de un lado a otro. Yo invito a cenar. Algunos lo llaman entretenimiento, deporte, disfrute, frikismo, ¡secta!, por fin, hemos ido a un taller de bachata. ¡Fiesta, qué fantástica, fantástica esta fiesta! 

Esto es un espectáculo. Son las 20.00 en el Restaurante Terraza Elder y los participantes pasan a la sala después de cruzar una banda roja. En corrillos, sentados a los lados, alguna cara sola, todos vienen a lo mismo: bailar. ¿Richard Gere estará por aquí? No hay tacones ni mallas con brillantes. El alivio es instantáneo. Cada quien trae su propio estilo con vaqueros, pantis, vestidos de rejillas, monos incandescentes y zapatillas de deporte.  Entonces, Rocío de la Torre se coloca en el centro junto a Tara Báez y lanza una orden a sus 40 discípulos: "¡A calentar!". ¿Dónde está la cámara? Todos en línea y… "Un, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho", "¡cuadrado!", y voy en círculo, ¿pero es hacia la izquierda? Adelante y a repetir los movimientos, ¡ay, perdona! Y con los tres minutos de reglamento, empieza la clase con lecciones que se dan tanto en español como en inglés para las turistas que quieren la canarian full experience. "No te preocupes" es la frase más repetida cada vez que hay cambio de pareja para tranquilizar a las neófitas del baile. Entre canción y canción hay unos segundos para compartir los datos básicos, "empecé hace unos meses y la verdad es que me relaja muchísimo", "es un ambiente muy sano", "vamos de un lado a otro, que es mi primer taller, ¿no te importa?", por favor. 

Campaña de estío XV:

Campaña de estío XV: ¿Nos echamos un bachateo? / Adae Santana

¡Sigue el ritmo!

Los sudores se calman con el aire acondicionado a todo trapo y varios abanicos guardados en el bolso. Me enamoré de ti y qué, suena por los altavoces y tarareamos por lo bajo. La hora llega a su fin y empieza el social, es decir, se abre la pista para los bailarines, y Rocío y Tara toman un breve respiro antes de seguir la fiesta. A su alrededor hay un desfile de figuras en donde los cuerpos se retuercen, acercan, desdoblan y hay olas que convierten el tronco en una línea sinuosa. "A mí me es indiferente, si se hacen las elecciones en verano iré igual, solo que aquí intento que no se genere ninguna polémica porque cada uno tiene sus ideas y opiniones", pero en su hacer Rocío ha marcado la diferencia, "es cierto, mis clases son inclusivas ya solo con hablar de leader y follower en vez de chico y chica, siempre intento que sea un espacio respetuoso". La galdense a sus 27 años está abriendo una nueva forma de entender esta práctica. "Cuando empecé con los bailes latinos bailaba y no me sentía cómoda. Un día, una amiga me dijo que le hiciera de chico porque nadie la sacaba a bailar y, en realidad, me di cuenta de que las academias suelen tener dinámicas que fomentan los estereotipos, como la mujer con tacones, vestido, los bailarines delgados, y mucha gente no se anima a bailar pensando en eso, 'o soy joven y delgadita o no bailo', y míranos aquí", reflexiona en los sillones de la terraza. En el campo de visión hay varias señoras que sobrepasan la jubilación y bien agarradas que están a sus acompañantes. ¡Envidia sana!

Tara plantea que, al contrario que Rousseau, "no creo en el ser humano para dirigirse a sí mismo, así que no confío en que nadie sea honesto al 100%". Hace años, una amiga a la salida de un karaoke le enseñó unos pasos de salsa y, desde entonces, le remueve las entrañas. Hablando de afinidades, hay programas que le atraen más que otros. No suelta ni pío. En cambio, su amiga asevera, "si los políticos bailaran, por lo menos serían más felices", comenta Rocío, y los invita a fomentar un deporte que llega a reunir a 300 personas en un congreso. "Tiramos de hoteles, salas de copa, cuando lo que hace falta en la isla es una buena sala de baile, además, esta será la actividad del siglo XXI porque los jóvenes tienen que estar fuera de sus móviles, ¡eso o nada!". El contacto físico se sobrepone a las horas acumuladas y lo convierte en una catarsis. Algo así le ocurrió a la profesora a la hora de reconectar con este mundo en una etapa conflictiva de su vida, "me di cuenta que podía canalizar mis problemas aquí", y hasta ahora. Aprendiendo los trucos de la danza, oigo una metáfora curiosa: cada parte del cuerpo es un botón que despierta instintivamente la respuesta. Si tira los brazos, se alzan al cielo, si hay un toque en la cintura, hay giro, si pone la rodilla a un lado, hay bloqueo. Cuántos secretos a desvelar.

En mitad de la noche, Bring me to life de Evanescence, un tema de metal gótico que triunfó hace una década, aparece remezclado con los toques puertorriqueños y mi cabeza explota. "¿Y esto?", retuerce el cuello José Luis Rodríguez. Las sorpresas están a la orden. Aquí las copas son pocas, si acaso alguna cerveza o una clara, que nadie quiere hacer el ridículo bajo los focos. Aquí uno se entrega, no hay medias tintas, vamos a practicar esa onda marina de hombros, damos varias vueltas y pégate como si fuéramos dos espaguetis escuchimizados al son de la kizomba. Mis amigas hace rato que ya huyeron.  

Rosa Moreno descubrió su pasión gracias a su colegio de monjas. Organizaron un taller y se hizo la luz. Ahora, ha decidido que Canarias era el destino perfecto, donde comparte profesión y amistad con Victoria González y José Luis. Una gaditana, una albaceteña y un extremeño perdidos en el océano. "Yo ya me quedo aquí de por vida", ¡menuda conquista! Son médicos y, a pesar de que el imaginario colectivo piense que gozan de buenas condiciones, desmienten tales afirmaciones. "La gente se piensa que lo tienes todo hecho, pero el sueldo base es de mil euros, además, somos los peores pagados de España", ¿y por qué se vinieron?, "no lo sabíamos", ríen, "por el mismo sueldo en Extremadura tendría muchísimas mejores condiciones de vida". La inflación de los costes, "la vivienda es un horror", y los bajos salarios precarizan su situación. No se arrepienten, solo que cambiarían tantas cosas... "Los políticos estarían más relajados si vinieran a bailar". Habrá que acudir a la Mesa del Congreso a presentar la propuesta. Vuelven a la pista, suficiente cháchara por una noche. Ah, hay debate por la 1 de RTVE entre Yolanda Díaz, Santiago Abascal y Pedro Sánchez. Veremos los análisis con la resaca del baile.

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