Campaña de estío XIII

El arte de traspasar la pantalla

El sonido del mastique de las roscas se convierte en el preludio de un viaje que sirve como metáfora para el día a día 

Relatos de campaña, una entrega diaria sobre las elecciones generales del 23 de julio.

Relatos de campaña, una entrega diaria sobre las elecciones generales del 23 de julio. / Adae Santana

Agua y fuego, tierra y aire. Cuatro elementos para explicar el ciclo de la vida, sus límites y sus solapamientos, aquello tan etéreo como cotidiano. Los filósofos clásicos explicaban así el mundo conocido hasta que John Dalton formuló un infinito vacío bajo nuestra piel. Los átomos y sus componentes subatómicos descomponen la materia en elementos imposibles de alcanzar para la imaginación humana que, ante su ojo, se arremolinan y conforman los cuerpos en los que nos relacionamos. Tan tecnológicos, tan digitales, tan alejados queremos estar de cualquier trazo desordenado y, en realidad, tan solo somos un compendio de la naturaleza. En esta metáfora está imbuida Elemental, la nueva producción de Pixar y Disney, donde Candela y Nilo, sus protagonistas, coexisten en una ciudad plagada de absurdos en la que aprender a crecer tanto en comunidad como por sí mismos. Como el resto de los mortales.

El lanzamiento de la película animada del verano antes de que los guionistas paralizaran el negocio hollywoodiense congregó colas a la entrada del cine de Los Alisios en su primer fin de semana. No hace ni falta acudir a la taquillera de siempre, similar a aquella que salvó a Gloria Fuertes. En vez de eso, una pantalla dispensa el billete como si fuera un menú de comida rápida. Luego, el espectador se sumerge en el cuadrilátero y, donde antes se conformaba con una silla cómoda en la que pasar horas embelesado o cambiando de postura cada quince minutos, lo espera el confort completo con un asiento reclinable capaz de subir las piernas y hasta de traerse una mantita por si el aire acondicionado le hace pasar frío, aparte de una bandeja para las roscas y bebidas (o la comida de contrabando que se pasa entre abrigos y bolsos) y, por fin, la pantalla grande, de alta definición, mil anglicismos, y llena de publicidad, lo preparan para ese sueño que es el cine. Solo queda una plegaria: que no toque cerca ninguna alarma de móvil y que los acompañantes que vengan a regañadientes queden satisfechos con los mullidos sillones que evitarán posteriores dolores de cervical, pero, por favor, sin ronquidos. 

Campaña de estío XIII: El arte de traspasar la pantalla

Campaña de estío XIII: El arte de traspasar la pantalla / Adae Santana

El cine es una pequeña escapada del mundanal ruido que comparten las hermanas Primitiva y Vanesa Gallego con sus hijas. "Este ratito nos fortalece", sentencian, "mi hijo podría ver la película tanto en mi casa, con la prima, qué sé yo, pero aquí es un compartimento entre nosotros, es un ratito en el que me siento con él, por así decirlo". No está atenta a las labores domésticas, a los demás miembros de la familia o a la notificación de última hora ni vencida por el profundo letargo tras la jornada laboral. "En parte, es un capricho", admiten, "si no fuera tan caro vendríamos más, ya que, si acaso, es una vez al mes", aunque tengan una tarjeta de descuento y sin contar con los refrescos, gominolas o el millo tostado que va entreteniendo los dientes de la chiquillería. ¡En alto! Ya sea ir al baño antes de que empiece el metraje, una toallita si se manchan las manos de la sal de los cuencos, tienen todo dispuesto para los peques que revolotean a la espera de que les devuelvan la atención. ¿Cómo decirlo? No tienen tiempo para nada más. "Me parece patético que ahora hagan unas elecciones", coinciden, más cuando una de ellas tiene que estar en la mesa este domingo, "se pelean y no llegan a ningún acuerdo entre ellos, prometen y mira lo que van a hacer, en realidad, hace falta que ayuden a salir adelante, más a la gente mayor y a los niños", afirman. 

Soñar y convivir

A medio camino entre una etapa y otra está Ana Sánchez. A sus 25 años, la próxima profesora siente una gran responsabilidad sobre sus hombros mientras espera a que se haga la hora para entrar a la sala: "Sé que puedo cambiar o empeorar las vidas de las futuras generaciones". Querría despertar la pasión por la belleza y el conocimiento en sus discípulos, que se subieran a la mesa y gritaran, "¡oh, capitana, mi capitana!", generar confianza a Matilda a través de unas palabras amables o, por arte de magia, dar clase de conjuros y pociones, "soy una friki de Harry Potter". De ahí viene uno de sus mejores recuerdos entre los pasillos por los que un niño llamado Salvatore se perdía de los rezongos de Alfredo. Antes de echar el cierre, Multicines Monopol estrenó la segunda parte de Las reliquias de la muerte y compartió con toda su familia aquel final de saga y etapa vital, "¡vinieron todos!". Así que, en este descanso estival entre exámenes y oposiciones, desea que la educación y la sanidad sean los motores del bienestar, "a partir de ahí, todo vendría rodado". Ellas, que están expectantes ante la nueva historia del director Peter Sohn, prefieren no escuchar a Guillermo Delgado para evitar spoilers, que acaba de salir.

Se ajusta las gafas y a medida que se expresa toma el hilo de sus pensamientos. "Vengo poco al cine, ¡soy un tacaño!", se ríe, "aunque esta vez ha valido la pena, salvo alguna que otra que no paraba de hablar", las cosas de no silenciar a humanos. "En el coprotagonista he visto muchas green flags, es decir, identifico a través del personaje lo que quiero y no quiero en una persona que esté conmigo", dice hablando del estreno, "si lo analizo más profundamente, la peli es muy inclusiva y hace ver que todo el mundo puede estar junto y en paz, además, mete personajes que son del colectivo sin que parezca nada impostado". Por partes. Al mencionar las banderas verdes se refiere a las cualidades positivas que encuentra en Nilo, el ser de agua, y cómo en la actualidad se fomentan arquetipos alejados de lo tradicional, por ejemplo, un prototipo masculino que llora, empatiza, escucha, reconvierte el estereotipo, y no pasa nada. En cuanto a los caracteres LGTBIQ+, hace referencia a la pareja lésbica que participa en una cena familiar o a la otra pareja gay que consulta a una tarotista la solidez de su amor —y uno de ellos está silla de ruedas—, y no pasa nada. Al volver a la luz diurna, no hay ningún trauma psicológico por escándalo. A pesar de convivir en una realidad diversa, Vox censuró en el municipio cántabro de Bezana a principios de julio la última entrega de Buzz Lightyear porque había un beso entre dos mujeres. 

A Guillermo le parece complicada la política. "Se debería de explicar más en los colegios, lo que es el congreso, los escaños, cómo van los votos… Aunque sé que también es falta de interés por mi parte". A pesar de su desconexión informativa, no se mantiene al margen si en las clases del curso del SEPE al que acude hay debates. Irá a votar, ya que tiene dos metas claras: "El medioambiente debería importarnos por igual a todos". ¿Y qué más? "Lo principal es que la gente se sienta segura al salir a la calle, no tener miedo, tanto por mí como por personas que veo en mi entorno". 

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