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Vidas científicas isleñas

El avance del conocimiento del Archipiélago ha sentado sus cimientos con generaciones de investigadores canarios que se interesaron por conocer un poco mejor el mundo que les rodeaba.

Los científicos canarios José VIera y Clavijo, Blas Cabrera, Telesforo Bravo, Juan Negrín, Pilar de la Rosa Olivera, Catalina Ruiz, Carlota de la Quintana y Elsa López.

Del amigo de Einstein a la médico de los «pobres», Canarias ha visto nacer a mujeres y hombres curiosos por naturaleza, con afán de conocer el mundo que les rodeaba mediante las premisas del método científico. La contribución de estas grandes figuras de la ciencia ha sentado las bases del actual bagaje cultural del que disponen los isleños sobre su tierra.

José Viera y Clavijo (1731-1813).

Un hombre ilustrado que dejó a sus espaldas un prolijo legado de conocimiento en áreas tan variadas como la poesía, la teología, la historia o la biología. Desde niño se nutrió de las lecturas de los mejores pensadores europeos. Entre sus obras más importantes se encuentra el Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias, el cual es aún hoy, más de siglos después un referente en el estudio de las especies de Canarias.

Blas Cabrera (1878-1945).

Es considerado uno de los científicos españoles más importantes de la historia. Amigo y entusiasta de las teorías de Albert Einstein, el físico conejero publicó en español el libro Principio de la Relatividad. Simboliza la España de la física experimental de mediados del siglo XX.

Juan Negrín (1892-1956).

Nacido en el seno de una familia acomodada de la burguesía canaria, Negrín abandonó Gran Canaria a los catorce años para estudiar medicina a Alemania, amparado por la buena posición económica familiar. Sus primeras investigaciones estuvieron dedicadas a estudiar las variaciones del contenido cromófilo de las cápsulas suprarrenales, la función reguladora del sistema nervioso simpático y las técnicas de análisis de laboratorio. Fue Presidente del Gobierno.

La contribución de estas grandes figuras de la ciencia ha sentado las bases del actual bagaje cultural del que disponen los isleños sobre su tierra

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Pilar de la Rosa Olivera (1907-1997).

Lagunera, Pilar de la Rosa Olivera marcó un hito al ser una de las dos primeras mujeres de la primera promoción de química de la Universidad de La Laguna (ULL). Tras licenciarse, se integró en la plantilla de la universidad como profesora y permaneció en la institución hasta 1949.

Telesforo Bravo (1913-2002).

Inauguró los estudios modernos sobre la geología de Canarias, incluyendo los de la Caldera de Taburiente, la geología de La Gomera, los tubos volcánicos y la geología y la hidrogeología de los subsuelos de Canarias. En 1962 logra explicar el origen de las cañadas del Teide por «avalancha»; hoy conocida como deslizamiento, que jamás se había utilizado en la literatura geológica mundial.

Carlota de la Quintana y López de Arroyave (1910-2011).

Es conocida por ser la primera médico especialista de Canarias y la tercera de España. La otorrinolaringóloga era conocida como «la doctora de los pobres», por ayudar a personas sin recursos. En 1930 accedió a una carrera universitaria colmada de hombres gracias a haber nacido en una familia donde las niñas no eran privadas de la educación de excelencia.

Catalina Ruiz Pérez (1957-2019).

A la catedrática en Física Aplicada le avala un vasto currículo investigador y un sinfín de publicaciones científicas de alto impacto. Defendió la investigación de calidad en todos los ámbitos, uno de los motivos que le llevó a ser la única mujer reconocida en 2017 con el Premio Canarias de Investigación e Innovación Científica.

Elsa López (1943-).

Amada Elsa López nació en la ciudad de Malabo, en Guinea Ecuatorial. Pero a la pronta edad de los cuatro años se trasladó a la Isla Bonita donde desarrolló su dilatada carrera en distintas disciplinas, desde la filosofía hasta la antropología. Aunque ha centrado su vida en desarrollar una reconocida trayectoria como poeta y novelista, en 1993 recibió el premio de Investigación José Pérez Vidal.

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