Entrevista | Elena Catalán y Rubén Zarauza Codirectores de Amuse Studios

«Hay un esfuerzo político en Canarias por consolidar la animación»

Los codirectores de Amuse Studios, un estudio de animación digital español de origen francés, desgranan en esta entrevista las claves del interés de las empresas de animación por instalarse en Canarias

Elena Catalán y Rubén Zarauza de la empresa de animación digital Amuse Studios

Elena Catalán y Rubén Zarauza de la empresa de animación digital Amuse Studios / Andrés Cruz

Martina Andrés

Martina Andrés

Amuse Studios es un estudio de animación digital español de origen francés que comienza sus andanzas en el Archipiélago hace cuatro años. Llegaron a Gran Canaria atraídos por los incentivos fiscales y las ventajas de la zona ZEC. Empezaron siendo dos trabajadores y no dejan de crecer: hoy cuentan con una plantilla de casi 80 personas, con un 40% de trabajadores nacidos en las Islas.

¿Por qué decidieron instalar su empresa de animación en Canarias?

Rubén Zarauza: Por el panorama fiscal, principalmente. Por los incentivos fiscales, la tributación de la zona ZEC [Zona Especial Canaria], las facilidades a la hora de rentabilizar y financiar las producciones. Los incentivos son nacionales pero aquí tienen un plus, hay un diferencial de veinte puntos sobre lo que pasa en la Península. Este incentivo lo tienes en la Península pero aquí tienes más incentivo todavía.

Elena Catalán: De hecho, la anécdota que siempre contamos es que yo soy de Pamplona y allí también hay incentivos fiscales para el audiovisual. Cuando decidimos que queríamos emprender y encontramos a nuestro socio francés, quisimos convencerles de ir a Pamplona, a Navarra, que era para mí volver a casa y cuando estuvimos estudiando en qué territorio iba a ser mejor, indudablemente ganó canarias. Porque no solo había incentivos fiscales sino que también estaba la zona ZEC. Y esto era imbatible, era insuperable y entonces dijimos: vamos a empezar la carrera allí. Todavía no había muchas empresas, con lo cual había un poco de incertidumbres pero el hecho de llegar de los primeros también lo vimos como una facilidad.

R. Z.: También hay una cuestión que está presente en el País Vasco, en Navarra y también aquí, y es que hay una voluntad política de que la animación se convierta en una industria de verdad. En Canarias es un sector estratégico y se nota, tanto a nivel Cabildo como a nivel Gobierno de Canarias.

«Cuando le tocamos en la puerta a la SPEGC y a la Film Comission, nos cogieron de la mano»

Elena Catalán

— Codirectora de Amuse Studios

E.C.: Antes de emprender éramos empleados de Ánima. Ánima es una de las productoras que llegó primero a la Isla, por lo tanto ya habíamos visto con la experiencia de la antigua empresa que la implantación aquí había sido un éxito y que realmente la SPEGC [Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria], que nos animó a venir, estaba cumpliendo con todo lo que había prometido, con lo cual cuando nosotros fuimos a montar nuestra empresa no tuvimos duda. Cuando le tocamos en la puerta a la SPEGC y a la Film Comission, nos cogieron de la mano y nos han acompañado en estos cuatro años y ha sido un viaje de placer. Ha sido una maravilla. No nos podemos quejar porque mira dónde estamos.

¿Cuántos trabajadores hay en plantilla exactamente y cuántos son canarios?

E.C.: Hemos pasado de dos a casi 80 trabajadores en cuatro años, a pesar de que han sido cuatro años muy convulsos.

R.Z.: Cuando empezamos en Gran Canaria, éramos Elena y yo y eran 88 personas en Francia. Ahora somos aquí 74 o 75, depende del momento, y en Francia son 6 o 7 personas. Le hemos dado la vuelta a la tortilla. Trabajamos mucho la formación, de los perfiles que se van a incorporar. La asistencia de mercados es fundamental. Una producción de animación no es rentable si solo la enfocas en el territorio nacional. La animación tiene una vocación muy internacional y ellos están promoviendo —la SPEGC, PROEXCA y el Gobierno, una vez más— traer a los que toman decisiones en Europa y en el mundo a que conozcan la realidad canaria para que se pongan en contacto con empresas como la nuestra, nos encarguen servicios y nos compren nuestras producciones. Hay un dinamismo muy a favor de la animación.

«El 40% de nuestros empleados son canarios, nacidos en Canarias. El 100% son residentes»

Elena Catalán

E.C.: Estamos trabajando conjuntamente tanto las empresas como la SPEGC, como los organismos del Gobierno en generar una industria a largo plazo. Lo importante es demostrar a Europa y al mundo que aquí se está haciendo un trabajo de primer nivel a unos precios súper competitivos y que no solamente hay que traer el talento de fuera, porque el talento ya está dentro. El 40% de nuestros empleados son canarios, nacidos en Canarias. O incluso canarios desplazados que se habían marchado y han vuelto. Entre todas las empresas que estamos trabajando en la misma dirección estamos consiguiendo traer buenos proyectos. Traerlos para hacer service internacionales y generarlos, que nazcan, que sea IP [Propiedad Intelectual] propia que nace en España y cuyo rendimiento económico queda también en España.

¿Han recibido ayudas para contratar a jóvenes profesionales?

R.Z.: En un primer momento hubo bastante iniciativa por parte de la FULP [Fundación Universitaria de Las Palmas]. Diría que el primer año o el segundo. Pero ahora no. No salió la convocatoria o no nos enteramos. Pero últimamente no hemos tenido ese incentivo.

E.C.: Hemos tenido ayudas indudablemente para formar a personal y para que ese personal entre como becarios durante un tiempo en las empresas, con cierto apoyo y cierta subvención o remuneración, para que esos perfiles tengan la oportunidad de meter la cabeza en las empresas. Lo bueno es que casi toda la gente que entra por esa puerta se acaban convirtiendo en empleados.

R.Z.: No buscamos becarios para tener un puesto cubierto siempre por becarios, sino que es una fórmula interesante de que alguien que no ha trabajado nunca tenga un contacto con la empresa, que a la empresa no le resulte excesivamente caro formarlo porque el trabajador sí recibe un salario que a lo mejor se lo está dando la SPEGC o el Cabildo o el Gobierno, y esos seis meses permiten que se prepare mucho mejor y que se incorpore como un trabajador normal en un plazo muy corto.

E.C.: Nos sentimos muy orgullosos de decir que estamos generando un empleo de alta capacitación, bien remunerado y que son puestos de largo recorrido, indefinidos. Es gente que no viene para una obra y luego ya no sabe...

R.Z.: La diferencia con el cine, que el cine es muy sexy, es que ellos vienen, montan un despliegue brutal, se gastan una cantidad ingente y contratan a gente pero para una semanas y ya está. Nuestra feliz idea es que cuesta muchísimo engranar lo que llamamos el pipeline de la producción, el cómo transcurre la producción de puertas adentro y lo que no queremos es perder esos trabajadores que al final son nuestra fortaleza. Es equipo humano.

E.C.: Es gente joven y estamos también muy orgullosos de decir que en nuestras estadísticas el 50% son mujeres y a todos los niveles, porque en la parte directiva el 50% son mujeres, y la media de edad son 30 años. Mucha gente todavía no conoce que esta es una opción real, un trabajo real y que cada vez está más demandado. Aquí hay una oportunidad para los jóvenes.

¿Notan falta de personal cualificado, os cuesta encontrar ciertos perfiles?

R.Z.: Esto es una profesión de oficio. Y, como tal, hay gente que ya ha practicado el oficio y ya tiene más capacitación y los que no pues tienen que empezar en la cadena a absorber. Talento hay. Otra cosa es que le falten horas de vuelo o no, pero para eso estamos. La gente, a lo largo del tiempo que pasa con nosotros, va escalando posiciones.

E.C.: Buscamos profesionales muy diversos: desde guionistas hasta artistas, dibujantes, informáticos, gente de tecnología, músicos, gente de edición... Es gente que no puedes encasillar en: solo buscamos animadores o modeladores, que es lo que piensa la gente cuando piensa en dibujos animados. Si no que hay administrativos financieros, gente que tiene que saber de propiedad intelectual... Hay especialización en muchos puestos distintos.

R.Z.: En guión, por ejemplo, hay un guionista que ya ha trabajado muchos más años y hay guionistas que están en su primer trabajo. Y para eso hay alguien que los tutela, los corrige, un jefe de departamento. Y, a partir de equis tiempo, alguno de ellos puede ser supervisor, o jefe de departamento. Es activar la rueda.

Teniendo en cuenta su cartera de clientes, ¿cómo les influye el Certificado Canario de Producción Audiovisual?

R.Z.: Por un lado producimos nuestro propio contenido, lo que llamamos nuestras propias Ips, que las tenemos en una parte de la empresa, y en la otra hacemos service internacional, que es el que hacemos para terceros. El Certificado Canario te lo piden para las producciones nacionales, de nuestras Ips. Y después tienes un certificado cultural, que lo otorga el Ministerio de Cultura, que lo piden para darle ese valor cultural y para que la Unión Europea proteja este tipo de incentivos y de ayudas. El Certificado Canario tiene unas reglas del juego, tienes que tener un mínimo de tiempo ejecutado a aquí, en función del tiempo que vayas a estar rodando lo que tienes que gastar aquí y el equipo humano que es canario o residente canario. Es un trámite que protege que el dinero que viene o que está bajo el paraguas de Canarias, se revierta otra vez en Canarias.

Animación digital en la empresa Amuse Studios

Animación digital en la empresa Amuse Studios / Andrés Cruz

Empezaron hace cuatro años, les tocó la pandemia. ¿Les afectó mucho? ¿Cómo creen que influyó el coronavirus en el sector de la animación?

E.C.: Creo que nos ha hecho más fuertes. Fue una locura, porque no nos pilló preparados. La animación tiene unas necesidades de tecnología muy importantes, por lo que cuando le hicimos a todo el mundo ir a su casa, no estábamos preparados para poder teletrabajar. Al final esto es como una fábrica: tú tenías aquí la fábrica montada y de repente que la gente pueda fabricar desde sus casas no era viable. No estábamos preparados pero conseguimos montar toda la tecnología para que la gente teletrabajara, nadie paró durante la pandemia, no hicimos ni un solo ERTE.

R.Z.: Al contrario, duplicamos equipo. Cuando empezó la pandemia éramos algo más de veinte personas y al final éramos 40 y pico. Y fue muy guay poder conocerlos en persona, porque al final habíamos hecho la entrevista online y la incorporación a la empresa online.

«El Gobierno canario se dio cuenta de que con la pandemia, Canarias paró porque el turismo paró»

Elena Catalán

E.C.: Ese crecimiento bestial y en esas circunstancias tan complejas también vino porque fuimos reduciendo París para incrementar Canarias. También fue una oportunidad porque yo creo que el Gobierno canario se dio cuenta de que con la pandemia, Canarias paró porque el turismo paró. Y esto hizo que reforzaran la idea de consolidar otras industrias, de cómo terminar con las barreras logísticas... Por no decir que hubo un boom, porque todo el mundo estaba en su casa consumiendo contenidos, Netflix, Amazon, cada vez requerían más producción, más contenido, y esto nos generó muchísimo trabajo. Fue una oportunidad.

Necesitan un equipo tecnológico muy específico. El estar en una isla, ¿les supone alguna serie de impedimentos logísticos?

E.A.: En tema de infraestructura hemos tenido mucha suerte. Cuando la SPEGC nos ofreció estar en este edificio y en concreto en el entorno de Infecar, nos facilitó una granja de renderizado, que es clave para nosotros, que estamos alquilando y que es una infraestructura de primer nivel. Tuvimos algo más de escollo con las líneas de Internet, pero el hecho de estar en una isla no fue un problema. Sí nos ha pasado que nos ha costado encontrar en la Isla a gente de IT, de sistemas, que supieran en concreto de nuestras necesidades audiovisuales, pero yo no puedo estar más orgullosa del responsable del todo el IT de la empresa que es un canario que no sabía sobre el IT específico de animación pero en tres meses se puso las pilas y ahora es una eminencia.

¿Por qué eligieron dedicarse a la animación infantil?

E.C.: Yo vengo de la imagen real, trabajé mucho tiempo en Madrid, en televisión y en ficción, y siempre digo que cómo me alegro del día en el que salté a la animación. Soy una apasionada de mi trabajo. Me encanta dedicar todo mi esfuerzo, todas mis horas en hacer un producto con el que me siento orgullosa, en especial que va dedicado a los niños, y que además es creativo y todo el personal que trabaja con nosotros es gente muy interesante, especial, que tiene mucho que decir y que aportar. Para mí es un regalo que mi profesión haya derivado en la animación. Y también ha sido un regalo el poder pasar de ser una empleada a dirigir un proyecto así y en un momento tan especial como es estar en Canarias, que decimos que es el sitio correcto en el momento correcto, porque aquí están pasando muchas cosas y se está haciendo una apuesta absolutamente seria por generar una industria aquí.

R.Z.: Me parece que es uno de los públicos más honestos, el preescolar, el infantil. Y a ese público llegas con la animación. La animación te permite crear todo lo que te puedas imaginar, creativamente es mucho más abierto, es posible hacerlo todo. Ambos hemos trabajado en imagen real y sabemos lo duro que es ir a un rodaje, el no saber cuándo terminas... Y aquí es un trabajo de oficina, entramos a las ocho y salimos a las cuatro, te permite conciliar y te permite desarrollar tu creatividad. Yo empecé a trabajar en la animación fue con el equipo de Zinkia, los responsables de Pocoyó y al final robé un poco ese sentimiento, la obsesión que tenía uno de ellos, David Cantolla de formar parte del recuerdo de sus hijos. De que cuando sus hijos fuesen mayores dijeran: este dibujo animado del que todos nos acordamos lo hizo mi padre, junto con otra mucha gente.

¿Qué futuro le ven a la animación?

E.C.: Yo creo que la animación es algo eterno. Puede estar de moda el 2D, el 3D, pero entretenimiento infantil va a hacer falta siempre, contar historias va a hacer falta siempre. Lo que sí que es cierto es que ahora estamos en una especie de burbuja, un boom, hay miles de plataformas, el digital ha irrumpido, además de las televisiones, y hay que ver dónde queda toda esa batalla de contenido porque ahora creo que hay más horas de contenido de las que nadie jamás podrá ver. Nosotros queremos seguir haciendo proyectos nuestros y para otros por mucho tiempo.

R.Z.: Y esto es el comienzo. Lo propio sería que de nuestra empresa salgan cuatro o cinco trabajadores que luego monten su propia empresa de la cual salgan otros cuatro o cinco... Es un crecimiento exponencial y hay espacio, porque la animación no es solo animación infantil, la animación está en todo. El cine convencional se nutre de esos efectos especiales que no dejan de ser animación, las aplicaciones, tienes un 360 muy diverso para desarrollar.

E.C.: Otra cosa maravillosa que está pasando con el teletrabajo es que ahora los artistas canarios ya no solo necesitan de una empresa que esté alojada en Canarias, sino que pueden producir para el mundo, pueden trabajar para empresas canadienses, hay muchos sitios donde están buscando perfiles y que están dispuestos a contratarlos teletrabajando, con lo cual la gente desde Canarias puede trabajar para el mundo.

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