Entrevista | Rafael Rebolo Director del Instituto de Astrofísica de Canarias

Rafael Rebolo: «Los números gordos no son suficientes para analizar una trayectoria»

El astrofísico Rafael Rebolo es el segundo científico más citado de Canarias. Ha publicado más de 600 artículos y ha llegado a firmar 55 en tan solo un año. No obstante, Rebolo, así como el resto del IAC, tiene por bandera publicar tan solo en revistas de máxima confianza para preservar sucalidad

Rafael Rebolo en la biblioteca del Instituto de Astrofísica de Canarias.

Rafael Rebolo en la biblioteca del Instituto de Astrofísica de Canarias. / Andrés Gutiérrez Taberne

Verónica Pavés

Verónica Pavés

¿Cree que se ha desvirtuado el sistema de publicación científica?

En el campo de la astrofísica no lo creo. En nuestro sector hay esencialmente tres grandes revistas que utilizamos todos los expertos y que están gobernadas por instituciones académicas. Esto es muy importante. Por ejemplo, la revista Europea de Astrofísica está sostenida por un consorcio de países. Ellos son los que pagan una cuota de participación y eligen un representante para el cuadro editorial. La revista más antigua de la astrofísica mundial, Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, es de la Real Asociación Británica de Astronomía y la Universidad de Oxford. Es súper conocida a nivel mundial y está en activo desde 1800. Por último tenemos la revista americana de la Sociedad Americana de Astronomía y la Universidad de Chicago. Es cierto que los aproximadamente 250 investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) publicamos unos 600 trabajos al año, pero lo hacemos básicamente en estas tres revistas del mundo académico. Así que en este ámbito no existe ese problema.

¿Por qué cree que este problema sí se da en otras ramas?

Las revistas de las que te hablo tienen muchas décadas de trabajo en el impulso de la ciencia. En otros campos lo que ha sucedido es que ha habido una eclosión de revistas nuevas. Han entrado en juego intereses de países como India o China por crear nuevas revistas y oportunidades de publicación que, en algunos campos de investigación, ha sido descontrolada. En otros campos hay una profusión tremenda de revistas, algunas tienen calidad y otras no tanto, lo que puede degenerar el sector. No es el caso de la astronomía canaria ni de la española, porque básicamente todos los centros de investigación de España publican en esas tres revistas. En todo caso, es fácil para los científicos conocer aquellas que tienen la distinción de calidad y las que no. Sobre todo aquellos que tenemos una cierta experiencia. 

Muchos critican que el sistema español, tal y como está estructurado hoy en día, premia más el peso que la calidad del trabajo, ¿qué opina usted?

Si es así, es un error. En mi campo no creo que haya ningún comité evaluador que siga esa prescripción. Por supuesto que el trabajo de cualquier científico pasa por dos parámetros: la cantidad y la calidad. Los tribunales deben juntar ambos y poner el peso adecuado a cada uno. En este caso, debe primar siempre la calidad de los trabajos, su innovación, su aportación al nuevo conocimiento de la ciencia; y no tanto que uno divida sus resultados en varios trabajos. Pero está claro que los dos parámetros juegan, porque tampoco vale decir que has hecho un trabajo hace 30 años y nada más. Y lo mismo ocurre con hacer mucho y que no tengan relevancia. Es de sentido común. Hay que procurar que la calidad sea cada vez más reconocida por todos. No se puede hacer medidas a bulto, hay que hacer análisis detallado y poner cada cosa en su justa medida. Los números gordos no son suficientes para analizar la trayectoria de nadie. 

¿Cree que existe una obsesión por publicar mucho para lograr ciertos objetivos?

A veces, seguramente, ocurre. Pero si las revistas tienen el nivel de las publicaciones que yo he mencionado, habrá resultados que van a pasar a la historia y otros que estando bien hechos tendrán una relevancia menor pero que aportarán alguna información útil. Por eso en el IAC somos tan estrictos, y recomendamos a nuestros investigadores que usen las revistas que tienen una larga tradición y todos conocemos. 

En el Instituto de Astrofísica siempre recomendamos publicar en revistas de larga tradición

¿Se lo han impuesto a sí mismos como un criterio de calidad?

Sí. Nosotros somos bastante tajantes en esto. No es exclusivo de estas tres revistas, hay más. Ttambién publicamos en alguna multidisciplinar como Nature o Science. Pero en estos diez años debemos haber publicado unos 5.000 trabajos de investigación publicados y el 90% está en estas tres revistas, lo que implica una propia autorregulación de nuestros científicos. 

Por lo que comenta, en el caso de la astrofísica, las revistas más prestigiosas están en manos públicas o semipúblicas.

Sí, sí. La Real Sociedad Astronómica de Reino Unido es una entidad que tiene una visión histórica enorme. Lo que no sé es si tiene una entidad privada detrás porque inicialmente una sociedad astronómica que no está financiada por el Estado. Pero en cualquier caso, tienen el afán de hacer las cosas bien, en ese universidad es inmaculada. Y la universidad con la que publica es la de Oxford. Algo parecido ocurre con la Sociedad Americana de Astronomía. Lo que es 100% público es la revista europea.  

¿Cree que si las revistas fueran públicas y no un negocio privado, se preservaría su calidad?

Es como todo. No podemos decir que el sector privado vaya a ser una cosa necesariamente mala. El sector privado hace muchísimas cosas muy bien. Por supuesto, que estaría bien crear una autorregulación y ahí el sector público podría vigilar que todas las revistas, sean de sector público o privado, cuenten con las condiciones y estándares de calidad. Lo que pasa es que hoy en día en cualquier país surge una revista nueva. Y con esa proliferación de revistas es difícil mantener un control. Por eso yo solo creo que el sistema debe ser autorregulado y confiar en los medios de publicación que son destacados en el mundo. 

En el IAC ustedes se autorregulan porque entienden que es importante preservar la calidad, pero hay investigadores en otros campos que quieren acreditarse y prefieren hacerlo en publicaciones de menos calidad para hacerlo rápido. 

Ahí está la labor de los tribunales y jurados que se forman para evaluar. Esos jurados deben tener el criterio suficiente para descartar lo que tenga menor calidad. Y no me cabe duda que lo tienen. A lo mejor en algunos casos hay demasiada benevolencia pero eso se tiene que llevar a un nivel de exigencia adecuado. Los tribunales se deben guiar un criterio de calidad necesario y no solo mirar el número. Si en algún momento no ha sido así, está mal y se debe corregir para primar la calidad. 

Cada vez que recibo una invitación para publicar en revistas de dudosa fiabilidad los borro

En los últimos años se han ido sucediendo problemas y retrasos en la publicación de artículos debido a la falta de revisores ¿Lo ha notado?

Nosotros no hemos tenido problemas con los revisores. Lo hacen de manera voluntaria y se considera un honor recibir la petición de revisión de un artículo. Últimamente yo ya no recibo porque no tengo tiempo suficiente para dedicarme a revisar artículos de otros. Pero en nuestro campo de investigación hay 10.000 astrofísicas y no hay problema para encontrar un revisor. Me parece que nuestro sistema en este campo funciona, en otros ya no lo sé. 

Usted es el segundo investigador con mayor índice h en Canarias y mayor cantidad de publicaciones, llegando algunos años a 50 estudios, ¿cómo se logra publicar tanto? 

Eso tiene una explicación. El satélite Planck se lanzó, después de 25 años de preparación de trabajo, y sus resultados se obtuvieron en el año 2014 y se publicaron en el 2016. Durante 25 años estuvimos 300 científicos trabajando para conseguirlo. Cada científico participante hizo posible la misión y el acuerdo era que todos firmaríamos todos los trabajos. Yo fui el director de la participación del IAC en este proyecto y construimos la unidad central de toma de datos de uno de los dos instrumentos de satélite. Todos los datos de datos de satélite pasaban por el IAC, y teníamos el derecho de procesar los datos y explotarlos. Nosotros liderabamos dos o tres trabajos, que era la proporción que nos tocaba al ser nuestra contribución un 5% de la contribución total del satélite. El resto los analizábamos y revisábamos. 

¿Fue dura esa etapa de revisión?

Fue una situación compleja porque en el 2013 recibíamos 35 artículos que se iban haciendo a lo largo del año. Estos trabajos se subían a una base de datos y cada uno iba revisándolo y poniendo sus comentarios cuando podía. Ese número de producción supone que cada dos semanas recibías contenido y tenías que mandar comentarios. Fue un momento tenso, pero esto ocurre en todas las misiones espaciales. De ahí ese pico de publicaciones. 

¿Le ha llegado alguna vez un mensaje de revistas pidiendo que publique en ella?

Sí, cada semana. Y, por supuesto, los borro automáticamente. Se trata un tipo de fishing que están haciendo algunas revistas. Pero yo no me molesto ni en revisarlos. Cada vez que llega una invitación invitándome a esto y a congresos los borro. Quiénes los envían son personas que no pertenecen a este campo, por lo que no sé que clase de interés tienen en organizar estos congresos o recibir artículos. Me imagino que hay un tipo de interés económico asociado a la actividad congresual, y también cierta actividad económica asociada a ciertas revistas. Pero yo los borro inmediatamente. 

¿Qué opinión le merece la polémica que hay con ciertas revistas conocidas como predadoras?

Es cierto, este fenómeno ocurre. En nuestro campo también. Pero no pasa de la molestia de recibir un correo no deseado que ves y borras de inmediato. No te molestas en contestar nada. Luego lo bloqueas para que no envíen más y punto. 

Se comenta que hay algunas instituciones privadas o de otros países que pagan a investigadores por publicar en revistas de alto nivel y llevarse el reconocimiento. ¿Ha visto este tipo de prácticas en alguna ocasión? 

No lo he visto. Lo he escuchado y me parece una barbaridad. Pero en el mundo suceden todo tipo de barbaridades así que no me sorprende que pueda ocurrir. Es condenable, pero está claro que en algunos países no es tan fácil vivir dignamente por lo que no me sorprende que se hagan estas cosas. En nuestro entorno no ocurre, y en el campo de la astrofísica está totalmente descartado. 

El índice h es irrelevante para medir la excelencia. Lo malo realmente sería darle relevancia

El Gobierno estatal se plantea la posibilidad de valorar el puesto que ocupa cada científico en un artículo de investigación para medir su contribución y baremar de forma más justa, ¿qué le parece?

Es vital saber cuál es el primer autor de una obra. En nuestro campo, nosotros lo cedemos a quien haya contribuido más ese liderazgo. Ese liderazgo también se puede reflejar en el último puesto de una lista de autores. En todo caso, no es lo mismo un trabajo firmado por dos personas que uno que firman 300. La contribución que uno tiene en este último caso estará distribuida por 300. También es evidente que hay experimentos que requieren de la contribución de grandes equipos científicos, por lo que se tendría que evaluar también la rama del conocimiento. Pero es natural es aplicar este criterio, y es lo que debería hacerse. Si contribuyes a la publicación de 20 o 30 trabajos pero solo firmas como autor principal uno, te corresponde ese uno y no más. No hay que darle ni mayor ni menor importancia. Si eres el primer autor del trabajo o tu grupo está a la cabeza de ese trabajo, también se tiene que reconocer. Este criterio ya se aplica con sentido común, por lo menos en los comités de nuestro Instituto.  En todo caso, se tiene que vigilar que los comités actúen y reconocimiento a quien deben dárselo. 

Una persona con muchas publicaciones también tendrá muchas citas y, por tanto, un alto índice h, que muchas veces se utiliza para medir el prestigio de un científico. 

El índice h es irrelevante. Lo malo realmente sería darle relevancia a ese indicador. En ciencia lo verdaderamente relevante es el equipo en cuestión con el que trabajas. También si eres joven y has firmado artículos como primer autor, porque demuestras relevancia científica. Si, por ejemplo, trabajas en un campo nuevo y no hay otros trabajos que se hayan hecho antes sobre esos temas, también tienes una importancia excepcional. Ese conjunto de factores son evidentemente muy importante. Por eso, el análisis de todo esto es que cualquier evaluador puede darse cuenta cuando un trabajo ha sido revisado por un equipo en colaboración con otro. Lo que es una ingenuidad es pensar que por el número de citas que ha obtenido un científico es más importante que otro, porque hay que ver el detalle y cuál fue su contribución para poder evaluar a cada persona. El satélite Planck uno de los trabajos más citados de la historia. Ese hito dice que nuestro equipo de 300 personas hizo un buen trabajo, pero evidentemente a los que se les tiene que reconocer más es a los llíderes que lo llevaron y los que lideraron los trabajos. Los demás aportaron. 

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