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Juicio por asesinato en Puerto del Rosario

"Mató a mi madre y luego llamó a la policía"

El hijo de 7 años de la mujer acuchillada en la Isla testifica contra el agresor

La Audiencia de Las Palmas comenzó ayer un juicio por asesinato contra Henrry Danny García Hernández, un dominicano afincado en Fuerteventura que mató a su pareja el 9 de diciembre de 2015. La golpeó en la cara y le asestó 15 cuchilladas, algunas por la espalda, pero García niega el asesinato con alevosía y ensañamiento que le atribuye la Fiscalía de Las Palmas. "Fue instintivo, mecánico, no lo hice para hacerla sufrir", respondió a preguntas de su abogado, Ignacio López De Vicuña.

Esa declaración fue lo más parecido a una confesión que pronunció García durante la primera sesión del juicio. El acusado, de 35 años, trató de relativizar la contundencia de las pruebas que lo incriminan, entre ellas su confesión voluntaria ante la Policía Nacional ("He matado a Yessica", dijo al entregarse a los agentes), incluso se mostró elusivo sobre los detalles del crimen. La fiscal de Violencia de Género, Beatriz Sánchez, reclama 22 años de prisión. El Instituto Canario de Igualdad, en cambio, pide la pena máxima por este tipo de delitos, 25 años de cárcel, porque considera injusta la aplicación de la atenuante de confesión al "no haber mostrado ningún tipo de arrepentimiento", sostiene la letrada que representa al Gobierno de Canarias, Pilar Rosa Felipe. La letrada es partidaria de eliminar es tipo de circunstancias cuando favorecen al acusado en los delitos de violencia machista.

La defensa, además de esa atenuante, interesa una condena por homicidio y no por asesinato, un tipo penal que conlleva un castigo inferior, entre los 10 y los 15 años de prisión. El abogado rechaza que García sea un "asesino frío y calculador", sino una persona que actuó "fuera sí" por las "circunstancias".

El acusado, en ese sentido, describió a Yessica Gómez, de 24 años, colombiana, como una mujer "muy celosa" y "controladora", que le revisaba el móvil y lo había dejado "encerrado" en casa dos veces. García asegura que esa madrugada, tras celebrar el cumpleaños de su padrastro con ceviche de gambas y vino, discutieron porque ella le cogió su teléfono y le mandó mensajes a una exnovia. Luego afirma que se hizo un té con limón en la cocina para aliviarse el dolor de garganta; ella se "enfadó" porque le dijo que iba a ir al médico y, en ese momento, trató de clavarle un cuchillo de cocina. Asegura que la hoja se rompió al agarrarlo con su mano para evitar la agresión.

Esa versión es rechazada de pleno por la fiscal. Sánchez, al margen del origen y de la intensidad de la discusión, aclaró al jurado que Yessica, además de las 15 cuchillas, tenía golpes en varia partes del cuerpo, entre ellas la cara, con un ojo morado, una lesión que es "imposible" hacérsela al caer al suelo, replicó la fiscal.

El acusado, ante la presión del interrogatorio, vinculó las heridas de su pareja al "forcejeo", pero tampoco pudo explicar por qué razón, tras arrebatarle el arma blanca y evitar la supuesta agresión, dicho cuchillo carece de restos de sangre y de huellas de ambos.

Pero el testimonio más contundente, a la vez que emotivo, lo dio el hijo de la víctima, de siete años, que presenció lo ocurrido en la vivienda familiar de Puerto del Rosario. "Ese chico la mató con un cuchillo y después pidió ayuda a la policía. Mi mamá no tenía ningún cuchillo, era la que gritaba", declaró el menor durante la instrucción del caso (ayer sólo se reprodujo la grabación de ese testimonio para evitar que el pequeño volviera a revivir el drama).

También comparecieron la madre de la víctima y su padrastro, que corroboran el carácter violento del acusado, con una condena por una pelea en una discoteca, así como una denuncia machista que Yessica retiró tras perdonarlo y reanudar la convivencia. Ambos le recomendaron que rompiera la relación, pero la joven no hizo caso porque estaba "enamorada". Llegó de Colombia en 2001, con un hijo de otra pareja. Llevaban medio año bajo el mismo techo.

Tanto la abuela como su nieto siguen afectados emocionalmente por lo ocurrido, con episodios de pánico por las noches y fuertes altibajos. El Instituto Canario de la Mujer reclama 300.000 euros de indemnización para el pequeño, frente a los 60.000 de la Fiscalía, así como 120.000 euros para la abuela.

La vista sigue hoy en la Ciudad de la Justicia, con el magistrado Salvador Alba como presidente del jurado popular.

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