El hombre acusado de acabar con la vida de su sobrino tras asestarle dos puñaladas, una en el cuello y otra en el abdomen, después de mantener una acalorada discución en la vivienda donde ambos residían en Puerto del Rosario, se sienta en el banquillo mañana y se enfrenta a una condena 12 años de prisión.

El escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Fiscal revela que el 11 de mayo de 2018, Alfonso P. A., se encontraba en su casa ubicada en la calle Don Quijote de Puerto del Rosario en compañía de su hermana y de su sobrino Manuel Iván J. C., de 35 años, cuando el procesado y la víctima comenzaron a discutir.

Asimismo, la Fiscalía reseña que entre las 11.30 y las 15.00 horas el fallecido le recriminó al acusado que le pidiese la devolución de 50 euros que este le había prestado la noche anterior. Lo que ocasionó que la discusión "fuese subiendo de tono" y ambos comenzaran a pelearse, se propinaran empujones e incluso se "golpearan con la mano abierta".

En medio del altercado, la víctima fue a la cocina y cogió un cuchillo cuya hoja es de 20,5 centímetros y le clavó una puñalada a su tio en el abdomen por lo que le causó un leve hemeperitoneo y un hematoma en el epiplón, aunque no afectó sus órganos.

Tras la acuchillada, el fallecido dejó el arma blanca sobre la encimera de la cocina. Acto seguido, el acusado "con intención de acabar con la vida" de su sobrino o a sabiendas de que podía causarle la muerte, "se hizo con el cuchillo" y se lo clavó al fallecido en dos ocasiones.

La primera puñalada se la asestó en el abdomen ocasionándole un hemoperitoneo leve y una herida penetrante con afectación del diafragma. La segunda acuchillada se la clavó en la región izquierda de la cara provocándole una sección en la parótida con afectación en la yugular interna y carótida, además de una fractura de mandíbula. A consecuencia de estas heridas, la víctima sufrió un shock hemorrágico lo que ocasionó su muerte. Mientras que el acusado fue trasladado al Hospital General de Fuerteventura donde le realizaron una intervención quirúrgica.

Por todo ello, el fiscal solicita 12 años de cárcel porel delito de homicidio y una indemnización de 40.000 euros para los padres del falelcido por concepto de daños morales.

Víctima de la calle

Manuel Iván tenía detrás de sí una historia de película. La destructuración familiar lo empujó a la calle, lo que le permitió conocer las tinieblas del alcohol y las drogas. Su madre no le dio los apellidos de su padre biológico, y utilizó los suyos propios, como si se tratara de un hermano.

Cuando encontró la muerte a manos de su tío estaba recién salido de la cárcel por delitos acumulados.