Talleres de formación para personas que cuidan a otras con necesidades especiales

El Cabildo fomenta estos cursos para atender las necesidades que demanda este colectivo

Taller de autocuidado celebrado en una de las zonas de salud.

Taller de autocuidado celebrado en una de las zonas de salud. / Cabildo de Fuerteventura

Cuarenta y tres alumnos -36 mujeres y siete hombres- han participado en los talleres impulsados por el Cabildo de Fuerteventura para mejorar la calidad de vida de quienes se dedican al cuidado de personas con necesidades especiales. Esta actividad se ha realizado en toda la Isla con la finalidad de potenciar los espacios grupales de autocuidado y de bienestar emocional, ha informado el Cabildo majorero.

Se han realizado cinco encuentros de una duración de dos horas, teniendo en cuenta las cinco zonas básicas de salud: Antigua-Betancuria, La Oliva, Pájara, Puerto del Rosario y Tuineje. Desde la Consejería de Políticas Sociales se considera la labor de las personas cuidadoras como altamente vital y necesaria en la sociedad. Esta relación suele darse porque existe un lazo familiar y algún tipo de vínculo entre la persona que cuida y la que recibe los cuidados.

Según la corporación insular, las relaciones de cuidado y ayuda suelen alargarse en el tiempo, generan cambios y dificultades en las dinámicas sociofamiliares y afectan a la salud socioemocional de todas las personas implicadas. Por todo ello, desde los talleres se han generado espacios grupales de autocuidado y acompañamiento para las personas cuidadoras y se han recogido sus demandas para que, en la medida de lo posible, obtengan respuesta por parte de las entidades públicas.

Para el desarrollo de actividades, se estableció una coordinación previa con los diferentes departamentos de servicios sociales municipales, los profesionales de las zonas básicas de salud y la implicación de asociaciones como Affa, Asomasamen o Adivia.

Según el consejero de Políticas Sociales, Adargoma Hernández, «el proyecto cobra mayor fuerza y llega a más personas si existe una coordinación con todos los recursos de la Isla que se dedican a trabajar con el colectivo de personas que cuidan y esto ayudará a tener un mayor conocimiento de la realidad y apoyarse para mejorar lo que ya se está realizando».

A lo largo del itinerario de los talleres, se ha concluido que las personas cuidadoras se sienten solas, desinformadas y en «una montaña rusa de emociones» al sentir miedo a no hacerlo bien, a hacer daño al paciente y por la situación que presentan las personas que cuidan. También sienten que no disponen de espacios relacionales, de respiro, ocio y tiempo libre.

Por todos estos motivos, las personas cuidadoras piden atención psicológica continuada, más información acerca de la enfermedad de las personas que cuidan y demandan también grupos de acompañamiento de escucha y apoyo, así como en los procesos de duelo cuando fallece la persona, además de orientación y asesoramiento acerca de sus derechos y la de los pacientes, entre otras necesidades.