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Antropólogo por accidente

Ricardo Rivero nunca esperó que su hallazgo de restos óseos en una cueva de Tauro alcanzara la relevancia que ha tenido

No es una broma, esto es algo muy serio', exclamé a mi hijo cuando nos dimos cuenta de que había unos huesos en una estera que se deshacía por su mal estado, aunque los restos óseos están muy bien conservados", recuerda Ricardo Rivero Guerra, cuando hizo el hallazgo el pasado domingo, junto a su hijo Ricardo Rivero Artiles, de siete años de edad, en una cueva de Tauro, en el municipio de Mogán.

Respecto a lo que sintió al descubrir que estaban dichos huesos, después de haber excavado un poco al ver el tejido grueso saliente, este militar, cabo primero de Artillería, explica: "Sentí mucha alegría porque sospeché que pueden ser aborígenes por distintas pistas, como el estado de la estera y la forma que envolvía los restos".

"Estábamos contentos por esa posibilidad de que fuesen primitivos. Sin embargo, enseguida me entró la duda y un gran miedo en el cuerpo por el temor de que fueran de algún desaparecido, como Sara Morales o de Yeremi Vargas. Si se produjera este hecho sería una tragedia, sobre todo por los años que llevan sufriendo sus familias después de sus desapariciones y sin conocer nada de su paradero. Sinceramente me daría una gran alegría que estos dos menores estén vivos y algún día regresen con sus familias".

Ricardo Rivero tiene 37 años de edad y es natural de La Isleta, en la capital grancanaria. "Toda la vida he hecho barranquismo y siempre me gustó meterme a conocer todos los rincones de nuestra Isla, pero es la primera vez que encuentro huesos", explica.

En relación a cómo fue el descubrimiento, Rivero Guerra narra que "fue fruto de una casualidad. En la zona hay varias cuevas y nos dio por entrar en ésta. Me gusta dar paseos, y más con mi hijo para que no esté parado y para que conozca lo nuestro. Entramos en esa cueva, que está debajo de una casa y una carretera. No está lejos, pero el acceso es un poco difícil. Además, fue reutilizada varias veces. Me llamó la atención la estera saliente y por eso empezamos a excavar allí para ver qué encontrábamos".

Reacción

Sobre qué tipo de piezas óseas encontraron él y su hijo, Rivero indica que "eran un fémur y una cadera, además de tibias y peronés, y un cráneo, entre otros. Como ya te comenté, pensé que la cosa era seria. Llamé al 112 del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) del Gobierno canario, y desde la sala me pasaron con el cuartel de la Guardia Civil de Arguineguín, y a los agentes les expliqué cómo llegar hasta al lugar".

Tras el hallazgo en Tauro, como adelantó LA PROVINCIA/DLP el lunes día 15, los restos óseos se encuentran desde el domingo en el Instituto Anatómico Forense de Las Palmas, donde se estudia la antigüedad de los mismos. Varias fuentes de la Guardia Civil consultadas estos días hasta ayer dijeron que aún no se tienen resultados que confirmen o no que sean prehispánicos, y probablemente no se tendrán hasta la próxima semana.

Aunque sí es cierto que dichas fuentes indicaron también que, en un principio, tenía más peso la teoría de que los huesos no sean de una persona que haya fallecido recientemente.

Por ello se apunta a que dichos huesos cuentan con una gran antigüedad. Todo se desvelará con los resultados de los estudios de los forenses en los próximos días para aclarar su origen.

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