El presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros, José María Mañaricua, y el presidente del consejo de vigilancia de IFA ( Lopesan), Santiago de Armas, acordaron ayer evitar que el proyecto de Riu de derribar el hotel Oasis siga suscitando acusaciones y enfrentamientos personales entre ambos dirigentes empresariales. Mañaricua y De Armas lamentaron, después de mantener una conversación telefónica, que los comunicados internos que se han lanzado en las últimas semanas, con posturas claramente enfrentadas sobre la decisión de Riu de tirar el Oasis, se hayan hecho públicos. Mientras el representante de Lopesan cuestionó a los que como Mañaricua han apoyado el proyecto de Riu, el presidente de los hoteleros ha defendido la libertad de la cadena de decidir sus inversiones.

"Una cosa es opinar de forma distinta sobre un proyecto hotelero y otra ponerse a la greña con un empresario", manifestó ayer Santiago de Armas. El presidente del consejo de vigilancia de IFA, empresa hotelera del grupo Lopesan, añadió que en su ánimo está seguir manteniendo una relación cordial con Mañaricua puesto que entiende que las posturas empresariales no tienen por qué interferir en las relaciones personales. De Armas admitió que a raíz de que el presidente de la Federación de Hostelería, Fernando Fraile, se mostrara a favor del derribo de Riu desde el grupo Lopesan le llamaron para que entendiera que dentro de la patronal había otras opiniones. Pero el cruce de acusaciones entre los dirigentes turísticos se eleva toda vez que tras publicar José Carlos Mauricio un artículo de opinión en LA PROVINCIA/DLP en la que tacha de "oveja negra" a la empresa balear, Mañaricua salió en defensa de la cadena mallorquina y De Armas no dudó en recriminarle que se posicionara a favor de la inversión de Riu en el hotel Oasis.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Hoteleros, que celebra una asamblea general mañana jueves, aclaró que en ningún momento ha pretendido reprochar nada al representante del grupo Lopesan y que tan solo ha intentado defender la libertad que tiene cualquier empresa, y en este caso la cadena mallorquina, de decidir qué proyectos de inversión quiere llevar a cabo. En este sentido, advirtió que "si se cuestiona toda inversión que se quiere llevar a cabo en el sector turístico mañana no habrá ninguna empresa que quiera poner su dinero en el Sur".

Mientras tanto, el presidente de la patronal turística, Fernando Fraile, prefirió permanecer al margen de esta disputa que mantienen los hoteleros. Fraile se limitó a decir que el conflicto se desata porque unos correos internos salen a la luz pública, y ahora "esas disputas se deben resolver dentro de casa".