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Moya

Arte canario con acento francés

El pintor Javier Jiménez expone 20 óleos en Moya inspirados en París y la maternidad de su mujer

Javier Jiménez, con dos de sus lienzos ambientados en la obra de Balthus de fondo, expuestas en Moya. SANTI BLANCO

La huella francesa ha marcado su trabajo. Javier Jiménez disfrutó de una beca en la Cité Universitaire Internationale de París, y se ha impregnado de la obra del franco-polaco Balthus, Balthasar Klossowski de Rola, (1908-2001), uno de los artistas más provocadores del último siglo y cuyos cuadros gozan de un gran interés comercial. Y precisamente, de este periodo de formación que realizó en compañía de la también artista Isabel Marín, una francesa con raíces hispana, han brotado algunos de estos óleos que ahora cuelgan en las paredes de Moya, en una muestra titulada 'Ready-Mades y otras cosas'. En este trabajo reinterpreta con guiños, como a él le gusta definir, y con reseñas históricas la vida en el epicentro de la Revolución Francesa, el origen de la guillotina y los movimientos revolucionarios.

La simbología de la calle del comercio que pintó Balthus le lleva a los contrastes, del pasado con la modernidad; y la tierna infancia que refleja la paz, en contraposición con la barbarie. En algunos de esos pasajes, reflejando hasta tres historias en una, ya que muestra el cuadro original, su versión y el reflejo del autor, en una técnica que llevaron al culmen autores como Velázquez con sus famosas 'Meninas'.

El pintor gusta de profundizar mucho en la historia de la temática para encontrar la mayor profundidad de su trabajo. Y tienen mucho de biográficos. Este es el caso de sus siete óleos dedicados a la maternidad, que han marcado el último año con su compañera Begoña, y cuyo fruto es el nacimiento en julio del pequeño Garoé. Los retratos constatan este proceso, mostrado momentos de la vida cotidiana: en la cocina, el baño y tubada en un sillón rojo chillón.

Según su técnica habitual de trabajo, fotografía esos momentos, para luego recrear su obra.

Un tercer conjunto lo conforman los bodegones con paisajes de Gáldar y Guía, en homenaje a este museo de Moya dedicado también a la naturaleza.

En la colección hay un cuadro con un gran simbolismo. Se trata de 'La matriarca', realizado en 2005, que es un retrato de la abuela del artista. Precisamente, fue este el nexo el que le puso en contacto con el valedor de este centro cultural, inaugurado hace tres años por el matrimonio formado por el recién nombrado Hijo Predilecto de Moya Juan Antonio de la Nuez, e Hija Adoptiva y esposa del anterior, Olga Artiles, cuyos trabajos cuelgan en las paredes.

Y también un cuadro que rompe con el resto, ya que se trata de la interpretación que hizo sobre una visita del famosos pintor francés Edouard Manet (1832-1883) al Museo del Prado para ver la obra del maestro Velázquez , y que marcó su carrera. Para ello emplea la escultura del artista español en la pinacoteca madrileña.

Javier Jiménez recurre a los momentos de la vida diaria. Y según afirma, suele trabajar con varios cuadros al mismo tiempo, sobre todo ahora que vive la felicidad de su primer hijo. "Una idea no aparece jamás en el vacío, como si cayera del cielo. Una idea nos viene viendo una película, observando una pintura o trabajando sobre un tema. En definitiva, dejando el espíritu vagabundear en un escenario de conocimientos, gustos e influencias".

El artista grancanario ha expuesto en la ciudad holandesa de Rotterdam, mantiene un estudio en Valencia, además llevar su obra a Francia, Tenerife y se formó también en Grecia, gracias a una beca Erasmus, al igual que tuvo otra de prácticas en Francia.

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