Un recorrido por las presas de Gran Canaria confirma el viejo lema turístico que define a la Isla como un continente en miniatura, donde en apenas veinte kilómetros de distancia se pasa de la abundancia de agua a la total sequía. Mientras los depósitos de la comarca Norte siguen acumulando reservas tras los dos últimos temporales, en los embalses del Sur solo está entrando, en el mejor de los casos, un hilo de agua.

Las precipitaciones de este invierno, en especial las que han incluido nevadas en la última semana de enero y la primera de febrero, han acentuado aún más las diferencias hídricas entre las dos mitades de Gran Canaria, una mala noticia para los agricultores que dependen de las grandes presas de Soria, Chira, Fataga, Las Niñas, La Sorrueda o Ayaguares, que apenas han recogido agua en los últimos años y se encuentran prácticamente vacías.

El barranco de Tirajana lleva estos días un pequeño cauce procedente de las lluvias y el deshielo de la vertiente sur de la Cumbre, pero los vecinos de Santa Lucía y Rosiana dudan que esa agua acabe alimentando al embalse de La Sorrueda, que presenta un aspecto desolador. La que ha sido imagen turística de Gran Canaria, con un frondoso palmeral y una pequeña isla en medio del agua, es actualmente un secarral.

Al igual que Soria, Las Niñas, Fataga o Ayagaures, la emblemática presa de La Sorrueda solo almacena unos pocos miles de metros cúbicos junto al muro, alrededor del 1% de su capacidad total. Chira está algo mejor, al 7%, La Gambuesa al 26% y El Mulato al 45%, según el último recuento del Consejo Insular de Aguas.

Trasvases

Todos esos embalses del Sur estarían ya totalmente vacíos si no se hubiese puesto en marcha, desde el pasado verano, el trasvase de agua desde la depuradora de Barranco Seco, en la capital, hacia las fincas agrícolas de El Tablero de Maspalomas, El Salobre y Montaña La Data.

En el primer temporal de este año, solo se aumentaron las reservas de la comarca Sur en la balsa de El Sequero, situada entre Tunte y Ayacata, que recogió 54.000 metros cúbicos. Hacia ese estanque están dirigidos los caideros de la Cumbre y solo cuando rebosa empieza a correr el agua por el barranco de Tirajana, el que alimenta a la Sorrueda, explican los agricultores de Rosiana.

Frente a la sequía del Sur, el segundo temporal de lluvia y nieve de la semana pasada sigue llenando las presas de la vertiente Norte, como Los Pérez, Las Hoyas, Lugarejos, Candelaria o El Vaquero, que la semana anterior ya habían recogido agua para tres meses de riego. A falta de confirmarse con una nueva medición, las precipitaciones de los últimos días podrían embalsar una cantidad similar, lo que aseguraría reservas de agua para medio año.

Las tres presas de la cuenca de La Aldea -Siberio, El Parralillo y El Caidero de Las Niñas- también han aumentado sus reservas, pues reciben agua de los barrancos de Tejeda, el municipio más beneficiado por las lluvias de los dos temporales. Según los datos de precipitaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en sus estaciones del pueblo y de Cruz de Tejeda, así como en el pluviómetro del Pico de Las Nieves, perteneciente al municipio de San Mateo, se han alcanzado casi 250 litros por metro cuadrado en los últimos 15 días.

En esos tres puntos ha llovido todos los días desde el 29 de enero hasta el pasado sábado, con un registro máximo de 55,3 litros el jueves 1 de enero en el casco urbano de Tejeda. Por contra, en las localidades de Maspalomas o Mogán apenas se han recogido 8,5 y 2,4 litros, respectivamente, en el mismo periodo. Esta semana pasada no ha caído nada.