Lujo en alta mar. Es la experiencia que viven los 40 turistas que deciden pasar la jornada a bordo del yate de superlujo VIP Boat Excellence, atracado en el muelle deportivo de Pasito Blanco. Su diseño futurista y sus tonos blancos evocan la paz y la libertad, la misma que ofrecen sus grandes ventanas panorámicas; unas cristaleras que permiten unas espectaculares vistas del mar y convierten la travesía en una experiencia abierta al turismo en general única en Europa.

La presencia de la embarcación ha supuesto, desde el pasado mes de marzo, la entrada del sector del lujo en las actividades turísticas náuticas que se ofrecen en Gran Canaria. Ya consolidado, este catamarán de 20 metros de eslora y ocho metros de manga de doble puente, se ha convertido en uno de los atractivos turísticos más demandados por los visitantes de mayor poder adquisitivo.

Único en Europa

Construido en el puerto de Almería, el catamarán, gestionado por la compañía VIP Boat Sitges que dirige el francés François Avilés, inició sus operaciones en el muelle catalán hace un año, pero a principios de 2018 su propietario decidió trasladarlo al sur de Gran Canaria. "Barcelona no ofrece lo que ofrece Canarias, y es la posibilidad de salir a navegar en alta mar y recibir turistas durante todo el año", explica Avilés, "allí la actividad se reduce a solo tres meses, como mucho".

Este yate, diseñado por el propio Avilés, destaca por ser una pieza exclusiva en Europa. "La diferencia con otras embarcaciones de esta categoría es que dispone de un solarium con hamacas dobles en el puente superior, un espacio donde reina el silencio", añade el empresario. No existe otro igual destinado a uso turístico, asegura, en ningún país del entorno europeo; ni siquiera en destinos tan célebres en el sector el lujo como Ibiza o la costa francesa. Su valor aproximado es de un millón y medio de euros; y, aunque su precio es elevado, se puede pasar un día a bordo por menos de cien euros y disfrutar de un trayecto de cinco horas.

Los espacios del catamarán se dividen en dos estancias. La planta inferior alberga un salón de 80 metros cuadrados decorado con equipamiento de lujo. En el centro, dos sofás plateados rodean la zona más vip de esta estancia, presidida por una coctelería. En la proa del barco se ubica el espacio más exclusivo: un área con tres camas dobles y capacidad para seis personas destinada a los turistas que quieran disfrutar de una experiencia y una atención superior. Por su parte, en el puente superior, al que se accede por una escalera equipada con silla para personas con problemas funcionales, se encuentra el solarium con 19 hamacas dobles con visera.

La travesía une diariamente Pasito Blanco con Anfi del Mar, según explica François Avilés, donde fondea durante dos horas para que los turistas puedan practicar actividades náuticas como el snorkel. Del yate han disfrutado ya visitantes procedentes de Francia, Alemania, Bélgica, Reino Unido, Argentina, México e incluso el turista local, "aunque el público canario llega en menor medida", reconoce el empresario. "El visitante que accede al barco es de alto poder adquisitivo y siempre proviene de hoteles con categorías de cuatro y cinco estrellas", añade FrançoisAvilés.

El propietario del yate apuesta por ofrecer a los turistas experiencias náuticas de calidad para animarles a salir de sus hoteles, conseguir que consuman y aumente la riqueza local. Así, reconoce que aunque le han solicitado el yate desde Puerto Banús, en Marbella, desde Ibiza e incluso de Lanzarote, prefiere trabajar en este destino. Su previsión, cuenta Avilés, es quedarse "para siempre" en Canarias, porque le gusta la localización y porque "ya era hora de que la Isla ofreciese un producto de este tipo". El yate no solo está diseñado para ofrecer experiencias náuticas individuales o en pareja, sino que se adapta a otros servicios como eventos sociales o empresariales.