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Ingenio

Tomasito, el tendero de 91 años

El vecino más longevo de La Pasadilla, con una memoria destacada, se siente feliz detrás del mostrador

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'Tomasito', 91 años y en la tienda

"Era más feliz cuando estábamos todos juntos. En la vida hay mucho, cosas buenas y otras malas. Estoy contento por lo mucho que conseguí, tras lo que hemos luchado. Los golpes más grandes fueron perder a mi mujer y a una de mis hijas. Nunca las olvido", comentó Tomás López conocido como Tomasito.Tomasito

Tanto él y su familia están pendientes del calendario y de dos fechas de diciembre, pero con sentimientos encontrados. La primera fue el día 6, el pasado jueves, que es cuando se cumplió, con pesar, el primer aniversario del fallecimiento muy repentino y en el negocio de Teresa de Jesús López Guedes, llamada familiarmente Susa, la primogénita de Tomasito y de su esposa Romualda Guedes González, quien falleció "el 18 de agosto de 2007", como recordó de forma segura y rápida Tomasito López.

La otra fecha también cercana y en la que estarán todos los familiares atentos será la del jueves 20 de diciembre al cumplir los 91 años Tomás López. "Nos reuniremos todos de la familia que puedan venir a celebrarlo. Espero que seamos entre 28 y 30 personas, más o menos", señaló el nonagenario.

Sobre el día a día, su hija Josefa Rosa López, de 58 años, aseguró que "mi padre está en la tienda, trabaja y se entretiene. Siempre está acompañado las 24 horas de cada día, nunca está solo, sea acompañado por mi hermana, por mí o mi yerno, Jesús Méndez, marido de Teresa, u otro de la familia". Un nieto está contratado en la actualidad para trabajar en la tienda.

"Mi otra hija es Benita López Guedes [55 años]. Tengo once nietos, de los cuales sólo uno es varón y las demás mujeres, y seis bisnietos, tres varones y tres mujeres, que tienen entre 29 y cuatro años de edad", recordó el tendero, quien tras casarse en 1951 trabajó durante ocho años como capataz en una finca en Lomo Gordo, en El Tablero, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, y a partir de 1959 fue cuando, construida la vivienda, abrió la tienda en La Pasadilla.

Su esposa siempre estaba a cargo del negocio, mientras él comenzó vendiendo y repartiendo la mercancía por Cazadores o el barranco de Guayadeque, entre otros. Primero lo hizo con su burro llamado Polilla, "que lo tuve durante ocho años. Era a veces un poco brusco, pero nunca dio un golpe o algo malo. Fue el único que tuve. Luego repartí con un coche, que ya lo hacía en el Sur, en los tomateros", recordó Tomasito. "Mi padre tuvo un total de siete vehículos, entre coches y camiones, siendo los que más de la marca Mercedes", declaró Josefa Rosa.

Tomás López Suárez nació el 20 de diciembre de 1927 en Ariñez, en la Vega de San Mateo. Su madre era Cándida del Jesús Suárez, que falleció a los 96 años, y su padre Juan López, que murió a los 97 años, quien se dedicó a la venta ambulante de ropa y quesos, entre otros.

Tomasito, junto a su progenitor fue al Sur en meses de zafra, cuando ya estaba con edad para trabajar. "No pasé hambre a finales de los años 20, y años 30 y 40, durante mi infancia y en la juventud, sino que había escasez. No pasé hambre. Me crié con el gofio", indicó.

"Recuerdo que había un vendedor en El Doctoral, a quien uno le preguntó si tenía en ese momento pan o gofio, y como le contestó que no tenía, pues el cliente respondió 'pues déjame media docena de voladores para ir tirando", agregó riendo.

Este nonagenario propietario de la única tienda de víveres que existe en La Pasadilla, y que es la más antigua de este tipo que queda en el término municipal de Ingenio, tuvo diez hermanos, de los cuales viven Fernando, Domitila, Maruca y Amelia López Suárez, quienes residen en Ariñez, Telde y Carrizal respectivamente, siendo en ésta última población donde vive Domitila, de 89 años y es a la que más.

Respecto a sus aficiones, a parte de trabajar y atender a los vecinos y clientes, Tomasito López señaló que le gusta jugar a la zanga y al dominó. "Aquí hay afición a la cacería, sin embargo, a mí no me gusta, aunque sí el fútbol. ¿de qué club soy?, de ninguno", indicó.

"La Pasadilla ha cambiado mucho. Claro que se vive mejor que antes. Sin embargo, en la década de los 60 pues éramos más de 200 vecinos con los distintos pagos de la zona. Eran muchos los que tenían diez o doce hijos. Ahora no pasamos mucho más de una quincena de residentes", afirmó Tomasito.

"Donde está lo que fue un bar y ahora es un restaurante grande, junto a la plaza de San Antonio, pues ahí se encontraba la escuela. Al lado vivía la maestra", recordó Josefa Rosa López, quien estudió allí, pero no su hija, y lo comentó como un ejemplo de cambio.

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