Artenara, diez de la mañana. La población natural del pequeño pueblo de 1.090 habitantes censados en 2018 ha quedado radicalmente mermada en proporción con la avalancha que sube desde El Hornillo por el noroeste; por Valleseco y Teror desde el norte; desde la vecina Tejeda por los que llegan desde el sur; y de los que arramblan hacia sus 1.270 metros de altitud por Acusa provenientes de La Aldea.

Se diría que hay algo en Artenara. Y lo que hay es queso. Y cuando hay queso en Gran Canaria da lo mismo donde se coloque. Si se pusiera un queso en la cocorota de El Fraile, personas que no se han levantado en vida de su tresillo habitual trasmutan en escaladores extremos.

Esto ocurre en cualquier feria, festival, certamen, concurso o tarde de macramé con queso que se organiza en la isla desde que en el año 2000 la Unión Europea ordena regular la elaboración de aquellas antiguas piezas artesanas que salían de cuevas y cuartos de aperos y que, como un manjar proscrito, se vendían o se intercambian al trueque puerta a puerta hace menos de veinte años, totalmente ajenos a los circuitos comerciales.

Desde entonces hasta ahora, una vez reguladas sus condiciones sanitarias, unificado el método, introducido con todo su gloria en el mercado y maximizado el conocimiento, el cliente isleño se ha graduado doctor en la materia, y también lo es máster en flor y media flor.

Ayer, en Artenara, se vieron personas apuntando en los cartuchos las características, los detalles y hasta el anecdotario de cada pieza, si de cabra o de oveja, si semi o entero, o si de pastor en estabulado o de ganado en trashumancia. Ha nacido el doctor en queso canario. Y, en definitiva, el queso plato ha muerto.

Todo esto se pergeñaba ayer en la cumbre y continuará hoy con la segunda edición de la Feria Europea del Queso, tras una primera celebrada el pasado año en Moya que ya vaticinaba lo sucedido este sábado, cuando a las tres de la tarde un primer saldo arrojaba la venta de dos toneladas de queso, 2.000 kilos matemáticos, que tras subir el viernes para exposición bajaban de nuevo a las alacenas de la costa.

La oferta cubre prácticamente todo lo escrito en materia organoléptica. De leche de vaca, de oveja, de cabra, y en mixturados provenientes de estos tres pacíficos seres. Curado, semicurado y fresco. Algunos cuajados en su propia leche fermentada, y otros con la mítica flor del cardo. Y de aquí y de allá.

De Canarias, con embajadores de Fuerteventura, El Hierro, Tenerife y La Palma y también de sitios de lejos. Tan de lejos que hasta las ovejas son distintas, como el caso de la oveja latxa, de la quesería Aramburu, que repitió por segundo año la experiencia en la isla, o la quesería Los Puertos, de Cabrales. A los que se añadía, también por secundo año, la golosina de Fundãu, Portugal, con un producto primo hermano del flor de Guía que también se cuaja con cardo y de 60 días de maduración, sin olvidar a representantes de la mozzarella italiana, en un elenco que suma hasta 35 queserías regionales.

Todo ello aliñado de actuaciones musicales de grupos folclóricos, la visita del verseador artenarense Yeray Rodríguez, y rianga de exposiciones y talleres relacionados con el sector ganadero, la elaboración artesanal de quesos y los juegos tradicionales.

Allí estaban chiquillos, apenas más altos que una machorra en destete, haciendo queso propio, o el maestro quesero Isidoro Jiménez, explicando secretos a una concurrencia cada vez más informada.

Organizada por la Mancomunidad del Norte de Gran Canaria, con el apoyo a tres bandas de los diez ayuntamientos mancomunados, el Cabildo y el Gobierno de Canarias, era inaugurada oficialmente, pero sin mucha atención por parte de un público con evidente jilorio y muy entregado a lo que iba, por el vicepresidente del Gobierno de Canarias, Pablo Rodríguez; el consejero insular de Soberanía Alimentaria, Miguel Hidalgo; y el alcalde de Artenara, Jesús Díaz, acompañado por una sustanciosa caterva de alcaldes del septentrión isleño.

Rodríguez apeló a lo ineludible: que "la proyección internacional del queso canario es innegable, y prueba de ello son los más de 40 premios que ha recibido en la última edición del World Cheese Awards". Algunos de los cuales se encontraban allí luciendo palmito y condecoración.

Por último hay que reseñar que la feria se enmarca dentro de la presencia de la Mancomunidad del Norte en la Asociación Ruta Europea del Queso, que está formada por 19 municipios de nueve regiones europeas, "para implementar y promocionar la Ruta Europea del Queso".

Y para hoy más. Y si también se apunta, como se apuntó ayer la meteorología, el barrunto es repetir una fiesta que comienza a las diez en la plaza de San Matías para, al mediodía disfrutar de la actuación de Yeray Rodríguez y su taller de verseadores, a la que seguirá a la una de la tarde la actuación musical del grupo Muelle Viejo.