"Soy así, no puedo estar quieta, sin hacer nada. Por eso me levanto todos los días a las 06.30 horas y empiezo preparando el café porque vienen mis hijos [que residen en otras casas] para tomarlo", explicó Isabel Martín Santana, natural de Carrizal, en el municipio de Ingenio, que ayer, día 3 de mayo, cumplió cien años.
Y así es cómo empieza cada día en la actualidad, para después ponerse esta vecina carrizalera centenaria a preparar comida o atender a los hijos, nueras y demás descendientes que acuden al domicilio familiar, o a ocuparse de las plantas que tiene en la azotea, como lechugas, cilantro y perejil, entre otros. "Es una gran repostera", como garantizaron varias nietas e hijas. "Se le dan muy bien la sopa, el potaje, la ropavieja, el bizcocho, el flan y el suspiro", agregaron ellas.
Respecto a su estado de salud hoy en día, Isabel Martín lo tiene muy claro y aseguró: "Estoy estupenda, muy bien, como una flor. Mis hijos se quejan mucho más que yo. Lo único que tengo es un poco de sordera, el resto bien".
"Siempre estoy feliz. He tenido un marido [José Castro Santos] buenísimo, el mejor del mundo. Todos mis hijos son maravillosos. Nunca estoy sola porque dos hijas viven conmigo y porque los demás vienen todos los días. Me hace muy feliz tenerlos a mi alrededor, como que la familia esté unida", destacó Martín Santana.
Los padres de Isabel Martín son José Martín Jiménez, que falleció a la edad de 70 años, y Carmen Santana Santana, que pereció a los 98. Tuvo cinco hermanos, de los que Carmen y Josefa fallecieron con 90 y 97 años, respectivamente.
Su esposo, que murió hace 33 años, y ella tuvieron trece vástagos: Carmela, que nació en 1941 y que falleció cuando tenía 75 años; Jose; Estrella, que también murió; Román, que perdió la vida a sus 25 años; Isabel; Eduviges, que es conocida como Edu; Estrella; Pedro, que feneció a los ocho meses; Antonio; Ángel; Enrique; Sergio y María Castro Martín. Además de estos descendientes, cuenta en la actualidad con 22 nietos y quince bisnietos.
Otra de sus aficiones, además de jugar con la baraja, es ir a la playa con la familia y le agrada mucho bañarse en el mar, que puede hacer. "Como vamos muchos, elegimos Arguineguín, Vargas o Arinaga", comentó. "Siempre he tenido carácter, y lo aún conservo", admitió.
Otra de sus pasiones ha sido viajar, con su marido o sus hijos, lo que dejó de hacer a los 88 años. "Su primer viaje fue a Madrid, con nuestro padre para ir a ver a mi hermano Sergio que hacía allí la mili. Ella se recorrió toda la Península y estuvo en Portugal, Francia e Italia, entre otros", recordó Antonio Castro Martín.
Momentos duros
Isabel Martín indicó que en su vida "pasaron cosas buenas y otras malas, más de las primeras". "Entre las malas, aparte de la muerte de mi marido, el de nuestro hijo Román me dejó enferma, partida. También las de Pedro, Estrella y Carmela, que ocurrió un día de mi cumpleaños", señaló.
"He trabajado como una negra gran parte de mi vida. Antes de casarme trabajé en el almacén de empaquetado de tomates. Después lo hice muchos años en la panadería, como mi esposo y nuestros hijos. Mi madre me cuidaba los niños. Me levantaba a las tres de la mañana y empezaba mi jornada con la casa y los panes. Para el reparto, iba caminando con cestas llenas de pan a Arinaga desde Carrizal. Tuvimos dos panaderías y un cercado con tomateras para poder comer".
En relación a momentos duros de su vida, recordó que "uno de ellos fue cuando nos querían cerrar la panadería, de la que vivíamos justos, por una supuesta falta de papeles y permisos. Se lo planteamos al alcalde y al final lo gestionamos y solucionamos en Madrid, donde nos orientó la monja María Jesús Romero".
Durante el día de ayer, en su aniversario, en su casa no paraban de llegar familiares. También fueron para felicitarla el primer alcalde Juan Díaz, la concejala Ana Hernández y el secretario municipal, Dámaso Hernández, cuya madre, Josefa Ortega, trabajó con la cumpleañera.
